El gallo de oro en Bari

Maiia Barkovskaya como El gallo de oro en Bari

Noviembre 11, 2021. Las temporadas operísticas de la mayoría de los teatros en Italia están recuperando su impulso. Aquí en Bari el Teatro Petruzzelli está presentando su tercera ópera en tres meses, habiéndose ya visto Don Giovanni, Nabucco y ahora la última ópera de Nicolai Rimski-Kórsakov.  La Compañía de Ópera Helikon de Moscú es bien conocida en Europa, pues ha presentado óperas en Inglaterra, España y ahora en Italia. Helikon emplea cantantes rusos jóvenes, muy bien preparados musicalmente. 

El gallo de oro es una ópera fantástica y por ello se acerca mas a una comedia/farsa que a una obra dramática. No es nada fácil elegir un elenco fuera de Rusia, requiriéndose un tenore altino para el rol del Astrólogo, una especialidad rusa que demanda una voz de tenor robusto con un registro sobreagudo que no quiebre la línea vocal. El rol del Zar Dodón usa un bajo pero no bufo, y puede ser cantado por un basso profondo o por un basso cantante. Finalmente, la Zarina de Shemajá no solo debe poseer una voz de soprano ligera de coloratura con notas en el registro sobreagudo, sino también una figura esbelta y bella pues debe moverse en forma sinuosa, irresistible y en este caso también exagerada, ya que la producción de Dmitry Bertman cae más en el estilo comedia musical. 

En un teatro grande como el Petruzzelli la obra se sintió cómoda, los cantantes se escucharon en todo momento y el sabor de la ópera rusa con cantantes rusos sirvió para colmar una velada exitosa. Hay que hacer notar que el Petruzzelli estaba lleno de gente joven, entusiasta y atenta a la obra. No siempre sucede esto en otras ciudades europeas. El elenco satisfizo en general, destacando la excelente Zarina de Shemajá, muy bien cantada por Lidiya Svetozarova. Su bella figura y sus movimientos delicados la convirtieron en algo especial, si bien sus hombres de turno jóvenes y musculosos parecían más apropiados para una de las puestas de Barry Kosky en Berlín. Su voz de tono liviano pero siempre audible y un registro homogéneo derrochaban encanto. 

A su lado, tuvimos un Zar Dodón bobalicón pero también sin agresión. Mikhail Guzhov posee una voz de dicción y emisión muy rusa, aunque liviana, triunfando con una actuación bien ejecutada de un gobernante amoral y de pocas luces. El General Polkán, comandante del Ejército, es un rol de relieve social, una crítica a lo militar, a la corrupción, pero la producción no se ocupó mucho de eso, dejándolo como una caricatura divertida. Otra de las figuras claves es la del Astrólogo, en este caso Iván Volkov, un excelente artista, de buen porte, movimientos seguros y una voz de altino que convenció al más exigente. Este Astrólogo convocó al rol titular, El gallo de oro de Maiia Barkovskaya, una cantante de imponente figura que impresionó con cada una de sus apariciones, además de exhibir una voz de calidad. 

El final me recordó a una obra muy diferente: Salome. Cuando el Astrólogo pide al Zar que cumpla con su promesa y le otorgue la mano de la Zarina. Cuando este se rehúsa, El gallo de oro los mata a picotazos. Pero muy poco después reaparece el Astrólogo para revelar que todo esto era un cuento y que nadie había sido herido. 

El coro y la orquesta del Teatro Petruzzelli cumplieron muy bien con las demandas orquestales de Rimski-Kórsakov, sin tapar a los cantantes, y el sonido permaneció claro y bien concertado bajo la batuta de Yevgeny Brazhnik.

Compartir: