Parsifal en Bayreuth
Agosto 14, 2024. La interpretación de la última ópera de Richard Wagner, Parsifal (1882) en el Festival de Bayreuth, dirigida por Jay Scheib fue una reposición de la producción estrenada en 2023 y ofreció una mezcla fascinante de teatro de ópera tradicional y realidad aumentada moderna. El uso de gafas AR especiales, disponibles solo para una parte del público, formó un elemento artístico central de esta producción.
Al ponerse los auriculares VR, los espectadores fueron transportados instantáneamente a un mundo virtual poblado por criaturas míticas e imágenes emblemáticas. Esto incluía una variedad de símbolos y fantasmagorías que desempeñaban papeles cruciales en el texto o la acción en el escenario, desde flechas voladoras y planetas de gran tamaño hasta paisajes fantasmales iluminados por la luna, con arbustos en llamas, partes de cuerpos cercenados, animales heridos, un corazón arrancado que todavía latía, chorros de sangre, hasta unas calaveras de gran tamaño que imitaban el canto en el escenario, culminando en un ojo egipcio que simbolizaba la eternidad.
Aunque el encuentro con el mundo virtual fue cada vez más abrumador y molesto a lo largo de la velada, hubo momentos conmovedores que permitieron una expansión poética de la “obra de arte total” (Gesamtkunstwerk) de Wagner. Por ejemplo, cuando un cisne blanco aparentemente muerto golpeado por una flecha de repente levanta la cabeza y nos mira directamente a los ojos, o cuando una diosa virtual se sienta a nuestro lado. O al final, cuando una paloma blanca, rodeada por un halo dorado brillante, ilumina el final de la función.
El diseño escénico de Mimi Lien fue sencillo, colorido y estéticamente agradable. Con el apoyo de la ingeniosa iluminación de Rainer Casper, creó un telón de fondo visual único para el canto, aunque no siempre logró el equilibrio deseado entre la acción escénica y la realidad virtual. El vestuario, diseñado por Meentje Nielsen, era sorprendentemente moderno, a veces simple, a veces colorido, y presentaba elementos inusuales como pantalones de retazos y chaquetas de hule suave.
La función fue dirigida por Pablo Heras-Casado, quien logró un armonioso equilibrio entre orquesta, cantantes y acción escénica. Su dirección destacó con un sonido claro y transparente y una delicadeza propia de la música de cámara, aunque al final de la velada se volvió algo lenta y con tempi bastante prolongados.
El elenco fue excelente sin excepción y demostró una extraordinaria resistencia, poder dramático y un canto sobresaliente. Derek Welton como Amfortas, Georg Zeppenfeld como Gurnemanz, Andreas Schager como Parsifal y Ekaterina Gubanova como Kundry formaron un cuarteto de cantantes impresionante y fueron aclamados con devoción por el público al final de la velada. El Coro del Festival de Bayreuth (preparado por Eberhard Friedrich) se superó a sí mismo, con un sonido completo, homogéneo, dinámicamente equilibrado y envolvente.
En general, este Parsifal de Jay Scheib una producción notable que, fiel a la inscripción en la camiseta de Parsifal: “Recuérdame”, será recordada y discutida durante mucho tiempo. La producción plantea cuestiones importantes sobre el equilibrio entre el teatro tradicional y el uso de la tecnología moderna, su importancia para la programación futura, la atracción de una nueva audiencia y el replanteamiento de la visión artística del festival para los años venideros.