Donizetti Songs Vol. 4 —Marie-Nicole Lemieux & Giulio Zappa

 

Gaetano Donizetti, uno de los compositores de ópera más prolíficos de la historia, dejó un legado impresionante: si se cuentan las distintas versiones, las alternativas en francés, y las reutilizaciones de su propio material, compuso cerca de 80 óperas en apenas tres décadas de actividad. Pero más allá de la música para los teatros, el compositor bergamasco cultivó con auténtica pasión el repertorio de cámara, componiendo unas 200 canciones que, hasta hace poco, permanecían en la sombra.

Gracias al minucioso trabajo del musicólogo Roger Parker, este compendio olvidado está viendo finalmente la luz en un ambicioso proyecto editorial y discográfico promovido por la etiqueta discográfica británica Opera Rara: una colección de ocho volúmenes, cada uno a cargo de diferentes intérpretes, que ofrece un mapa completo del Donizetti más íntimo, experimental y humano.

El proyecto nació durante la pandemia y supuso un reto editorial notable: muchas de las piezas se conservan en manuscritos dispersos, ediciones impresas con variantes significativas y fuentes de difícil atribución. Datarlas con precisión ha requerido análisis estilístico y filológico. El resultado, sin embargo, es revelador: un Donizetti menos teatral, pero igualmente dramático y refinado.

Los primeros tres volúmenes ya contaron con nombres ilustres: Lawrence Brownlee, Nicola Alaimo y Michael Spyres, todos acompañados al piano por Carlo Rizzi. En este cuarto volumen, los protagonistas son la contralto canadiense Marie-Nicole Lemieux y el pianista italiano Giulio Zappa. Ambos aportan no solo experiencia, sino una profunda sensibilidad camerística.

Un recorrido en tres idiomas

Este programa ecléctico, con 21 canciones, abarca tres idiomas: italiano, francés y napolitano. El recorrido comienza con la aristocrática sensualidad de ‘Bei labbri che amore formò’, pasa por la vivaz picardía dialectal de ‘Tengo ’no ’nnamorato’, y culmina en el drama psicológico con ‘La folle de Sainte-Hélène’ y ‘Quand je vis que j’étais trahie’. Cada canción es un microcosmos emocional que Lemieux y Zappa abordan con inteligencia y estilo.

Ganadora de la prestigiosa Queen Elisabeth Competition en 2000, Lemieux posee una voz amplia, con un timbre chispeante que destaca en el registro medio. Su línea de canto es cuidada, de fraseo decoroso, aunque en los agudos su emisión pierde homogeneidad. La dicción italiana no siempre es cristalina, en particular en el registro alto, pero su capacidad para matizar emocionalmente —sobre todo en el repertorio francés— es notable. Canciones como ‘Quel nome se ascolto’ y ‘Sull’onda cheta e bruna’ muestran un interesante fraseo lírico.

Un verdadero arquitecto del acompañamiento

Giulio Zappa es sin duda el arquitecto emocional que sostiene la producción discográfica. Pianista con una sólida carrera internacional, Zappa ha colaborado con figuras de primer nivel como Marina Rebeka, Erwin Schrott, Pietro Spagnoli, Olga Peretyatko, Xavier Anduaga, Michael Spyres y Arturo Chacón-Cruz, entre muchos otros. Además, es un reputado coach vocal y dirige actualmente la Bottega Donizetti, el estudio de ópera del Donizetti Festival de Bérgamo tras haber dirigido por ocho años el opera studio de la Ópera de Tenerife.

Lejos de limitarse a acompañar, Zappa construye auténticos paisajes sonoros: su toque es refinado, atento al detalle, con una gama de colores rica y precisa. En piezas como ‘Luna e stelle della notte’ o ‘La fiancée du timbalier’, el piano no solo sostiene, sino que dialoga, respira y emociona. Su lectura está siempre al servicio del texto, sin caer nunca en lo decorativo.

Lo más admirable es la compenetración entre ambos intérpretes: Zappa parece anticipar cada inflexión agógica, cada susurro, cada estallido lírico de Lemieux con una fluidez que solo se logra con años de profunda dedicación al repertorio vocal.

Un Donizetti para descubrir

Este Donizetti Songs Vol. 4 es una adición valiosa para cualquier colección belcantista por la rareza del repertorio; ya que la colección no solo documenta, sino que reinterpreta la faceta más desconocida del compositor: la del artesano melódico que, sin necesidad de orquesta, sabía conmover desde un salotto, con la misma fuerza con la que agitaba los grandes escenarios de Europa.

 

Giulio Zappa y Marie-Nicole Lemieux © Opera Rara

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