I puritani en Roma

Jessica Pratt (Elvira) y John Osborn (Arturo) en I puritani en Roma © Fabrizio Sansoni

Abril 24, 2022. En el Teatro dell’Opera se presentó con una nueva producción la versión más integral de la última obra de Vincenzo Bellini (la del estreno, con los cortes introducidos por el propio autor), siempre de tan extraordinaria dificultad. Personalmente creo que es interesante para verlo/oírlo una vez, pero por razones sobre todo dramáticas (y visto que de todos modos el libreto de Carlo Pepoli no tiene remedio) convendría volver a la versión “tradicional”. 

Tampoco es que sea tan diferente. El problema de la dirección de Roberto Abbado es que, si bien demuestra el buen estado actual de la orquesta, suena invariablemente fuerte, como si las voces fueran para un Verdi de la última época. Incluso el excelente coro preparado por Roberto Gabbiani a veces sonaba algo disminuido. 

Por otra parte, el espectáculo firmado por Andrea De Rosa con trajes más o menos de época de Mariano Tufano (pero sucede que Enrichetta está mejor vestida que la protagonista, y Riccardo peor que Giorgio) y luces de Pasquale Mari para los suscintos decorados de Nicolas Bovey casi siempre en penumbra u oscuridad aportaba la originalidad de hacer que la protagonista, en su locura, se mutile quedando ciega (con profusión de sangre), y no tengo mucho más que decir al respecto.

Por supuesto, la obra siempre resiste si tiene un buen cuarteto protagonista. En este caso el menos convincente pero eficaz fue Franco Vassallo, que cantó a la manera de antaño como si su Ricardo fuera hermano menor de un Verdi dramático con alguna expresión típica de la “giovane scuola”. Nicola Ulivieri lo hizo entre bien y muy bien, y confirió la nobleza necesaria a su Giorgio, aunque algunos graves fueron un tanto escasos. 

Los dos protagonistas se impusieron. Jessica Pratt es una magnífica soprano lírico-ligera, con todas las agilidades, ornamentos y variaciones necesarias e incluso sale airosa del concertante final del primer acto. John Osborn está tal vez con un timbre más seco y algún sobreagudo (de esos imposibles dedicados a la garganta privilegiada de tenor que estrenó la obra: Giovanni Battista Rubini) más corto que antes, pero dio una lección de canto, técnica y estilo, y todo su tercer acto (pero sobre todo la escena inicial del mismo) fue una constante lección de cómo cantar la parte. 

Estuvieron bien Irene Savignano como la reina enmascarada y Roberto Lorenzi como Gualterio, el padre de Elvira, mientras que Rodrigo Ortiz cantó correctamente la parte menor de Sir Bruno Roberton.

Teatro lleno y aplaudidor.

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