Son muchos (nunca bastantes) los conciertos de Simon Keenlyside que he tenido la suerte y el placer de escuchar en vivo, e incluso si el programa no presentaba casi canciones nunca escuchadas en su interpretación, valió la pena…
El Teatro compró esta producción de David McVicar de La clemenza di Tito, nacida en 2011 en el Festival di Aix-en-Provence. Se trata de un espectáculo bello, clásico, pero demasiado gris y oscuro…
La Belleza, desilusionada, abandona al Placer y, acuciada por la Desilusión, se somete finalmente a las exigencias del Tiempo, pensando ya en la otra vida, la vida eterna.
Cecilia Bartoli encarnó a la sacerdotisa en un francés perfecto y sus dotes histriónicos salieron a relucir...
Confuso, incoherente y con pretensiones intelectuales, el trabajo del regista Joel Ivany no hizo más que vaciar de fantasía al cuento de hadas de los hermanos Grimn sobre el que se basa la ópera.
Un buen espectáculo general resultó Il barbiere di Siviglia presentado por la Canadian Opera Company, en buena parte gracias a un reparto calidad excepcional.
El regista Gianmaria Aliverta firmó una divertidísima y dinámica versión llena de movimiento, comedia física, gags pícaros y un tanto sexuales pero sin caer en jamás la vulgaridad o racismo.
Ramón Vargas fue el tempestuoso Roberto, un apasionado amante con un cálido y sonoro legato...
Andreas Homoki, director de escena e intendente del teatro suizo, famoso por sus puestas en escena minimalistas, propuso una versión por demás inteligente...