
Samson et Dalila—Saint-Saëns
SeokJong Baek, Elīna Garanča, Lukasz Golinski, Blaise Malaba, Alan Pingarrón, Chuma Sijeqa, Thando Mjandana, Goderdzi Janelidze
Orchestra of the Royal Opera House, Antonio Pappano, Richard Jones
OPUS ARTE DVD y Bluray
La moderación piadosa se enfrenta cara a cara con el hedonismo sensual en la gran ópera de Camille Saint-Saëns Samson et Dalila, que vuelve a contar la historia bíblica del Libro de los Jueces. El director ganador de varios premios Olivier, Richard Jones, regresó a la Royal Opera House (ROH) para presentar esta espectacular obra maestra, que no se presentaba en Covent Garden desde 2004.
En aquella ocasión los roles titulares estuvieron a cargo del tenor argentino José Cura y la mezzosoprano norteamericana Denyce Graves, bajo la batuta de Philippe Jordan en una ya mítica puesta en escena de Elijah Moshinsky. En el regreso de esta ópera al escenario londinense, tocó ahora el turno a la mezzosoprano letona Elīna Garanča de interpretar a la filistea Dalila y al tenor sudcoreano SeokJong Baek cantar al héroe judío Samson. Antonio Pappano dirigió por primera vez esta obra.
Con cantos magníficos en solos y dúos de gran intimidad y fervor, música magnífica con emocionantes interludios orquestales y espléndidos números corales para el Royal Opera Chorus, esta fue una función para recordar, sobre todo en el aspecto musical. La ópera en tres actos con libreto en francés de Ferdinand Lemaire fue estrenada en Weimar el 2 de diciembre de 1877 en alemán, después de que Camille Saint-Saëns (1835-1921) tardara 10 años en escribirla. Como adorador de Bach y de Mendelssohn, quiso hacer primero la obra como un oratorio, pero después Lemaire lo convención de que mejor hiciera una ópera con tan majestuoso tema bíblico.
Curiosamente, se estrenó en Francia hasta el 31 de octubre 1890 en el Éden-Théâtre y en la Opéra de Paris se presentó el 23 de noviembre de 1892. A partir de ese momento, la fama y el éxito de esta ópera la llevaron a ser representada en todo el mundo contando con varios cientos de representaciones en los teatros más importantes de Europa.
La trama, por todos conocida, está basada en el episodio de Sansón y Dalila del Antiguo , concretamente los capítulos 13 al 16 del Libro de los Jueces. En la ópera, los dos protagonistas tienen pasajes musicales de gran belleza y cargan con el peso de toda la obra.
De esta nueva versión debemos resaltar primero el magnífico trabajo orquestal por parte de Pappano y el director del coro de dicha casa de ópera, William Spaulding. Para ser la primera vez que Pappano dirigía esta obra, muestra un conocimiento total del estilo francés y del arco melódico y dramático de la obra. Sabe imprimir un dramatismo que ayuda a plasmar el sufrimiento del pueblo judío, sobre todo en las escenas corales, pero también moldea el sonido para lograr una atmósfera mística y con tintes de música sacra. Basta con escuchar lo bien que dirige la fuga ‘Dieu d’Israel’ en la primera escena, que bien podría emular una fuga de Johann Sebastian Bach.
Con respecto al coro de la Royal Opera House, interpreta la música no solo con un sonido rico, redondo y lleno de colores, sino que también hay que aplaudir que sus miembros son muy buenos actores que participan con gran profesionalismo como parte del ballet en el acto III (en la famosa Bacchanale).
El tenor sudcoreano SeokJong Baek hizo doble debut en esas funciones: cantó por primera vez en la Royal Opera House y debutó el papel de Sansón. Fue llamado como sustituto del tenor que originalmente lo cantaría y resultó ser una oportunidad de oro que lo lanzaría al estrellato. Es ahora uno de los tenores líricos más solicitados en las grandes casas de ópera, muy aplaudido sobre todo en el Metropolitan Opera House de Nueva York donde ha triunfado con roles como Calaf, Cavaradossi o Radamès. Su interpretación de Sansón es más realista, menos estilizada, que aquella de sus antecesores en puestas tradicionales. Dada la ubicación de la acción en tiempos modernos, Baek se ve en la necesidad de crear un Sansón más humano. Tiene el poderío vocal para afrontar las partes más dramáticas, pero sabe también matizar y hacer filados en sus escenas de amor con Dalila, como el dueto del acto II donde hay muchos contrastes emocionales para ambos personajes. La escena del inicio del acto III cuando está ya ciego y esperando su sentencia, derrotado y decepcionado de lo ocurrido con Dalila, es de los momentos más desgarradores de la función.
La mezzosoprano letona Elīna Garanča hace una verdadera creación del papel de Dalila. Es un papel que conoce a la perfección y que ha cantado en cuatro producciones distintas. En esta ocasión, su manera de interpretar histriónicamente a la seductora filistea es muy distinta a cuando la vimos en la puesta más tradicional del Met en 2018. Garanča moldea su personaje para adaptarse a lo que la producción de Jones pide y la interpreta con muchos más matices que en otras ocasiones. Esto tiene que ver con el carácter más moderno de la puesta en donde Dalila incluso muestra ser más independiente y poderosa. Lo que sí se mantiene y que Garanča sabe mostrar con creces es esa personalidad arrolladora, seductora y misteriosa de Dalila. Y si a esto añadimos la sedosa y oscura voz de la mezzo letona, además de su siempre bella presencia física, tenemos una Dalila de antología.
Garanča acaricia con la voz cada frase del personaje, sobre todo en su escena de ‘Printemps qui commence’ y en la famosa aria ‘Mon coeur s’ouvre a ta voix’ del acto II. Muestra también una evolución del personaje en donde vemos al final una Dalila arrepentida por la traición a Sansón.
El bajo-barítono polaco Łukasz Goliński intepreta con su imponente voz el papel del Grand-Prêtre de Dagon. Es un gran descubrimiento escuchar a este cantante, quien además de actuar con desparpajo el papel, dándole un giro más hacia un mafioso que un sacerdote (de nuevo, gracias al concepto de Jones), hace que el rol destaque más y sea menos estático. Excelente también la participación del bajo georgiano Goderdzi Janelidze como Un vieillard hébreu, cantando con una voz cavernosa y de muy buena presencia escénica. Muy bien el barítono Blaise Malaba en el rol de Abimélech, siendo en esta puesta más importante aún porque su asesinato a manos de Samson es el que detona (según Jones) el cambio en Dalila para traicionar a su amado. Nos da mucho gusto que el tenor mexicano Alan Pingarrón participe en esta función en el rol del Premier Philistin con su característico timbre cálido.
La puesta es escena de Jones es un cambio de 180 grados, comparada con su antecesora de Moshinsky, que era más tradicional y algo austera en escenografía. Jones pone la acción en una época más moderna, aunque no se especifica cuándo. Los filisteos están vestidos con ropas modernas y usan armas actuales, representando una sociedad inmersa en el vicio, la codicia y la violencia. Por otro lado, los judíos —el pueblo de la espiritualidad— son representados con ropas sencillas que contrasta con sus captores, en tonos grisáceos. Visualmente, Jones utiliza una especie de choza de madera moderna que parece una pequeña bodega, como la casa de Dalila y vemos un gran cubo con escaleras que simulan el templo donde Sansón infunde valentía y ánimos a los judíos.
Hay que resaltar la gran dirección de personajes de Jones que ayuda a que el drama fluya. Pero no comprendemos por qué Jones eliminó el hecho más conocido e importante —la vuelta de tuerca de la trama— cuando Dalila le corta el cabello a Sansón, dejándolo sin fuerza. Un punto interesante al final del acto II, cuando el héroe grita “Traición”, no es porque Dalila le haya cortado la cabellera después de descubrir que esa era la fuente de su fuerza, sino porque los filisteos han asesinado al Viejo judío por órdenes de Dalila y del Gran Sacerdote de Dagón.
Otro momento clásico de la ópera que Jones cambió y adaptó para que coincidiera con su concepto fue el ballet conocido como la Bacchanale. Curiosamente, este momento que debe reflejar el vicio y hasta cierta depravación de la sociedad filistea en el festejo de su triunfo sobre Sansón, queda en la puesta de Jones como un bailable que hace el coro junto con unos bailarines que asemeja a una escena de cuando en las bodas los parientes de los novios bailan pasos sencillos en la celebración. Esto le restó sensualidad y la atmósfera erótica/exótica que tiene cuando se presenta de manera más tradicional. De las puestas en escena de Jones, esta es de las más débiles.
Con todo y sus pros y sus contras, esta nueva versión en video de Samson et Dalila vale mucho la pena por el excelente nivel musical del coro y la orquesta, la dirección atinada, cuidada y en estilo de Pappano y por sus dos magníficos protagonistas que dan vida y voz a estos dos personajes ya legendarios.
Saint-Saëns: Samson et Dalila (The Royal Opera) – YouTube