?? El giravolt de maig en Barcelona

Puesta semiescenificada de El giravolt de maig en Barcelona © Antoni Bofill

Junio 6, 2021. En el Palau de la Música, donde en 1928 tuvo lugar su primera audición, se escuchó en versión semiescenificada (a cargo de Marc Rosich) la estupenda y única ópera de Eduard Toldrà sobre libreto del gran poeta también catalán Josep Carner, El giravolt de maig (traducido como La voltereta de mayo). En poco más de hora y veinte se narra el momento en que, en un medio rural, la llegada de mayo hace por un momento que la gente desee con fuerza cambiar su vida por otra muy distinta, que está entre sus deseos secretos e insatisfechos, aunque luego la realidad se imponga y todo continúe como siempre.

Si el texto hoy puede acusar alguna ingenuidad, aunque revela el magisterio de Carner en lengua catalana y su capacidad para elaborar una trama sencilla pero teatral sin estridencias, la música de Toldrá (también sin estridencias) la realza y anima sin que haya un solo momento de más, y no permite que se instale la monotonía. Fluye de forma fácil, fiel a la poética de su autor, sonriente, con un punto de melancolía pero también de ironía, y una gran ternura por sus personajes. La orquestación es variada y notable, la estructura presenta arias, dúos y recitativos (y un conjunto para el final “moralizante”) y ya desde el inicio con ese maravilloso mes de maig la vena melódica es inagotable.

Notable, la dirección musical de Antoni Ros Marbà, gran experto y conocedor de la obra de Toldrà, con quien trabajó, al frente de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya, que tuvo una muy buena actuación, aunque en algún momento el volumen fue un tanto fuerte.

Los cantantes elegidos por el director fueron todos de extracción local y su desempeño fue loable desde todo punto de vista (también en la interpretación). La soprano Elena Copons (Rosaura, protagonista) y la mezzo Gemma Coma-Alabert (hostelera) se exhibieron en su mejor forma. Los tenores Roger Padullés y Lluís Vilamajó representaron al “héroe” (Golferic), el “pastor” y “Marcó” (ayudante en el hotel) con buenas condiciones. Finalmente, los “bandidos” (pero no tan malos) fueron los barítonos Josep Miquel Ramon (muy experimentado, Perot el ladrón) y el joven y talentoso Josep-Ramon Oliver, su ayudante Corvetó (la parte más breve, pero con un aria de gran arrojo). Mucho público y muchos aplausos.

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