Jakub Józef Orliński en Milán

Jakub Józef Orliński con Il Pomo d’Oro en Milán @ Kilian Agath

Abril 19, 2022. Recientemente varios artistas clásicos han incorporado algunos usos y costumbres de la música comercial a sus carreras y vidas personales. Un buen representante de ello es el contratenor polaco Jakub Józef Orliński, quien es famoso por mezclar ambos mundos, cantando Vivaldi mientras ejecuta piruetas sobre su espalda de manera casi agresiva en el estilo break dance. Es capaz de compartir en sus redes sociales videos en outlook drapero en pleno centro de Nueva York o salir al escenario de la Sala Verdi del Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán a interpretar una selección de su álbum Anima Aeterna de 2021 en un elegante traje color caqui.

Su éxito mediático no se debe a su controversial atuendo, sino a su inconmensurable técnica vocal y enorme carisma artístico. Orliński compartió el escenario con Il Pomo d’Oro, renombrada agrupación especializada en música barroca y clásica, que rigorosamente interpreta todos sus conciertos y grabaciones con instrumentos de época. En esta ocasión fueron lidereados por el completísimo músico toscano Francesco Corti. Il Pomo d’Oro para este concierto fue compuesto por un orgánico de seis integrantes: Evgenii Sviridov y Anna Dmitrieva al violín, Giulio D’Alessio a la viola, Kristina Chalmovska al violoncello y Riccardo Coelati al contrabajo, mientras que Jonas Nordberg dio un toque místico y barroquísimo con su tiorba.

La histórica agrupación interpretó tres obras meramente orquestales con enorme aceptación entre el público milanés: la “Intrada” (Adagio-Allegro) de Janes Krstnik Tolar, el Concerto a 4 en Do menor de Baldassarre Galuppi y la Ciaccona a 6 en La mayor de Giuseppe Antonio Brescianello.

Corti, además de concertar el programa, participó con maestría como organista y clavecinista, ejecutando ambos instrumentos con precisión y pasión. El músico toscano mostró su sólido background de especialización barroca tanto en las dinámicas como los tiempos y sobre todo en la atención y cuidado a su solista vocal. Con su indiscutible talento se posiciona como un verdadero conocedor del repertorio y de los mejores representantes de este periodo en la actualidad europea.

Orliński, por su parte, es poseedor de un instrumento precioso que sabe perfectamente cómo explotar. Su técnica vocal es superlativa, pues es capaz de pasar del registro grave al central y de éste al agudo de manera imperceptible, evidenciando un control técnico y un gran dominio del passaggio. En particular, su registro agudo es franco y elegante, nunca se escuchó engolado o calado —defectos constantes en la tesitura contratenoril—, muy apreciable en la emotiva aria ‘Giusto Dio’ de La Giuditta de Francisco De Almeida.

Las coloraturas siempre limpias, bien timbradas y sonoras fueron mostradas en ‘Peccator videbit’ de Beatus vir de Antonio Vivaldi, llenando de agilidades y virtuosismo la gran sala milanesa. Mientras que ‘Non t’amo per il ciel’, proveniente del oratorio Il fonte della salute de Johann Joseph Fux, junto con el ‘Alleluja, Amen’ en Re menor de Georg Friedrich Händel, hicieron estremecer al público por la melancólica interpretación del cantante de 31 años. Su línea vocal y su amplio fiato —muy necesarios en este par de piezas— arrancaron enérgicos aplausos al público, que se puso de pie. Estas piezas fueron presentadas al inicio y al final del recital, rompiendo originalmente con la estructura clásica de comenzar y terminar el programa con piezas llenas de movimiento y virtuosismo.

El recital Anima Aeterna cerró con un par de encores provenientes del mismo programa que marcaron con gran éxito el debut en Milán del cantante de Varsovia.

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