La bohème en Macerata

Valerio Borgioni (Rodolfo) y Mariangela Sicilia (Mimì) en La bohème en el Festival de Macerata © Simoncini

 

Julio 27, 2024. El último título programado para el Festival de Ópera de Macerata 2024 fue La bohème de Giacomo Puccini en el espectáculo preparado para el mismo teatro por Leo Muscato en 2012. Se trata de una transposición interesante durante el boom económico y más precisamente en correspondencia con las revueltas juveniles y obreras que en mucho marcaron el período comprendido entre los años 1960 y 1970 del siglo pasado. 

La puesta en escena, retomada por Alessandra De Angelis, fue fluida y, aunque con cierto exceso, pareció captar las ideas que ofrecen el libreto y la música. En las diversas situaciones creadas por Federica Parolini (el vestuario de Silvia Aymonino coincide perfectamente con él), animadas por válidas intenciones narrativas, solo el final fue un poco abrupto y en algunos aspectos excesivamente perturbador, debido a un cambio de personalidad violento y no del todo motivada ambientación (desde el desván, se encuentra uno de repente en un hospital donde muere Mimì) que conduce a un epílogo en cierto modo suspendido y casi inacabado. 

Valerio Galli orquestó la obra con una lectura incisiva y bien estructurada. La Orquesta Filarmónica FORM-Marchigiana lo apoyó eficazmente y reaccionó con gusto y preparación a las indicaciones, al igual que el Coro Lírico Marchigiano “V. Bellini”, siempre bien preparado por Martino Faggiani. 

Mariangela Sicilia aportó facetas personales al papel de Mimì gracias tanto a su capacidad interpretativa como a su potencial vocal. De hecho, la soprano cuenta con un timbre fascinante, respaldado por un fraseo inteligente y una emisión precisa. La contraparte femenina de Musetta también encontró en Daniela Cappiello una intérprete dotada de sensibilidad y gracia, características esenciales para perfilar con claridad un personaje a la vez coqueta pero muy humana. 

La fuerte vertiente masculina contó con la presencia de Valerio Borgioni en el papel de Rodolfo, al que le dio impetuosidad juvenil, a pesar de cierta incertidumbre en la entrega vocal; Mario Cassi, que dio a Marcello la inspiración adecuada; el Colline de Riccardo Fassi, intérprete siempre preciso; y el exuberante y sólido Schaunard de Vincenzo Nizzardo.

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