Madama Butterfly en Tijuana

Norma Navarrete (Cio-Cio San) en Madama Butterfly de Giacomo Puccini en Tijuana

Septiembre 6 y 7, 2024. En el Teatro de la Casa de la Cultura de Tijuana, y en ocasión del centenario luctuoso del compositor italiano Giacomo Puccini, la Fundación Opera de Tijuana ofreció al público bajacaliforniano la ópera Madama Butterfly. 

Algunos fuimos afortunados de poder asistir no solo a las dos funciones, sino también al ensayo general del día 5 de septiembre. De esta forma fue posible ver de primera mano el desarrollo de la versión, un poco fuera de lo común, que se presenció, pero que fue realmente agradable. Inicialmente, se anunció la ejecución de solo el segundo acto de la obra. Sin embargo, la originalidad y visión del director de escena José Medina quedó manifiesta en su adaptación en la que se presentaron al público destellos del primero y del tercer acto en los que algunos de los personajes fueron solamente actuados, pero hubo un fondo musical y una narración con el objeto de hacer la función mucho más comprensible y fluida, que tuvo una duración de aproximadamente una hora y quince minutos, y con un calor poco menos que soportable. 

El papel de Goro fue personificado por el actor Jorge López Ramos y el Pinkerton fue Isaí García. El elenco de cantantes fue encabezado por Norma Navarrete, soprano de voz lírica squillante, que además de un bello fraseo mostró un conocimiento profundo del rol de Cio-Cio San. Por su parte, el barítono Javier Carrillo mostró un Sharpless espléndido y lleno de contrastes tanto vocales como actorales. Fue una muy especial y linda sorpresa escuchar a la mezzosoprano Samantha García, que le dio credibilidad al personaje de Suzuki, la adorable compañera de Butterfly, con estilo y una capacidad vocal de buen nivel. Otros cantantes dignos de mención fueron el Goro alocado y simpático del tenor Alberto Estañol, que gustó mucho al público, el Yamadori cantado por el joven Carlos Gutiérrez. 

También cabe mencionar la participación del coro el Ensamble Lírico, que cantó bien, y los figurantes, que eran algunos niños y jóvenes que aportaron un toque de realidad y un juego brillante a la obra. La narración clara y breve fue bien recitada por la voz de Jesús Márquez. Como es costumbre, el maestro Medina hizo una muy buena labor con los movimientos de los artistas, que hizo que la obra fuera comprensible y conmovedora, y acertada estuvo la conducción musical del maestro Iván Mares, con nobleza y destreza. Tanto el vestuario, como la escenografía, una producción de la Ópera de Tijuana, fue tradicional, sencilla pero bonita y bien iluminada en cada momento de la obra en un trabajo a cargo de Mario Montenegro.

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