
L’uomo femmina en concierto en Madrid

Paco García (Giannino) y Eva Zaïcik (Crétidea) en L’uomo femmina de Baldasare Galuppi en el Teatro Real de Madrid © Javier del Real
Abril 3, 2025. Interesante estreno llevó a cabo el Teatro Real de Madrid del desafortunadamente olvidado dramma giocoso per musica L’uomo femmina (El hombre mujer), del veneciano Baldassare Galuppi (1706-1785), músico a medio camino entre el barroco y el clasicismo, muy apreciado en su tiempo por sus composiciones en el campo de la ópera bufa.
Su exhumación ha sido posible gracias al descubrimiento de un único ejemplar manuscrito en la Biblioteca del Palacio de Ajuda en Lisboa en el año 2006. Estrenada en el teatro veneciano Giustiniani de San Moisè en 1762, esta ópera, con libreto simple y efectivo del dramaturgo italiano Pietro Chiari (1712-1785), plantea una entretenida comedia de enredos plagada de una enorme variedad de recursos teatrales, que se adelanta y reflexiona, casi trescientos años después, a los actuales debates sobre sexo y género.
La trama, cargada de envidias y celos, cuenta la historia de dos supervivientes de un naufragio que llegan a una isla del Mediterráneo gobernada por mujeres y donde los hombres son sometidos a un matriarcado, siendo obligados a desempeñar funciones tradicionalmente destinadas a las mujeres. Aunque se indica en el programa que se trataba de una presentación en versión de concierto, podemos decir que la representación ofrecida fue semi-escenificada, lo que facilitó la comprensión de cuanto sucedía sobre el escenario.
En la vertiente vocal, el joven y talentoso elenco vocal fue irreprochable del primero al último. A cargo de la parte de la princesa Crétidea, gobernante de mano firme de la misteriosa isla donde se desarrolla la acción, la mezzosoprano francesa Eva Zaïcik destacó por la autoridad y delicadeza con la que fue cincelando un canto siempre expresivo y estilísticamente impecable.
Como las dominantes amazonas de sentimientos contradictorios y pretendientes de los náufragos, la mezzosoprano de Lucile Richardot (Ramira) impresionó por su la calidad de sus opulentos graves, su línea homogénea y su atractiva personalidad artística; mientras que la mezzosoprano Victoire Bunel (Cassandra), con una voz más liviana que la de su compañera, exhibió agilidad y gran variedad de colores.
En cuando a los náufragos, el barítono francés Victor Sicard (Roberto) sacó buen partido de sus arias para lucir una voz cálida, grata y bien proyectada con una consumada habilidad técnica. En cuanto al tenor Paco García, su retrato del sirviente Giannino, muy en la línea del Figaro o del Leporello mozartiano, resultó muy bien concebido, con una voz de interesante calidad sonora y de canto bien intencionado.
Muy a gusto con la vida que le tocó en suerte, el favorito y “hombre objeto” de la reina, el egocéntrico y vanidoso Gelsomino, encontró en el barítono Anas Séguin un intérprete vocalmente muy solvente que, sin nunca abusar, echó mano a toda una enorme batería de recursos histriónicos para concebir su divertido personaje.
A cargo de la vertiente musical, el director francés Vincent Dumestre y los músicos de la agrupación musical Le Poême Harmonique—con su precisa, atenta e historicista lectura— sacaron a relucir las ricas y variadas melodías que ofrece la partitura de Galuppi.