La cambiale di matrimonio y Gianni Schicchi en Bregenz
Agosto 16, 2024. La doble función de La cambiale di matrimonio y Gianni Schicchi en el Festival de Bregenz el 16 de agosto en el Theatre am Kornmarkt fue una muestra notable de talento operístico y creatividad teatral.
Esta producción combinó dos obras operísticas distintas, ofreciendo una experiencia única para el público al integrar dos óperas muy diferentes —La cambiale di matrimonio de Gioachino Rossini y Gianni Schicchi de Giacomo Puccini— en una actuación cohesiva: una tarea desafiante que requiere una interpretación y dramaturgia reflexivas. La producción también contó con un elenco joven, que expuso talento fresco y energía infinita.
La puesta en escena de Brigitte Fassbänder puede considerarse la mejor de los últimos cinco años. Fue innovadora, entretenida y destacó efectivamente los elementos cómicos de ambas óperas. También mostró su experiencia profesional y creatividad al dar vida a estas obras clásicas de una manera fresca y agradable. El ritmo de la comedia fue impecable, provocó risas genuinas en la audiencia y la química entre los miembros del elenco fue evidente. El vestuario y el diseño escénico, elaborados por Dietrich von Grebmer, eran funcionales y visualmente atractivos, mejorando la narración sin eclipsar la acción en el escenario.
La función reveló varios talentos vocales sorprendentes entre el elenco, muchos de los cuales forman parte del Estudio de Ópera de la Staatsoper Unter den Linden de Berlín. En particular, la soprano turca Idil Kutay, que cantó a Fanny en La cambiale di matrimonio y a Lauretta en Gianni Schicchi. Destacó por su poderosa y radiante voz, demostrando una impresionante capacidad para entregar notas agudas con fuerza y claridad. Todavía hay margen de mejora en el equilibrio de su dinámica vocal, especialmente en los pasajes líricos, ya que su voz se adapta más a roles líricos como Mimì que a roles de soubrette, más ligeros.
Otro cantante destacado fue el barítono italiano Francesco Auriemma, quien interpretó a Slook en La cambiale… y al notario Amantio di Nicolao en Schicchi. Cantó con una rica voz y mostró un excelente ritmo cómico, capturando el desconcierto y el encanto de ambos personajes con facilidad. La mezzosoprano holandesa Liza Vjera Lozica como Clarina en la ópera de Rossini y La Ciesca en la de Puccini destacó por su agradable lirismo y su expresivo canto. Su rica tesitura tiene el potencial de una Charlotte de Werther y aportó un encanto cómplice a los personajes.
El barítono greco-ruso Dionisio Avgerinos impresionó con su actuación entusiasta como Tobia Mill, mostrando fuertes habilidades de actuación y poder vocal. Su actuación fue auténtica y atractiva, capturando las complejidades del personaje. El tenor italiano Francesco Lucii interpretó a Edoardo Milfort en La cambiale… y con una voz refinada y cálida. Su actuación estuvo marcada por la delicadeza vocal, aunque se vio desafiada al cantar junto con voces más grandes. El bajo austriaco Maximilian Bell añadió profundidad a los números del conjunto con una agradable voz. Su interpretación de Norton fue a la vez comprensiva y atractiva, contribuyendo al tono cómico general de la ópera.
La interpretación de la mezzosoprano israelí Rommie Rochell como Zita estuvo marcada por una voz rica y profunda y la capacidad de transmitir la naturaleza formidable del personaje. La interpretación del barítono inglés Jacob Phillips como Gianni Schicchi estuvo marcada por una fuerte presencia escénica y una rica voz que capturó la astucia y el humor del personaje. El chileno Gonzalo Quinchahual, quien cantó Rinuccio, impresionó con su vibrante y verdadera voz de tenor. Su interpretación fue juvenil y enérgica, y transmitió eficazmente las aspiraciones románticas del personaje.
La Orquesta Sinfónica de Voralberg, bajo la batuta de Claire Levacher, ofreció una actuación cautivadora, dando vida a las partituras de Rossini y Puccini con precisión y profundidad emocional. Levacher aseguró un sonido equilibrado que respaldó a los cantantes y al mismo tiempo resaltó los intrincados detalles de las partituras. En general, esta función fue un testimonio del compromiso del Festival de Bregenz con su ópera innovadora y de alta calidad, el fomento de jóvenes talentos prometedores y la excelencia musical para crear una velada memorable y atractiva para el público.