Giulio Cesare en Atlanta

David Crawford (Achilla), Daniel Moody (Tolomeo) y Daryl Freedman (Giulio Cesare) © Ken Howard

Noviembre 14, 2021. Por primera vez en dos años de pandemia, la Ópera de Atlanta puso en escena su primera ópera completa en el Cobb Energy Theatre, pero se presentó ante un teatro a medio llenar. Se trató de la ópera barroca Giulio Cesare de Georg Friedrich Händel, que a pesar de su final feliz, se cataloga como opera seria. Esto significa que no es una opera buffa o cómica, pese a que se tomaron varias libertadas que se convirtieron en payasadas totalmente ajenas a las intenciones del compositor.

Vemos un escenario lúgubre, con una pirámide giratoria que se convierte en distintos recintos, de acuerdo a la trama. Muy bien manejadas, las luces de Robert Wierzel, y una discreta coreografía, la de Donald Byrd. El vestuario de Marttie Ullrich semejaba momias vivientes. La dirección orquestal de Gary Thor Wedow mostró un buen conocimiento del barroco. 

El elenco parecía no tener buena comunicación entre sí. En el papel estelar apareció la mezzosoprano Daryl Freedman, con potente voz y graves ásperos, faltos de impostación. La soprano Jasmine Habersham, con voz lírica y bonito tono, interpretó a Cleopatra con agudos apretados. Los duetos entre ambos personajes mostraron su falta de compatibilidad.

William Meinert en el papel de Curio, la mezzo Renée Tatum como Cornelia, la mezzo Megan Marino fue Sesto Pompeo, en tanto que David Crawford, con buena voz de bajo-barítono, interpretó a Achilla y el contratenor Daniel Moody se presentó como Tolomeo.

El público de Atlanta, cuya característica es brindar ovaciones de pie a cualquier cosa que se presente en escena, tuvo una reacción única, dando una tremenda ovación a Habersham, oriunda del estado de Georgia y, saliendo de su tradición, castigó cruelmente a Freedman, con un abucheo unánime y falta total de aplausos, un hecho insólito en esta casa de ópera. 

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