Concierto de Gluck y Mozart en Montreal

Abril 27, 2023. Excelente propuesta de la Orchestre de l’Agora al presentar un creativo concierto que, sumergiéndose en plena guerra de Troya, repasó la historia de una de las familias más poderosas de la mitología griega, la del héroe y rey de Micenas, Agamenón, a través de páginas musicales compuestas por Christoph Gluck (Iphigénie en Aulide, Iphigénie en Tauride) y Wolfgang A. Mozart (Idomeneo). 

Ayudado por una interesante narración que fue hilvanando las crónicas mitológicas con las ilustraciones musicales, la orquesta del Ágora al frente del talentoso Nicolas Ellis ofreció momentos de altísima calidad musical mostrando, por un lado, el absoluto conocimiento de su director musical de las piezas propuestas, y por otro el enorme talento de los músicos a su cargo. 

De la selección de piezas de Gluck, tanto la obertura de la ópera Iphigénie en Aulide, que abrió el concierto, como el larguetto del ballet Don Juan, los números del ballet-pantomima Sémiramis y la danza de las furias de la ópera Orphée ed Eurydice destacaron por su lectura precisa, de desbordante energía y enorme tensión dramática. Asimismo, cabe mencionar del trabajo de Ellis su perfecta articulación orquestal y su búsqueda constante por extraer de la orquesta todos los recursos expresivos posibles.  

En terreno mozartiano, el director quebequense ofreció una lectura irreprochable nunca exenta de vivacidad, fluidez, contrastes dinámicos y gran elegancia, prestando particular atención, por un lado, en no apartarse ni un ápice del estilo clasicista del compositor y por otro, en exhibir toda la dimensión dramática de la música de Mozart. Un comentario al margen merece la excelente labor de Victor Alibert, quien hizo maravillas con su instrumento a cargo de la parte solista en el adagio del concierto para clarinete en la mayor K 622 de Mozart.

Al frente de las ilustraciones vocales, Karina Gauvin, soprano local de gran renombre internacional y artista de inmensa sensibilidad musical, mostró ser una intérprete de gran ductilidad para adaptar su canto a los requerimientos estilísticos tanto de Gluck como de Mozart. De voz opulenta, timbre seductor y emisión luminosa, la soprano quebequense plasmó con contundencia el dolor, la fragilidad y la humanidad en su caracterización de Ifigenia. Imposible resultó no sucumbir frente a la emoción justa, sin excesos, de su plegaria ‘Je t’implore et je tremble’, o de su sentido lamento en la famosa aria ‘O malheureuse Iphigénie’, dos de sus momentos de mayor inspiración de la noche. 

Experta en el estilo mozartiano, Gauvin supo moverse a sus anchas en las arias de bravura de Electra de Idomeneo donde, sobrada de talento y virtuosismo, alardeó de gran agilidad vocal y de enormes dosis de furia. Su aria final ‘Oh smania! Oh furie!… D’Oreste d’Aiace’, cantada con toda la carne en el asador, hizo saltar al publico de la butaca y cerró de modo espléndido un concierto memorable. Interminables aplausos premiaron el desempeño de los interpretes y en particular de la orquesta, que por su calidad, continúa afianzándose como una de las más importantes alternativas musicales de la ciudad de Montreal.