
Recital Damrau-Kaufmann-Deutsch en Barcelona

Helmut Deutsch acompañó a Diana Damrau y Jonas Kaufmann en el Palau de la Música de Barcelona © Antoni Bofill
Abril 8, 2025. En el ciclo ‘Grandes Voces’ del Palau de la Música se presentó otra vez el dúo vocal formado por la soprano Diana Damrau y el tenor Jonas Kaufmann, acompañados siempre por el pianista Helmut Deutsch. A distancia de unos años de un excelso recital con el Italianisches Liederbuch (Libro de poemas italianos) de Hugo Wolff, la experiencia no se reeditó de modo tan feliz. No por el gran acompañante, que se destacó como siempre por su propiedad, buen hacer (¡qué introducciones!) y absoluta calidad y homogeneidad en las piezas elegidas de Richard Strauss, Gustav Mahler y nuevamente Strauss, que hacían augurar un programa de campanillas.
Pero los cantantes no se encuentran ya (sobre todo el tenor) en su plenitud, y si hay mucho que admirar, sobre todo en la técnica, la adecuación lingüística y estilística, también hay que pasar por alto algunos momentos. Incluso la interacción entre ambos, siempre inteligente y bien trabajada, resultó ahora demasiado artificiosa.
Agréguese que entre el nutrido púbico había varios invitados de una famosa marca de relojes (Kaufmann es una de sus figuras fundamentales en la actualidad como en su momento lo habían sido otros, por ejemplo, Plácido Domingo), que parecían más interesados por fotografiar la espléndida sala o los famosos en el escenario, además de a sí mismos, y en consecuencia llegaron tarde.
El tenor tuvo que pedir dos veces (y no se le hizo caso más que a regañadientes) que controlaran los teléfonos móviles porque sonaban en momentos realmente importantes (arruinaron, por ejemplo, el final de uno de los más sublimes Lieder de Mahler, que, por supuesto, desconocían, y como el cantante había cerrado su boca procedieron a aplaudir y gritar ‘¡bravo!’ Por supuesto, como dijo alguien —amargado por el reproche de su ídolo— detrás de mi localidad, ‘¡qué poca empatía para entender que uno viene aquí a entretenerse!’
En la primera parte hubo solo Lieder de Richard Strauss, algunos muy conocidos, en los que Damrau estuvo excelente, salvo tal vez en los extremos agudos de la difícil ‘Amor’. Kaufmann estuvo correcto pero apagado, sumamente oscuro (espero que no tome malos ejemplos y pase a cantar de barítono), con un registro agudo totalmente abierto y muchas veces forzado y sus famosos piani que son cada vez más falsetes destimbrados.
En la segunda parte —luego del cambio de vestido hoy de rigor para la soprano—, Mahler fue el peor servido. Damrau estuvo tosiendo todo el tiempo en sus canciones, las más “livianas” o “graciosas” del autor, y tal vez por ello su centro y grave o no sonaban, o lo hacían de forma ronca y descolorida. El tenor no hizo demasiados esfuerzos, prácticamente no tocó la zona aguda más que por un momento, y sus medias voces siguieron —peor— en la línea señalada anteriormente.
Por fortuna, volvieron a Strauss, que definitivamente pareció sentarles mejor en la velada y obtuvieron el momento más equilibrado de la velada con un Kaufmann muy sonoro y de agudo firme aunque corto, y una Damrau aparentemente recuperada de su tos (nuevo cambio de vestido de por medio) y cantando de nuevo los momentos más tiernos, pícaros y frívolos del gran compositor con total facilidad.
Como bises, ofrecieron dos fragmentos de opereta, en especial el último (‘Wiener Blut’) muy logrado.