La vita nova en Turín

La vita nova, cantata de Ermanno Wolf-Ferrari en concierto en Turín

Octubre 29, 2021. La idea del Regio di Torino de no suspender las actividades por la renovación del teatro es apreciable, aunque no se trate de una verdadera temporada de ópera; la ubicación del Auditorium Rai Arturo Toscanini es excelente para acoger una partitura poco conocida pero realmente fascinante. 

La vita nova debe considerarse la novela autobiográfica en la que Dante Alighieri se relata a sí mismo y su amor por Beatriz, desplegando la historia en decenas de capítulos que explican muchas composiciones poéticas escritas en distintas épocas, entre ellas ‘Donne ch’avete intelletto d’amore’ (Mujeres que tienen el intelecto del amor) y la famosísima ‘Tanto gentil e onesta pare’ (Tan amable y honesta parece).

Estos versos del siglo XIV fueron leídos durante la velada por Alessandro Preziosi, que hizo gala de su mejor técnica vocal con un bello timbre interpretativo. Desgraciadamente, el audio me pareció un poco deficiente, pero el efecto fue, no obstante, apreciable. La composición, una cantata para solistas, coro y orquesta desconocida para la mayoría, es de Ermanno Wolf-Ferrari. En mi opinión, en ciertas dulzuras de la composición hay indicios perceptibles de Puccini, así como de Strauss. Una escritura elegante que pasa de las notas acariciadoras a las enunciaciones impetuosas y ardientes de la percusión, los tambores y los gongs en una procesión majestuosa y casi triunfalista. 

Comienza con la voz de Preziosi suavemente subrayada por el sonido de la campana, que da paso al conjunto orquestal del Teatro Regio que, una vez más, dio una muestra de la belleza de la música. El solo de trompeta con orquesta es interesante y el ritmo dialogante de los dos percusionistas con el piano es decididamente significativo. El maestro Donato Renzetti ofreció una dirección medida con gestos bellos, claros y seguros.

El canto lo ofreció de forma cordial la soprano Angela Nisi con una voz sincera y amable que dio claridad y limpidez a los versos cantados, acercándose al público desde el principio con una sonrisa acogedora. La segunda voz es la del barítono Vittorio Prato, que expresó fuerza a través de la profundidad y sus colores verdaderamente bruñidos, revelando una importante figura interpretativa; es la suya la que desempeña el papel principal en la composición, que sabe sostener con seguridad y serena persuasión.

El coro del Teatro Regio di Torino dirigido por Andrea Secchi contó en esta partitura con las voces blancas del coro de niños dirigido por Claudio Fenoglio. 

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