?? La flauta mágica TrasCandilejas

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El pequeño TrasCandilejas, ajolote albino protagonista de esta saga de adaptaciones líricas con títeres para niños presentadas por Escenia Ensamble, continuó su aprendizaje operístico los pasados 22 y 29 de noviembre.

Luego de adentrarse en el género a través de El barbero de Sevilla de Gioachino Rossini realizado en el Teatro San Benito Abad de Cuautitlán Izcalli en 2019, montaje retomado también en el Festival Internacional Cervantino virtual de este 2020, le tocó turno de sumergirse de la mano de don Aguilardo del Ala Ancha en el fascinante cosmos de La flauta mágica de Wolfgang Amadeus Mozart.

Este segundo capítulo, de una lista de 25 que considera el plan original del director artístico de Escenia Ensamble, Ragnar Conde, recurrió a la ambientación digital para que los nuevos personajes desarrollaran la trama. Y no solo como una medida para enfrentar los retos sanitarios que marca la pandemia, sino también como una posibilidad de trasladar al auditorio a territorios lejanos y fantásticos, lo que no siempre es posible por razones presupuestales y de producción cuando hay una escenografía física.

Nuevamente, la adaptación de Conde combinó fragmentos hablados —por momentos hilarantes, didácticos e ingeniosos, tanto para la comprensión de la trama por parte del público infantil como del adulto que recién se acerca a la ópera— con algunos momentos músico-vocales estelares de la obra. El balance entre unos y otros depende no solo de la parte creativa de Conde y de su público meta sino, en las circunstancias actuales, también de lo más adecuado para adaptarse al formato y a los tiempos de un streaming sin que sea pesado o fatigoso.

Respecto del primer capítulo, el concepto se siente más afianzado, con un lenguaje más natural en su sencillez, específico para el auditorio al que se dirige, sin falsas pretensiones. El uso de la técnica green-screen —que supone un manejo cuidadoso de la iluminación, la manipulación de títeres y de la cámara, en algunos momentos de la transmisión— fue notoria, pero también lo suficientemente funcional para dejar de lado los detalles y centrarse en la historia del príncipe Tamino y la joven Pamina, en la que igual que el resto de los personajes —como de hecho ocurre y ocurrirá con toda la saga— fueron representados con criaturas del reino animal. En este episodio aparecieron múltiples especies: desde un halcón y una cobra, hasta a un mono babuino.

En el “elenco humano” participaron Juan José Chacón, Marco Antonio Talavera, Ricardo Castrejón, Vladimir Rueda, Ana Rosalía Ramos, Julietta Beas, Sara Itzel Morales y Rogelio Bonilla, con Mónica Álvarez y Pedro Pazarán como titiriteros.

La apuesta de presentarlo a través de una plataforma de pago y exhibición digital (Taquilla Cero) no es tema menor, ya que confía en el interés que genera en el público. Y eso es para destacarse en “la nueva normalidad”, en la que los contenidos culturales abundan en las redes, pero se presentan de forma gratuita —o con un patrocinio previo, o bien como oferta de alguna institución— a diestra y siniestra, lo que desde luego es válido, pero corre el riesgo no solo saturar al público potencial, sino de ofrecerle un producto malbaratado en su ansia de ser consumido.

El trabajo de Conde y su equipo se percibe profesional y muestra ese ánimo divulgatorio y de creación de públicos que le caracteriza en sus montajes, talleres y demás labores en las que participa. El entrañable TrasCandilejas, tanto como su auditorio, seguramente lo agradece y se alista ya para adentrarse en el siguiente título. Por lo pronto, La flauta mágica se mantendrá en exhibición en la plataforma Taquilla Cero las 24 horas del día durante la temporada navideña, hasta el 6 de enero de 2021.

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