
Arturo Chacón en Bellas Artes

Arturo Chacón-Cruz celebró sus 25 años de carrera con un concierto en la sala principal del Teatro de Bellas Artes bajo la batuta de Gaetano Lo Coco © Gerardo Luna
Junio 8, 2025. La gala con el tenor sonorense Arturo Chacón-Cruz ofrecida este domingo en el Teatro del Palacio de Bellas Artes fue una auténtica celebración musical. Y no solo porque el cantante festejó con ella 25 años de una carrera lírica que hoy en día lo sitúa como uno de los referentes de mayor prestigio mundial en su tesitura, sino también porque, gracias al despliegue de sus facultades vocales e interpretativas en plenitud, adentró al público en una deleitable aventura que incluyó pasajes operísticos y de zarzuela, canciones de concierto, populares y hasta un corrido, en una festiva selección de obras y compositores que sintetizó su exitosa trayectoria.
En este concierto, presentado como parte de la Temporada 2025 de la Compañía Nacional de Ópera (CNO) que dirige el argentino Marcelo Lombardero, el festejado fue acompañado por el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, así como por los integrantes del Estudio de la Ópera de Bellas Artes (EOBA), todos bajo la dirección concertadora del maestro italiano —criado en Roma y Londres, formado en Viena, residido en Madrid— Gaetano Lo Coco.
Aunque a lo largo de los años los homenajes y celebraciones a las figuras líricas mexicanas no escasean en Bellas Artes —y de hecho suelen ser parte habitual de la programación de las temporadas anuales—, la gala por los 25 años de carrera de Arturo Chacón se percibió en el público particularmente cálida y cercana. Esa franca y entusiasta empatía entre el cantante y los asistentes se explica, sin pasar por alto la personalidad franca del sonorense, porque si bien el tenor se ha desarrollado en los teatros y salas de concierto más referenciales del planeta, su presencia en México ha sido constante y en esplendor creciente. Ello a diferencia de otros intérpretes nacionales que brillan o brillaron en el extranjero y solo se presentaron en nuestro país en momentos flacos o hacia el declive de sus carreras.
Chacón ha dejado huella y registro en los escenarios mexicanos de los pasos profesionales que lo definen internacionalmente —el concierto en la Sala Nezahualcóyotl dedicado a Giacomo Puccini y otros compositores veristas en septiembre de 2024, para no ir muy lejos; o su interpretación del Duque de Mantua con bis de ‘La donna è mobile’ incluido, hace algunas semanas en el Rigoletto presentado por la CNO—, por lo que el recibimiento del público en esta ocasión fue más que afectuoso y cómplice en Bellas Artes.
El programa inició con fuerza y trazó el curso lleno de ímpetu, emociones y gozo que caracterizó toda la presentación. La orquesta y el coro abrieron con ‘Così comanda Turandot’, y en conjunto propiciaron la atmósfera para que Arturo Chacón saliera a escena e interpretara ‘Nessun dorma’ de la última ópera de Puccini, una de las arias insignia del tenor en años recientes.
Con la misma dinámica, de intercalar pasajes orquestales y vocales de una misma ópera, se abordó el Preludio al Acto I y el aria ‘La fleur que tu m’avais jetée’ de Carmen de Georges Bizet, obra que en este 2025 cumple 150 años de su estreno, mismo tiempo que tiene de fallecido el joven compositor francés.
De vuelta a Puccini, Chacón ofreció el aria ‘Donna non vidi mai’ de Manon Lescaut y dio pauta para que la orquesta hiciera lo propio con su ‘Intermezzo’. Luego de una breve escala en la canción ‘L’alba separa dalla luce l’ombra’ de Francesco Paolo Tosti, llegó el cierre de la primera parte de la gala: de Macbeth de Giuseppe Verdi se abordó la escena del Acto IV que comprende el coro ‘Patria opressa’, el aria ‘Oh figli… Ah, la paterna mano’ y cerró con el dueto-cabaletta con coro ‘La patria tradita’, en la que José Luis Gutiérrez —tenor perteneciente al EOBA— se sumó como Malcolm al Macduff de Arturo Chacón.
La actuación del celebrado tenor lució irreprochable desde el punto de vista técnico y pasado ese punto puede hablarse de un canto generoso y entregado a través de un timbre brillante de lírico pleno, pero también con un atractivo barniz spinto que permite un abordaje contundente de los roles ofrecidos. Además de una emisión pulcra y con gusto expresivo, sin excesos que descoloquen o estresen su voz, puede subrayarse también su apego estilístico, pues en el cuarto de siglo de carrera (en estricto sentido 26 años, como lo expuso el cantante) es el repertorio romántico italiano y francés donde ha encontrado su centro gravitacional.
La franqueza y autenticidad de Chacón, así como su conexión con el público, pudo apreciarse cuando el sonorense tomaba la palabra hablada, no solo para agradecer el apoyo a su carrera, sino también para sintetizar el contenido de las obras o las arias interpretadas. En rigor, su enfoque desparpajado y llano, distante de falsas solemnidades o intelectualizaciones, complementó a la perfección la labor de supertitulaje de Francisco Méndez Padilla.
El Coro —con la dirección huésped de Rodrigo Cadet— y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes encontraron comodidad y ocasión de lucimiento en un repertorio que conocen y frecuentan puntualmente. La concertación de Lo Coco generó vivacidad musical y lírica in crescendo. Algún yerro mínimo en los metales, cierto descuido de volumen en Tosti o Verdi —luego en Sorozábal—, no empañaron la festividad. Por el contrario; el director invitado aportó al conjunto sazón y matices que recuerdan que en ópera y música no hay lecturas o aproximaciones únicas o pétreas.

En la segunda parte del concierto, el tenor sonorense interpretó romanzas de zarzuela y canciones populares mexicanas © Gerardo Luna
Con ánimo más relajado —el tenor aparecería en escena sin corbatín y más tarde incluso se quitaría también el saco— se desarrolló la segunda mitad de la gala, ya sin el coro, pero con participación de los beneficiarios del EOBA: las sopranos Mariana Echeverría, Hildelisa Hangis, Lili Nogueras y Luz Valeria Viveros; las mezzosopranos Mariana Sofía García e Ingrid Fuentes; el contratenor Gabriel Vargas; los tenores Gerardo Rodríguez y el ya mencionado José Luis Gutiérrez; los barítonos Hugo Barba y Alejandro Paz; así como el bajo-barítono Juan Marcos Martínez.
El Intermedio de La boda de Luis Alonso de Gerónimo Giménez dio pie para las romanzas ‘No puede ser’ de La tabernera del puerto de Pablo Sorozábal y ‘La roca fría del calvario’ de La Dolorosa de José Serrano.
Luego vino el Intermedio de Goyescas de Enrique Granados, que no solo sirvió como separador hacia un repertorio popular y vernáculo, sino que —junto al ‘Fandango’ de la zarzuela Doña Francisquita de Amadeo Vives, interpretado antes de las dos últimas canciones del programa oficial— también permitió a Lo Coco completar un cuadro de rasgo, sensibilidad y folclor español que puso de relieve sus raíces familiares que llevan al Municipio de Castro Urdiales.
‘Tiempo’ de Renato Leduc y Rubén Fuentes; ‘Paloma querida’ de José Alfredo Jiménez; ‘Solamente una vez’ y ‘Granada’ de Agustín Lara fueron un cierre vibrante y con algarabía, en el que Arturo Chacón coloreó sus interpretaciones con facetas bravías, sentimentales e incluso bulliciosas que enfiestaron al público tanto como a él mismo.
La presencia de los integrantes del EOBA en estas últimas piezas podría haber sido más apreciada si hubiera contado con armonías vocales en lugar de solo reforzar las mismas frases de Chacón, pero de cualquier manera el ambiente precisaba de encores con el punch suficiente para concluir la fiesta, en la que los presentes también cantaron, encendieron la lámpara de su celular para corear algún pasaje o lanzaron exclamaciones típicas del regional mexicano.
La ‘Serenata huasteca’ de José Alfredo Jiménez, ‘El triste’ de Roberto Cantoral —célebre canción popularizada por José José— y el corrido de ‘Juan Charrasqueado’ de Víctor Cordero, abordado con un trío y no con la orquesta en pleno, pusieron el punto final en el que podría decirse que Arturo Chacón desdobló lo mejor de su interpretación, de no ser porque la primera parte de esta gala de festejo ya lo había mostrado. Aunque la celebración no ha terminado del todo. Quizá pronto se replique en la mayor plaza pública de nuestro país…

Chacón «adentró al público en una deleitable aventura que incluyó pasajes operísticos y de zarzuela, canciones de concierto, populares y hasta un corrido, en una festiva selección de obras y compositores que sintetizó su exitosa trayectoria» © Gerardo Luna