?? Gala en línea del Maggio Musicale Fiorentino

[cmsmasters_row data_color=»default» data_bot_style=»default» data_top_style=»default» data_padding_right=»5″ data_padding_left=»5″ data_width=»fullwidth»][cmsmasters_column data_width=»1/1″][cmsmasters_text]

Mayo 1, 2020. El festival Maggio Musicale de Florencia presentó una “gala casera” con sus artistas cantando desde sus casas, acompañados por ellos mismos, por sus compañeros de casa o por pistas pregrabadas. En este año de pandemia, el superintendente de ópera Alexander Pereira no pudo abrir su teatro a las multitudes habituales, por lo que invitó a sus artistas a cantar desde sus lugares de cuarentena. Solo había un problema: la presentación dependía de la calidad de la conexión a internet de cada artista.

Cuando la conexión de Rosa Feola falló, por ejemplo, la soprano grabó una interpretación encantadora del aria de Puccini ‘O mio babbino caro’ y la envió al equipo técnico, quien la presentó hacia el final del programa. Esta situación puso a prueba el temple de los cantantes, cuya rutina cotidiana consiste en enfrentarse a dos o tres mil fanáticos a la vez. El presentador, Pereira, ex director del Teatro alla Scala, se sentó en un sillón en un teatro vacío, excepto por un gran arreglo floral, mientras desenmarañaba tranquilamente las vicisitudes de la ópera en vivo en nuestro “año de la peste”.

El programa comenzó con la soprano Krassimira Stoyanova cantando una versión iluminada por el sol de Bulgaria de la canción de Puccini ‘Sole e amore’. Actuando desde Lugano, como lo hicieron para la Gala del Met transmitida en días previos, el barítono Ambrogio Maestri y el director de orquesta Marco Armiliato al piano presentaron el aria del Dottor Dulcamara de L’elisir d’amore. Desafortunadamente, la transmisión no contó con subtitulaje para los espectadores que no hablan italiano. Actuando frente a una cámara ubicada en un ángulo bajo, Maestri utilizó como “elixir” lo que parecía una botella de cerveza… sin abrir.

La soprano Eva Mei cantó una dulce canción sobre Florencia, sin acompañante, y el barítono Nicola Alaimo, con voz de bronce, se acompañó en una conmovedora interpretación de ‘Granada’ de Agustín Lara. El tenor Piero Pretti apareció por primera vez con un bebé en brazos, pero esa imagen pronto fue reemplazada por su video de ‘Che gelida manina’ de La bohème de Puccini. Es una voz nueva para mí, pero recordaré su nombre. Cantó con un sonido lírico italiano bien afinado, así como con un excelente control del fiato y mucho squillo (brillantez).

El barítono Thomas Hampson y la pianista Ann Bachmann interpretaron la canción folclórica estadounidense ‘Oh Shenandoah’ desde el Swiss Hotel Baur au Lac en Zúrich, en donde Richard Wagner y Franz Liszt presentaron el estreno a piano del primer acto de Die Walküre hace unos 150 años. Luego, la soprano italiana Anna Pirozzi cantó un aria desgarradora que a menudo se asoció con Maria Callas, ‘Ebben ne andrò lontano’ de La Wally de Alfredo Catalani.

Desde un departamento en Kiev, Ucrania, el tenor Vittorio Grigolo interpretó ‘Una furtiva lagrima’ de L’elisir d’amore de Gaetano Donizetti.

Después de algunos intentos fallidos, el Maggio finalmente pudo conectarse con la soprano Diana Damrau, quien interpretó la ‘Strahlender Mond’ de Eduard Künneke. La también soprano Sonya Yoncheva cantó la misma canción que Stoyanova, pero con una voz considerablemente más oscura y una interpretación bastante diferente.

El bajo del Teatro Mariinski de Moscú, Mikhail Petrenko, dominó todos los micrófonos con la tradicional Canción de los barqueros del Volga. Y la soprano uruguaya Maria José Siri, vestida de encaje negro, cantó ‘Io son l’umile ancella’ de Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea.

Tanto la contralto Sara Mingardo como la mezzosoprano Cecilia Bartoli cantaron interesantes piezas cortas que ellas mismas se acompañaron al piano. Después de eliminar un constante eco causado por la conexión de internet, el tenor Francesco Meli ofreció una interpretación cálida y colorida de ‘Recondita armonia’ de Tosca de Giacomo Puccini.

El bajo-barítono venezolano Luca Pisaroni dio una conmovedora interpretación de ‘Non più andrai’ de Le nozze di Figaro de Wolfgang Amadeus Mozart, a pesar de que el sonido de su acompañamiento de piano se debilitó. La soprano Cassandre Berthon y el barítono Ludovic Tézier cantaron una deliciosa versión del dueto burlón del conde Almaviva y Susanna de la misma ópera mozartiana: ‘Crudel, perchè finora farmi languir così?’.

Debido a su ubicación remota, el canto de Lisette Oropesa fue pregrabado en su casa en Baton Rouge, Louisiana. Ella ofreció una hermosa versión deslumbrante a cappella de la ‘Canción del sauce’ de The Ballad of Baby Doe de Douglas Moore. Antes de cantar, sin embargo, leyó una traducción italiana del aria estadounidense.

El veterano barítono Leo Nucci no cantó en absoluto. En cambio, habló en italiano de la historia de Florencia. Acompañados desde España por el pianista Ricardo Estrada, Saoia Hernández y Francesco Galassi interpretaron música de El gato montés de Manuel Penella, mientras jugaban a las corridas de toros. El barítono Luca Salsi los siguió con su versión robusta y conmovedora de ‘Cortigiani vil razza dannata’ de Rigoletto de Giuseppe Verdi.

Fabio Sartori cerró el concierto con una actuación brillante de un aria que nos recuerda que ganaremos nuestra lucha contra el coronavirus, ‘Nessun dorma’ de Turandot de Puccini. Muchos de nosotros pasaremos noches sin dormir peleando, pero ganaremos y recuperaremos nuestras vidas y nuestras representaciones de ópera en vivo. Vinceremo!

[/cmsmasters_text][/cmsmasters_column][/cmsmasters_row]

Compartir: