Il Xerse en Martina Franca

Escena de Il Xerse de Cavalli en el Festival Valle d’Itria © Clarissa Lapolla

Julio 25, 2022. El título representativo del Barroco en el Festival Valle d’Itria de Martina Franca fue Il Xerse (1655) de Francesco Cavalli, compuesto a mediados del siglo XVII sobre un exitoso libreto de Nicolò Minato. 

Las expectativas puestas en esta propuesta, muy prometedora sobre el papel, quedaron en parte defraudadas. Primero, por algunas inconsistencias que caracterizaron toda la operación. Por un lado, se insistió en el rigor filológico que subyace en el redescubrimiento de Il Xerse —se utilizó una nueva edición crítica editada por Sara Elisa Stangalino y Hendrik Schulze— y la importancia de «emanciparse de las intervenciones abusivas» dirigidas a domar el lenguaje musical del barroco.

Por otro lado, se tomaron decisiones ejecutivas muy cuestionables que, contradiciendo las suposiciones anteriores, finalmente comprometieron una adecuada y fluida satisfacción del espectáculo. Sin la belleza y variedad de muchos momentos (por ejemplo, el lamento de Xerse ‘Lasciatemi morir stelle spietate’), uno de los desafíos que plantea la obra al público contemporáneo reside ciertamente en su extensión. De ahí la necesidad percibida de hacer numerosos cortes. 

El problema, sin embargo, fue que han hecho la ópera más bien confusa y esquizofrénica, en lugar de simplificarla. Lleva tiempo adentrarse en el enmarañado universo de Il Xerse, que ve una larga serie de amores (no) correspondidos, tergiversaciones, celos y disfraces. Las mutilaciones realizadas a la partitura no garantizaron un paso adecuado para la comprensión del conjunto, ni tampoco permitieron captar plenamente las relaciones causa-efecto que rigen los hechos representados. 

A esto se suma la elección del director musical Federico Maria Sardelli (al frente de la orquesta barroca Modo Antiquo) de dotar a gran parte de la obra de tiempos extremadamente sostenidos, que no siempre facilitaron a los cantantes la tarea de potenciar los recitativos expresivos de Xerse. 

No obstante, algunos miembros del elenco demostraron ser buenos. En primer lugar, el contratenor Carlo Vistoli en el papel protagónico fue un intérprete sensible con pleno dominio de su instrumento, que desde el principio cantó un ‘Ombra mai fu’ delicado, a veces etéreo. La soprano Ekaterina Protsenko (Amastre) y la mezzosoprano Gaia Petrone (Arsamene) también estuvieron muy bien: la primera exhibió una voz argentina que sin embargo logró desvanecerse hacia una conmovedora desesperación en ‘Morirò: volete più?’; la segunda posee un bonito timbre oscuro y abordó con resolución, incluso los pasajes más difíciles. 

Las voces de las sopranos Carolina Lippo (Romilda) y Dioklea Hoxha (Adelanta) estuvieron mucho menos controladas, a veces defectuosas en cuanto a la entonación, y excesivamente impetuosas incluso en los momentos de mayor intimidad, como el hermoso lamento de Adelanta ‘Dammi, Amor, la libertà’ Entre las partes divertidas destacó el bajo Nicolò Donini disfrazado de Aristone, un papel nada sencillo que obligó a cantar notas muy graves. 

El tenor Aco Bišćević también lo hizo bien como Elviro, mientras que el también tenor Carlo Allemano (Ariodate) pareció estar fatigado, especialmente en la segunda parte de la noche. Finalmente, el papel de Periarco se le confió al joven contratenor Nicolò Balducci, cuya voz cristalina y extremadamente versátil quedó inmediatamente impresa en el oyente, a pesar de que el personaje aparece pocas veces en el transcurso de la ópera. 

El espectáculo de Leo Muscato fue visualmente satisfactorio, gracias también al acertado vestuario de Giovanna Fiorentini, así como las escenas orientales de Andrea Belli bien iluminadas por Alessandro Carletti. Sin embargo, la lectura de Il Xerse que ofreció esta puesta en escena lo hizo todo excesivamente manchado, hecho agravado por algunos fundamentos francamente molestos, como la congelación de la acción durante todas las partes (muy numerosas en el libreto de Minato) precedidas por molestos aplausos. 

A pesar de las limitaciones del programa, una audiencia bastante grande pareció apreciar genuinamente esta nueva producción. Sin embargo, mantenemos la idea de que una recuperación más razonada de Il Xerse podría haber proporcionado a la obra un mejor viático para futuras representaciones.

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