La espectacular Iglesia de Notre-Dame du Mont de Marsella ha sido el escenario del estreno en Europa…
El Hermann de Yusif Eyvazov fue más un enamorado romántico que a un atormentado manipulador enceguecido por la ambición…
Cuerpo a cuerpo con Robert Carsen por los laureles de la representación, Simon Rattle brindó una versión musical de una elegancia suprema…
La versión musical fue notable, empezando por la prestación de la orquesta y la dirección de Lukasz Borowicz, un gran especialista que supo encontrar…
Veronica Simeoni hizo una protagonista musicalísima sin ninguno de los excesos veristas que algunos parecen necesitar…
La música, tanto de Puccini como de Mascagni, alcanzó momentos de alta expresividad y emoción conmovedora…
El trazo conceptual de Benjamín Cann, que previsiblemente generaría polémica como si ésta se pretendiera a toda costa para no pasar desapercibida por el público y la prensa, hipersexualizó la mayor parte de las escenas.
Los cantantes lo hicieron muy bien. Destacaron los villanos del bajo–barítono Philip Horst y las amantes de la soprano rumana Letitia Vitelaru...
Como lo he escrito hace poco sobre el espectáculo y la dirección de Henrik Nánási, sigue siendo totalmente válido…