La Périchole en París

Marina Viotti (La Périchole) y Stanislas De Barbeyrac (Piquillo) en La Périchole de Jacques Offenbach en el Théâtre Champs-Elysées © Vincent Pontet

Noviembre 23, 2022. Tras una larga ausencia, reapareció en la ciudad de sus éxitos una de las más festejadas operetas de Jacques Offenbach y, como debía ser, en el Théâtre des Champs-Elysées. La Périchole narra las aventuras de la “Perricholi”, cantante amante del virrey de Lima en el siglo XVIII, y lo hace en clave desenfadada y cómica, tomando el pelo a todos (empezando por la ópera italiana y en especial La favorite donizettiana). 

La nueva producción de Laurent Pelly es, como las suyas, inteligente y de ritmo frenético, aunque la haya transportado a tiempos actuales (con lo que el virrey es, si cabe, más idiota, y los cantantes callejeros —y en particular la protagonista— más astuta e ingeniosa). Tenemos vestidos feos y bonitos diseñados por el propio Pelly, una escenografía de Chantal Thomas que va desde lo trash y lo naïf al lujo del acto central, mientras que los diálogos más que actualizados y reducidos a lo esencial por Agathe Mélinand se siguen con facilidad y gusto. 

Laurent Naouri (como el virrey Don Andrés de Ribeira) © Vincent Pontet

Marc Minkowski es el compañero habitual de aventuras de Pelly en esto de devolver su brillo a la opereta de Offenbach, y con su conjunto Les Musiciens du Louvre se desmelenan y divierten (hasta se ponen de pie y cantan en el intermedio antes del tercer acto) y siguen y arrastran a los cantantes. 

La protagonista fue Marina Viotti, que dio una visión nueva y acorde con la exigencia de la puesta en escena, con buena voz, mucho brío y excelente actuación. Su partenaire ideal fue el Piquillo de Stanislas de Barbeyrac, que exhibió una vena cómica y una agilidad que no le conocía, además de cantar muy bien y con un porte notable. Como el virrey, Laurent Naouri no tuvo ningún problema (el rol no es exigente en lo vocal) y de nuevo exhibió su vis cómica y clase actoral. Como Gouverneur de Lima y Premier gentilhomme se exhibieron en su mejor aspecto vocal y escénico el barítono Lionel Lhote y el tenor Rodolphe Briand, y el trío de primas vendedoras callejeras —que luego se convirtieron en las “sobrinas” aristocráticas de la corte— estuvo acertadamente representado por Eléonore Pancrazi, Alix Le Seux y Chloé Briot, mientras que Natalie Perez interpretó a la dame d’honneur Frasquinella. 

Los personajes hablados de Le marquis de Tarapote en el segundo acto y sobre todo el memorable Vieux prisionnier del tercero corrieron a cargo de Eddy Letexier. El coro de la Ópera Nacional de Bordeaux, preparado por Salvatore Caputo, cantó bien y se movió y corrió casi tanto y tan bien como los figurantes. Mucho público (francamente divertido y participativo, de todas las edades) y mucho éxito, ambos merecidos. 

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