Manon en París

Ailyn Pérez (Manon) y Roberto Alagna (Des Grieux) en la Ópera de París © Emilie Brouchon

Febrero 17, 2022. Una de las óperas más emblemáticas del repertorio francés, Manon de Jules Massenet, se representó nuevamente en el escenario del teatro de la Bastilla de París. 

Para la cantidad de funciones operísticas que se ofrecen todos los días de cada temporada a lo largo de los años en esta capital, pensar que la función de esta noche es la septuagésima que se monta sobre este escenario, considerando la popularidad del título, parecería poco, aunque por ser una opéra-comique fue en la Salle Favart, especialista en este género donde tuvo su estreno en 1884 y donde más veces ha sido programada. 

Manon ingresó al repertorio de la Ópera de París apenas en 1974. La obra se ofreció con la producción del joven director de escena francés Vincent Hugues, estrenada en el 2020, en su primer encargó para este teatro, después de haberse dado a conocer en el 2018 cuando hizo la puesta semiescénica de la gala conmemorativa del 350 aniversario de la Ópera de París. 

La época en el que Hugues situó la escena fue el París de “los locos años 20” (The Roaring Twenties o Les années folles) del siglo pasado, inspirándose en los tiempos que vivió la vedette y actriz Joséphine Baker, que aparece en varios momentos de la función como personaje mudo. Aquella fue una época ideal de agitación social, en la que el papel cambiante de la mujer fue particularmente prominente, situación similar a la que se vive en la actualidad.

Hughes entiende que, al trasladar la escena a esa época, el papel de Manon debe ser el de una protagonista femenina fuerte y en control. El trabajo escénico contiene ideas escénicas que pueden ser discutibles, pero se trata de un montaje que funciona, también gracias a las escenografías de Aurélie Maestre, situadas principalmente en un departamento modernista ideado por Le Corbusier, con decoraciones art-deco, recreando los lugares frecuentados por los aristócratas, millonarios y jugadores; cabarets con bailables de la época, y mucho movimiento y dinámica en escena, que llenaron el amplio escenario del teatro, creando un espectáculo visualmente sugestivo. 

Los vestuarios de la época diseñados por Clémence Pernoud y la iluminación de Betrand Rouderec completaron el marco escénico. Los cambios inesperados que se dan en los elencos de los teatros, y más en estas épocas, permitieron que el papel de Des Grieux, fuera interpretado en esta función por el tenor Roberto Alagna, quien tan solo tres días antes había hecho un concierto en la ciudad con su esposa, la soprano Aleksandra Kurzak. Alagna destacó no solo por su experiencia, sino porque en su canto demostró calidez, en un repertorio que se adapta bien a su temperamento, con admirable dirección, seguridad, elegancia y una convincente interpretación actoral. 

El papel de Manon fue encomendado a la soprano Ailyn Pérez, quien mostró un resplandeciente timbre, dominio vocal en cada uno de los pasajes, y seguridad en sus agudos, ofreciendo una vibrante ejecución del aria ‘Adieu notre petite table’. Cabe resaltar la compenetración que mostró con Alagna en sus duetos. 

Por su parte, el barítono Andrzej Filończyk fue un Lescaut de débil presencia escénica, con un canto fuerte que no supo modular. Mejor estuvo en su desempeño el bajo Jean Teitgen como un noble pero enérgico conde Des Grieux, de voz robusta y grato color; el tenor Rodolphe Briand como Guillot de Morfontaine y el barítono Marc Labonette en el papel de Monsieur de Brétigny cumplieron de manera satisfactoria. Correctos estuvieron los demás cantantes en los papeles menores, y el coro de la Ópera Nacional de París se mostró uniforme. 

Al frente de la orquesta, el director estadounidense James Gaffigan tuvo momentos acertados y musicalmente memorables, aunque en otros se notó la dificultad que tuvo para encontrar un balance justo entre cantantes y orquesta, por el tamaño y la acústica de la amplia sala: detalles que al final no cambiaron el resultado total de haber presenciado una ópera francesa tan representativa en el teatro principal de París.

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