Madama Butterfly en Las Palmas

Pietro Spagnoli (Sharpless), Hrachuhí Bassénz (Cio-Cio-San) y Caterina Piva (Suzuki) en Madama Butterfly de Giacomo Puccini en Las Palmas de Gran Canaria © Nacho González Oramas

 

Junio 12, 2025. Entusiasmado y gratamente sorprendido al leer los títulos y los cantantes contratados para la próxima Temporada de Amigos Canarios de la Ópera (ACO) en el programa de mano que obtuvimos al entrar en el Teatro Pérez Galdós, nos dirigimos a presenciar el último título de su 58 temporada: Madama Butterfly, de Giacomo Puccini. 

Me parece del todo inverosímil que un Teatro como la Ópera de Las Palmas, con apenas un millón y medio de euros de presupuesto anual, pueda contar con tenores de primer nivel mundial como Piotr Beczała, Xabier Anduaga y Michael Fabiano para tres títulos importantes en 2026, así como con el deseado mejor barítono de los últimos años: el cantante mongol Amartuvshin Enkhbat, que va a hacer su presentación en Canarias el año que viene. 

Para 2027, me cuentan que la cosa va a ser más impresionante aún con la presencia del gran tenor mexicano Javier Camarena como cabeza de cartel en el 60 Aniversario de ACO. Habrá que trasladarse a vivir a Las Palmas de Gran Canaria…

La nueva producción de Madama Butterfly, con escenografía sencilla y de corte clásico, lleva la firma de Riccardo Roggiani, consiguiendo —mediante la ayuda de proyecciones y a una impecable iluminación— trasladarnos al Japón en el que se inspiró el maestro de Lucca. No me cansaré nunca de repetir que el dinero se debe emplear en contratar a los mejores cantantes, que es lo que realmente demanda el público, y no en producciones costosas y en sueldos millonarios a directores de escena que no aportan nada. Un claro ejemplo es el Liceu de Barcelona esta temporada, donde todo el mundo recuerda las históricas funciones de La sonnambula gracias a Nadine Sierra y Xabier Anduaga, pero sin embargo nadie habla de la costosísima y poco exitosa producción de Macbeth de €2 millones de euros.

La dirección escénica de Carlo Antonio de Lucía es impecable, con un movimiento de acertado de los miembros del coro y con detalles exquisitos como el Chaplin del casamentero Goro y el magnífico partido que le saco como actriz a la intérprete de Suzuki. En esta ocasión, la dirección musical se llevó el gran triunfo de la noche con un Francesco Ivan Ciampa inspiradísimo, que supo extraer el auténtico sonido pucciniano a una Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, que últimamente nos regala actuaciones memorables. La maestría e intensidad desde el foso de Ciampa fue encomiable durante toda la velada, destacando especialmente los pasajes en los que brilló la sección de vientos.

El veterano tenor de la tierra Manuel García fue un Príncipe Yamadori de manual, así como el barítono Julián Padilla, un excelente Bonzo. A destacar también las prestaciones vocales del barítono zaragozano Isaac Galán como Comisario Imperial, así como la impecable presencia escénica de la joven soprano Marina Díaz, una voz hermosa que sigue progresando en su debut como Kate Pinkerton, demostrando una vez más que es una aventajada alumna de la gran maestra Isabel Rey. El debut del tenor asturiano Jorge Rodríguez Norton como Goro, gustó mucho a un público canario que supo valorar las dotes cómicas y la voz de uno de los cantantes más aplaudidos cuando se bajó el telón.

Para enmarcar, la enorme labor interpretativa de la mezzo italiana Caterina Piva, una cantante muy a tener en cuenta en el futuro. Con un bello instrumento vocal que llegaba a todos los rincones del Teatro Pérez Galdós, mostró mucha seguridad y contundencia en todas sus intervenciones canoras como la sirvienta Suzuki, siendo la artista más aclamada y aplaudida por los asistentes cuando terminó la representación.

El bajo-barítono italiano Pietro Spagnoli como Sharpless, ofreció una lección magistral de interpretación escénica, con una voz de muchos decibelios que nos permitió disfrutar de una leyenda con triunfos sonados en los principales teatros del mundo.

El tenor Giorgio Berrugi debutó en las Palmas debido a una sustitución del inicialmente anunciado Irakli Kakhidze. Soy plenamente consciente de que cantar en una Tierra de Tenores como Las Palmas de Gran Canaria después del gran tenor Xabier Anduaga —que nos deleitó hace apenas unas semanas con un sublime Alfredo Germont— es como torear en La Maestranza después de Morante de la Puebla, pero es que, sinceramente todos esperábamos mucho más a nivel vocal del Pinkerton del cantante italiano. La voz tiene un timbre poco atractivo y no cuenta con el don de la proyección. Su fraseo es correcto pero los agudos no convencieron a un público que no podemos olvidar que siempre va a tener como referente a su paisano Alfredo Kraus. Lo mejor de su actuación el aria ‘Addio fiorito asil’ junto a sus dotes de actor.

La soprano germano-armenia Hrachuhí Bassénz, de la que todos esperábamos mucho por el currículum que la precedía, perdió una oportunidad de oro de consagrarse en Las Palmas como una Madama Butterfly de referencia. Correcta a nivel dramático, su voz de escasa proyección no transmitió las emociones canoras a las que nos tienen acostumbradas todas las Cio-Cio-San que hemos escuchado con anterioridad. Con una excesiva dosificación del instrumento vocal durante los dos primeros actos, no entusiasmó ni siquiera en la archiconocida aria ‘Un bel dì vedremo’, aplaudida y vitoreada por los amigos y familiares que se encontraban en el Pérez Galdós. En el tercer acto mejoró algo a nivel canoro e interpretativo, aunque durante toda la noche podemos afirmar que su voz en ningún momento logró imponerse al Coro del Festival de Opera de Las Palmas ni a la Filarmónica de Gran Canaria.

Cuando en una representación operística el gran triunfador es el director musical, la sensación de los que asistimos a la misma no es la más entusiasta de todas pero es que en estos momentos da igual, la ilusión y la emoción por la temporada que viene en Las Palmas de Gran Canaria es enorme y todos abandonamos el Teatro Pérez Galdós pensando en Anduaga y en su Nemorino —papel con el que se consagró en el Met de Nueva York y en la Staatsoper de Viena— con la vista puesta en el inicio de la 59 temporada el próximo mes de febrero del 2026.

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