Falstaff en Verona

Escena de Falstaff de Antonio Salieri en el Teatro Filarmónico de Verona © Ennevi Foto

 

Enero 26, 2025. La temporada 2025 del Teatro Filarmónico de Verona marcó un hito importante: se celebró el 50 aniversario de la reapertura de la sala y, como en 1975, se propuso la misma ópera inaugural: Falstaff, ossia le tre burle de Antonio Salieri (1750-1825), en el bicentenario de su fallecimiento.
Una auténtica rareza de uno de los más famosos compositores nacidos en la zona de Verona, presentada por primera vez en la edición crítica editada por Elena Biggi Parodi. Como era costumbre en las producciones de ópera de finales del siglo XVIII en Viena, el libretista Prospero Defranceschi simplificó el texto de William Shakespeare y creó un libreto centrado en las tres travesuras a las que se refiere el título. La capacidad dramatúrgica de Salieri ayudó a animar las tramas narrativas del texto: entre una variedad de estilos y referencias musicales capaces de abrazar el amplio horizonte europeo de la época, el autor confirmó su arte y su oficio, capaz de realzar la acción, dándole el ritmo justo. 
Un poco como en el más conocido y posterior Falstaff de Verdi, toda la narración se centró en el protagonista que, en la edición de Verona, fue confiado al tranquilo Giulio Mastrototaro, un intérprete capaz de resaltar las múltiples facetas del inusual Sir John Falstaff. También la pareja de Mistress y Master Ford tiene mucho espacio: la primera encontró en Gilda Fiume una intérprete bien hecha que combinó tanto capacidad de canto, capaz de gestionar incluso los pasajes más expuestos, como facilidad en el escenario, como su colega Marco Ciaponi que, en el papel del marido celoso, mostró una línea de canto elegante y sólida.
Laura Verrecchia, como Mistress Slender, y Michele Patti, como Master Slender, igualmente parecieron sentirse cómodos con el repertorio de finales del siglo XVIII, mostrando adecuación estilística y musicalidad convincente. La compañía la completaron el bajo Romano Del Zovo como Bardolf, el criado de Falstaff, y la soprano Eleonora Bellocci, como Betty, la doncella de Mistress Ford. 
El Coro Fundación Arena, entrenado por Roberto Gabbiani, tuvo un adecuado desempeño y el director musical de la velada fue Francesco Omassini que, al frente de la Orchestra della Fondazione Arena, se encargó de una lectura atenta a los detalles, minuciosa en el trabajo de preparación y puntual en el diálogo entre el foso y el escenario. 
La puesta en escena y vestuario de Paolo Valerio, la escenografía y las proyecciones de Ezio Antonelli y la iluminación de Claudio Schmid, realzaron un montaje tradicional que incluyó elementos fáciles de entender, un fascinante vestuario dieciochesco y eficaces intervenciones miméticas. Algunos paneles, colocados sobre el escenario, permitieron realzar las proyecciones vinculadas a la ciudad de Venecia: no era la Inglaterra del libreto, pero el encanto permaneció inalterado. La aprobación del público fue buena, lamentablemente no muy grande para un título que merecía una acogida mucho mayor. 

El Coro della Fondazione Arena © Ennevi Foto

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