Cantatas del barroco tardío en la UNAM

La Academia de Música Antigua en el Anfiteatro Simón Bolivar © Ramón Jacques

Junio 11, 2022. La cantata fue uno de los géneros vocales que surgieron durante el periodo barroco, a la par del oratorio y la ópera. El término se utilizaba para describir obras para una o dos voces con acompañamiento simple, que generalmente trataban sobre temas mitológicos o históricos. Con el paso del tiempo, estas obras se fueron enriqueciendo en su composición, con la inclusión de acompañamiento de una orquesta, o de preludios y danzas, que fueron innovaciones de Giovanni Bononcini y Alessandro Scarlatti, y posteriormente de Georg Friedrich Händel, quienes fueron los compositores más prolíficos de este tipo de obras (a Bononcini se le atribuyen más de 300 cantatas y a Händel alrededor de 100, durante su estancia en Italia entre 1707 y 1709) en el periodo del barroco tardío. 

Es, precisamente en ese tiempo donde se centró otro más de los interesantes programas ofrecidos por la Academia Música Antigua (AMA) de la UNAM, que se tituló “Cantatas y sonatas, música instrumental y vocal italiana del barroco tardío” en tres conciertos realizados en diversas salas de la ciudad, el último de ellos, en la sede de la AMA: el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México. Con una amplia oferta, variada y frecuente de conciertos, la AMA comienza a ocupar un vacío que existía en cuanto a la interpretación de música antigua en esta ciudad.

En el concierto se ejecutaron dos breves, pero alegres piezas instrumentales: la Sonata en trio para flautas de pico y continuo en la menor. Op 1 num. 4 de Arcangelo Corelli (1653-1713), la Sinfonía par dos violines, viola y continuo en sol mayor de Giuseppe Ferdinando Brivio (1699-1758), creador de al menos cinco operas; así como la breve, pero vivaz y sutil pieza: Diverse bizzarie sopra la vecchia aarabanda o pur ciaccona de Nicola Matteis (c. 1650-1700), que fueron bien ejecutados por los músicos de la AMA. 

Los músicos y cantantes se fueron alternando durante cada pieza, mostrando buen desempeño y sus cualidades en la ejecución de esta música. Los puntos más sobresalientes del concierto se escucharon en el aria ‘Come in ciel benigna stella’ de la cantata Apollo e Dafne de Händel, con el cantó nítido, flexible y muy musical de la soprano Arelí Bautista, y en la cantata a duo ‘Pietoso nume arcier’, para dos altos y continuo de Bononcini, con la conjunción y el equilibrio entre las flexibles y oscuras voces de los altos Salvador Márquez e Ingrid Fueli. 

Se escuchó también la solemne aria ‘Per pieta de’ miei martiri cuopre tal volta il cielo’, HWV 98 de Händel, con la dúctil voz del barítono Alejando Lemus, y la cantata Che vai pensando HVW184 para soprano, bajo y continuo de Händel en las voces de Yunuén Xolotzin Flores, y del propio Lemus. Redondeó el concierto, de apenas una hora de duración, el Salve Regina de Giovanni Martini (1706-1784), el compositor franciscano boloñés, conocido como el Padre Martini, teniendo como solistas al barítono Adriel Enríquez y los tenores Jairo Calderón y Rabindranath Vite, quien ha demostrado elegancia interpretativa en este y en conciertos anteriores. 

Los músicos mostraron apego y buen gusto en cada pieza, en la que crearon un propicio marco musical para las voces.

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