
La Resurrección de Mahler en San Diego

La contralto sueca Anna Larson fue solista de la Sinfonía 2 «Resurrección» de Gustav Mahler, bajo la dirección del maestro Rafael Payaré © Paul Cressey
Octubre 6, 2024. Después de dos temporadas itinerantes debido a la renovación de su sala de conciertos —ahora rebautizada como Jacobs Music Center—, con considerables mejoras al escenario, nuevas butacas y una notable mejoría en la acústica —pero respetando su esencia y diseño de estilo gótico con el que cuenta desde que fue inaugurada en 1929—, la orquesta San Diego Symphony eligió para inaugurar esta temporada la grandiosa Sinfonía 2 en Do menor de Gustav Mahler (1860-1911), mejor conocida como “Resurrección”.
La elección de esta pieza tiene un significado especial para esta orquesta, no solo por la inauguración de la sala, sino como un resurgimiento de las adversidades que ha debido atravesar la agrupación en su pasado reciente, que incluyen una quiebra financiera, que gracias a la considerable suma aportada por un filántropo local evitó su desaparición, además de la cancelación de sinnúmero de conciertos a causa de la pandemia y la falta de una sede fija en los años siguientes.
La orquesta, quizás la menos publicitada pero las más antigua de California, y una de las más antiguas de Estados Unidos, se ubica en el nivel 1 del ranking de las orquestas de este país. El actual director titular de la orquesta, el maestro venezolano Rafael Payaré, inició su gestión en el 2019 con la Sinfonía 5 del propio Mahler, y ha dirigido también sus Sinfonías 1 y 4.
La elección de la sinfonía coral fue adecuada gracias al palco para coro que se construyó en la parte trasera del escenario. La Sinfonía 2 de Mahler suele describirse con adjetivos como “gigante”, “colosal” y “heroica” porque así se compone cada uno de sus lienzos musicales, en una partitura que estira a la orquesta, no solo en el número de músicos que requiere, sino porque alcanza increíbles niveles de brío y espiritualidad.
Curioso que esta sinfonía coral es también considerada como heredera de la Novena de Beethoven, estrenada 70 años antes. La ejecución de esta pieza por la orquesta de San Diego mostró una amplitud de giros y sonoridades oscuras, religiosas, neuróticas, románticas, marciales, líricas y esperanzadoras que se desprenden de la partitura. La concertación de Payaré fue segura y detallada, atenta a todas las fuerzas musicales en escena, a pesar de su excesivo histrionismo y algunos desfases en las entradas y en la dinámica que frenaba a la orquesta y tornaba el sonido un poco pesado, pero que al final no incidieron en el resultado final de la ejecución, con unos músicos entusiastas y uniformes en su desempeño.
Bien estuvo el San Diego Symphony Festival Chorus, sobre todo en el cierre de la sinfonía, que es uno de los momentos más intensos e inquietantes en la música clásica. Un lujo fue contar con la presencia de dos buenas solistas: la contralto sueca Anna Larson, quien ha cantado en esta pieza en más de 200 ocasiones, y quien expresó la ascensión deseada en el poema popular ‘Urlicht’, rogándole a Dios una pequeña luz para iluminar su camino hacia la vida eterna y dichosa. Larson cantó con sentimiento, adecuación al texto, imprimiéndole una tonalidad oscura y profunda a su voz.
A su lado estuvo también la soprano Angela Meade, quien prestó una voz amplia y colorida en sus intervenciones, así como en su canto al lado de la contralto y los coros, y las fanfarrias que se escuchaban de la parte alta de la sala o fuera del escenario, que es donde —de acuerdo con Mahler— se gesta la idea de la vida inmortal y resurrección en el punto más álgido y emotivo de la obra.
En la primera parte del concierto se escuchó la obra Time (Tiempo) en tres movimientos para orquesta, que la propia orquesta comisionó al compositor austriaco Thomas Larcher (1963), una pieza moderna en su concepción, con un tenue movimiento central, relajadas y nostálgicas melodías, y suavidad expresada por los vientos.

La San Diego Symphony & Chorus en la renovada sala de conciertos del Jacobs Music Center © Paul Cressey