Napoli milionaria! en Bérgamo

Escenas de Napoli milionaria de Nino Rota, en Bérgamo © Alessia Santambrogio

Enero 29, 2023. El 5 de marzo de 1945 debutó en el Teatro di San Carlo de Nápoles la obra de teatro Napoli milionaria! (Nápoles millonaria), escrita por el dramaturgo, actor y director Eduardo De Filippo, que tocaba un aspecto actualísimo para ese entonces: la Segunda Guerra Mundial. Tanto fue su éxito que un lustro después —ya terminada la guerra—, se estrenó la versión cinematográfica que llegó a toda Europa. El largometraje dirigido y protagonizado por el mismo De Filippo contó con la participación del cómico italiano Totò y la música de Nino Rota: el resultado fue aún más exitoso, pues tuvo grandes críticas en Cannes, el resto de Europa e incluso América Latina.

La fuerte historia marcó tanto a Rota, que años después comenzó a componer su propia ópera con el mismo argumento. Pidió a De Filippo escribir el libretto y estrenó el título homónimo el 22 de junio de 1977 en el Festival dei Due Mondi de Spoleto. La versión lírica tiene varios elementos diferentes respecto del filme y a la obra teatral; el más grande es un final distinto, pues Rota optó por convertirlo en tragedia en lugar del drama de la película, que termina con final feliz.

La trama se desarrolla en Nápoles en pleno esplendor de la guerra, y cuenta la historia de Gennaro y su esposa Amalia, una típica familia napolitana que sufre las carestías de la guerra, por lo que Amalia se ve obligada a vender comida del mercado negro a sus vecinos, obteniendo una importante ganancia luego de elevar el precio del café, un producto tan importante para los napolitanos que ni siquiera en tiempos de guerra están dispuestos a renunciar a este placer. 

Tras algunos meses, ya con la guerra terminada, la familia se ha vuelto disfuncional, pues Gennaro está desaparecido; su hija Maria Rosaria es embarazada por un soldado americano que la abandona, y Amedeo, su otro hijo, pertenece a una banda de robacoches. Debido a este entorno, Amalia cae en la tentación de conseguir un amante: Errico ‘Settebellizze’. Cuanto la pareja de amantes está a punto de irse de Nápoles, aparece Gennaro contando los horrores que vivió en la guerra, por lo que Amalia y Errico no pueden huir y se quedan a festejar el cumpleaños de Settebellizze. En medio de la fiesta, llega la policía para arrestarlo a él y al hijo Amedeo. Al tratar de impedirlo, se desata una balacera y muere Amedeo, mientras Settebellizze logra escapar. 

El telón cae con la pobre Amalia destruida: con un marido enloquecido por la guerra, el amante prófugo por criminal, su hija embarazada de un extranjero desconocido y su hijo muerto en la sala de su casa.

Este título fue elegido para cerrar la temporada 2022-2023 de la coproducción de OperaLombardia en el Teatro Donizetti de Bérgamo, aunque antes pisó los escenarios de Como, Cremona y Martina Franca, cuyo festival fue el creador de la producción original, que la asociación de teatros lombardos retomó esta temporada. La propuesta fue firmada por el regista napolitano Arturo Cirillo, quien ofreció una versión genuina y fidedigna que solamente un lugareño podría dar. Cirillo llenó de acciones escénicas y gags a todos los personajes, lo cual se tradujo en una puesta en escena tremendamente activa y rica de movimiento. El director escénico tuvo un gran toque para hacer divertidas las escenas cómicas, así como serias y sobrias las partes dramáticas. 

Ayudó mucho el ingenioso y certero diseño de iluminación de Fiammetta Baldiserri, sobre todo en los bombardeos, las escenas románticas y la escena de la muerte. A vestir el escenario, la funcional escenografía de Dario Gessati nos situó en un típico cabaret campano o en un apartamento napolitano de la década de 1950, decorado de manera realista. También contribuyeron a la veracidad del montaje los vestuarios de Gianluca Falaschi, retomados para esta producción por Anna Missaglia, siempre de acuerdo a la época y con detalles bien cuidados en los diseños.

La música de Rota es tremendamente versátil, pues tiene momentos líricos que asemejan la pluma de Umberto Giordani o Alberto Franchetti, pasajes de teatro musical al estilo John Kander y Fred Ebb, e incluso música napolitana. Cabe mencionar los evidentes Leitmotiven de los alemanes invasores o el espíritu napolitano que desde el foso emergían como discretas reminiscencias al Einigkeit und Recht und Freiheit, un himno alemán —que en realidad se trata del Himno Imperial compuesto por Franz Joseph Haydn en 1797— o a inmortales canciones napolitanas como ‘Funiculì, funiculà u ‘O sole mio’, respectivamente.

James Feddeck estuvo al frente de la Orchestra I Pomeriggi Musicali, de la que curiosamente es también director principal en el Teatro del Verme de Milán. El hecho de dirigir a su propria orquesta fue una enorme ventaja para el concertador neoyorquino, quien tuvo momentos memorables sobre la partitura casi desconocida de Rota donde supo explotar la versátil orquestación del compositor milanés. La pesada batuta de Feddeck fue idónea en las partes meramente orquestales, pues arrancó un potente volumen a la orquesta en los momentos más dramáticos, que funcionó muy bien, pero al mismo tiempo evidenciaba su ignorancia en la dirección de cantantes, pues tapó constantemente al elenco con el poderoso volumen orquestal, en particular de los metales. 

La experiencia del músico estadounidense en las partes sin voz valieron la pena cada segundo, pero al escoger a un concertador se debería anteponer ante todo los conocimientos de la voz y el cuidado de los cantantes. El Coro OperaLombardia, a pesar de sus pocas intervenciones, tuvo un desempeño valioso. Casi siempre aparecía en momentos de gran dramatismo; por ende, la potencia desmedida del concertador, aunado a la buena preparación de su director, Diego Maccagnola, dieron como resultado una gran masa que comunicaba y transmitía positivamente.

Un gran plus de los intérpretes de la pareja protagónica es que ambos son napolitanos de nacimiento; que para el título —del cual casi la mitad del texto está en dialecto napolitano— es de suma importancia. El complejo rol de Gennaro fue muy bien interpretado por Mariano Buccino; el bajo cuenta con una voz robusta y cálida que le permite, gracias a su capacidad actoral, interpretar el simpático sureño meridional del primer acto y al enloquecido y doliente militar en el que se convierte para el final. Por su parte, la soprano Clarissa Costanzo ofreció una Amalia intensa y acongojada muy conveniente tanto vocal como actoralmente, de voz educada y agradable.

El amante, Errico “Settebellizze”, encarnado por el tenor Riccardo Della Sciucca, es poseedor de un registro central cremoso y sobreagudos elegantes que, junto con la vecina de casa, la signora Assunta, interpretada por la infalible soprano Sabrina Sanza, simpática en escena y con agudos y sobreagudos envidiables, fueron de lo mejor de la noche. 

Igualmente convincentes fueron el sargento americano Johnny, interpretado por el barítono Francesco Samuele Venuti y el Pascalino “O pittore” del tenor Roberto Covatta, quienes gracias a sus dotes histriónicos y elegante emisión vocal transmitieron muy bien a sus respectivos personajes y fueron justamente aplaudidos.

Interesante el recto y honesto Brigadier Ciappa del bajo-barítono Alberto Comes; cumplidora y emotiva la soprano de bella voz Maria Rita Combattelli como la hija Maria Rosaria y Marco Miglietta como el hijo Amedeo. Participaron igualmente Giovanna Lanza como Adelaide, Giuseppe Esposito como O’ miezzo Prevete, Graziano Dallavalle como Riccardo Spasiano, Pasquale Greco como Peppe o’cricco, Francesco Cascione como Federico, así como Sara Borrelli y Luisa Bertoli como Donna Peppenella y Donna Vincenza, respectivamente.

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