Le prophète — Meyerbeer

John Osborn, Elizabeth DeShong, Mané Galoyan, Edwin Crossley-Mercer, James Platt, Guilhem Worms, Valerio Contaldo.
London Symphony Orchestra, Mediterranean Youth Orchestra, Maîtrise des Bouches-du-Rhône, Lyon Opera Chorus, Sir Mark Elder
LSO Live CD

Le prophète (El profeta) es una grand opéra en cinco actos con música de Giacomo Meyerbeer. El libreto en francés es de Eugène Scribe y Émile Deschamps, basado en pasajes de la obra de Voltaire Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de las naciones y en la vida de John de Leiden, líder anabaptista que se autoproclamó Rey de Münster en el siglo XVI. 

Se estrenó en la Salle Le Peletier de la Ópera de París el 16 de abril de 1849. Los creadores de los tres papeles principales fueron la soprano Anaïs Castellan como Berthe, la mezzosoprano Pauline Viardot como Fidés y el tenor Gustave Roger como Jean.

Le prophète es la gran ópera por excelencia: una obra espectacular a gran escala que convirtió a la Ópera de París en el principal escenario lírico de Europa, y a Meyerbeer en un compositor admirado y envidiado por los más grandes. La obra tardó nada menos que 13 años en estrenarse, durante los cuales pasó por amplios cambios conceptuales y musicales y recibió su título definitivo. 

Las escenas de Jean y Fidès y su dominio de los conjuntos que entrelazan declamación y virtuosismo vocal, así como las escenas de multitudes corales, dan forma al carácter de la ópera y a su sombrío color musical con tintes góticos y oscuros.

La trama de la ópera se desarrolla en el siglo XVI en Dodrecht (Holanda) y Münster (Alemania). Jean de Leyde, un carismático posadero holandés conoce a un grupo de predicadores itinerantes y es convertido al anabaptismo (doctrina protestante que rechaza el bautismo de los niños antes de que tengan uso de razón). 

Los anabaptistas incitan una revuelta entre los campesinos para liberarse de la tiranía. La joven Berthe quiere casarse con Jean, para lo cual necesita el permiso del conde Oberthal. Pero ella y su compañera, la madre de Jean, Fidès, son arrestadas. Berthe logra huir con Jean. El conde le da a Jean la opción de matar a Fidès o entregar a Berthe. Decide salvar la vida de su madre y se llevan a Berthe. Jean se une a los anabaptistas como un nuevo profeta, por venganza. 

Se las arreglan para conquistar la ciudad de Münster, a donde se supone que Berthe huyó. Berthe y Fidès creen que el profeta ha matado a Jean, que entretanto se ha coronado rey. Cuando Berthe descubre que el megalómano sanguinario Jean es en realidad el profeta, se suicida. Fidès lo perdona, a pesar de haberla repudiado como madre. Jean todavía quiere vengarse de Oberthal y prende fuego al castillo imperial durante un asalto, inmolándose junto a su madre y todos los presentes.

Grabado en vivo en concierto en el Festival d’Aix-en-Provence en 2023, en este álbum la Orquesta Sinfónica de Londres y el director Mark Elder unen fuerzas con tres coros y un increíble elenco de solistas para dar vida a este drama histórico de Meyerbeer.

En el papel titular del profeta Jean de Leyde está al experimentado tenor John Osborn, intérprete que se ha especializado en el repertorio belcantista y francés, sobre todo en aquellas óperas casi “imposibles” de cantar o poco conocidas. El rol de Jean es un tour-de-force para cualquier tenor; Osborn aborda el papel con aplomo, técnica impecable, clara dicción francesa y canto siempre elegante y en estilo. 

El rol es de gran lirismo, que en partes requiere más peso en la voz y, en otras, muestra su extenso registro. La complejidad vocal muestra la evolución del personaje, que pasa de un ingenuo hostelero a un hombre que se cree el profeta y que saca su lado más cruel y oscuro gracias a la ambición y el poder que se le ha dado. Uno de los momentos musicales más bellos de Jean es la pastoral ‘Pour Berthe moi je soupire’ (‘Por Berthe suspiro’) en el acto II, que Osborn canta con dulzura y elegancia.

Le prophéte, acto II: No. 8, Pastorale: ‘Pour Berthe moi je soupire’ 

El tenor norteamericano hace gala de toda su paleta vocal haciendo matices y dinámicas que enriquecen no solo musicalmente al personaje sino también muestran la compleja situación emocional por la que está pasando. Osborn lo hace un personaje real y creíble; basta escuchar su plegaria ‘Dieu puissant!’ (‘¡Poderoso Dios!’) en el acto III, para darse cuenta en lo inmerso que está en el rol. Hay aquí ya un punto de inflexión de Jean en donde ya no habrá vuelta atrás para él. Otro momento de gran belleza es el dueto de Osborn con DeShong en el acto V ‘Ma mère!’ (‘¡Mi madre!’)

La soprano armenia Mané Galoyan es una Berthe de voz cálida y con una línea de canto exquisito; desde la cavatina en el acto I ‘Voici l’heure où sans alarmes’ (‘Ésta es la hora sin alarmas’) interpreta la pureza e ingenuidad del personaje. Va bordando cada frase con gran refinamiento, atenta al estilo y al texto. 

 Le prophéte, acto I: No. 1 bis (A) , Cavatine: ‘Voici l’heure où sans alarmes’ 

Galoyan posee una voz luminosa en el registro agudo y sobreagudo; otro de sus momentos más lucidores en esta ópera es el trío en el acto V ‘Ah! Combien ma douleur fut amère… Ô spectre épouvantable!’ (‘¡Oh, qué amarga fue mi pena… ¡Oh espectro espantoso!’) en donde ella, Osborn y DeShong armonizan y entretejen sus voces con gran virtuosismo y delicadeza.

La mezzosoprano Elizabeth DeShong canta una Fidés de antología; este papel es casi para contralto y requiere de una voz que tenga un registro muy amplio, pero sobre todo un registro central y grave sonoros. Su timbre es sedoso en las partes más liricas, adquiriendo una redondez y cuerpo en las escenas que requieren más drama. Luce su impecable fraseo en el arioso ‘Ah! Mon fils!’ (¡Ah, hijo mío!) del acto II, donde muestra el lado vulnerable de Fidès.

 Le prophéte, acto II: No. 10, Arioso: ‘Ah! Mon fils’ 

Galoyan y DeShong tienen un dueto precioso en el acto IV, ‘Pour garde à ton fils…Un matin’ (‘Para velar por tu hijo… Una mañana’), en donde sus voces se entrelazan bellamente.

 Le prophéte, acto IV: No. 22b, Duo: ‘Pour garder à ton fils’ 

El rol de Fidés llega a cobrar igual o más importancia que el de Jean y con una artista de la calidad de DeShong, el papel que originó Pauline Viardot en 1849 cobra vida de manera fresca y conmovedora. Hay que resaltar también que Meyerbeer le da en el acto V una especie de “aria de locura”: la cavatina ‘Ô toi qui n’abandonnes’ (‘Oh tú que nunca te rindes’), en donde Fidès muestra toda la desesperación que lleva dentro al enterarse que Jean es el Profeta y por haber sido negada por él en frente de todos. De Shong hace una creación de esta escena, emulando con su grandiosa interpretación a otra inolvidable Fidès norteamericana: Marilyn Horne. 

 Le prophète, acto V: No. 26b, Cavatine: ‘Ô toi qui n’abandonnes’ 

El bajo Edwin Crossley-Mercer como el Conde Oberthal posee una voz imponente y siniestra, propia para el personaje. Tres roles muy importantes en la trama son los tres anabaptistas: Zacharie, Mathisen y Jonas. Son personajes siniestros con algunos tintes diabólicos y ciertos momentos cómicos. El personaje de Zacharie es el que tiene más peso de los tres en la trama y tiene una copla en el acto III, ‘Aussi nombreux’ (‘Como muchos’), después del tenso final del acto II. También ilustra un lado más relajado de uno de los anabaptistas llegando a ser hasta cómico. Excelente interpretación de la misma hace en esta grabación el bajo James Platt.

 Le prophéte, acto III: No. 13a, Couplets de Zacharie: ‘Aussi nombreux’ 

Las escenas corales son monumentales, de una grandiosidad orquestal y vocal colosales, ilustrando muy bien por qué se le llamaba grand opéra. Desde coros de campesinos y pobladores de Dodrecht, pasando por soldados, seguidores fieles a Jean y un coro infantil, el rol de la masa coral es fundamental en esta obra.

 Le prophéte, acto III: No. 12b, Chœur des anabaptistes: ‘Du sang!’ 

Como en toda grand opéra, en Le prophète no podía faltar el ballet en el acto III. Se cuenta en crónicas de la época del estreno que se incluyó un número de baile sobre hielo. Incluso gracias a las flautas “escuchamos” a los patines deslizarse sobre el hielo.

 Le prophéte, acto III: No. 14a, L’Arrivée des patineurs: ‘Voici les fermières’ 

El ballet se divide en cuatro movimientos: Valse, Pas de la Redowa, Quadrille des patineurs y Galope. No hace falta decir que la música que Meyerbeer compuso para dicha escena es de gran belleza con melodías atractivas.

Sonido transparente, textura suave; no solo en el ballet tenemos la oportunidad de escuchar a la orquesta lucirse. Hay que destacar, sin lugar a duda, la majestuosa “Marcha de la Coronación en la Catedral de Münster” que abre la segunda escena del acto IV en donde Jean está a punto de ser coronado rey. 

Mark Elder es la batuta experimentada que dirige todo este complejo engranaje musical en donde, al frente de la London Symphony Orchestra y de tres coros (Mediterranean Youth Orchestra, Maîtrise des Bouches-du-Rhône, Lyon Opera Chorus) recrea con un sonido brillante, lleno de texturas orquestales, matices y colores, esta inmensa partitura.

Elder sabe cómo hacer que la acción fluya y que siempre haya expectación en las escenas cumbres. Es una partitura llena de contrastes tanto de estilos, tempi y sonoridades. Es una “catedral musical” perfectamente bien ensamblada por el director inglés. Definitivamente esta es una grabación muy importante que vuelve a poner a la luz esta genial ópera de Giacomo Meyerbeer. 

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