Otello en Bolonia

Federica Vitali (Desdemona) y Roberto Aronica (Otello) en Bolonia © Andrea Ranzi

Junio 28, 2022. Una nueva producción de la obra maestra de Giuseppe Verdi que demoró la pandemia tuvo finalmente lugar con casi todos los participantes originalmente previstos, con la peculiaridad de que contó con tres protagonistas: Gregory Kunde, bien conocido por su gran interpretación del moro; el tercero, Arsen Soghomonyan, una sola función (la última), para mí desconocido; y Roberto Aronica, un tenor al que creo que no se tiene demasiado en cuenta, y no es para nada desdeñable, quien debutó en el rol protagónico. Fue un Otello viril, de buena planta, adecuado color oscuro en su voz (y, oh, en su caracterización), agudos firmes y timbrados, buena interpretación que fue creciendo y resultó impactante en los dos últimos actos. Es lógico citar sus momentos solistas, pero también su buen hacer en el dúo de amor, en la gran escena con Iago, y, sorpresa, en el difícil y muchas veces ignorado final del tercer acto. 

Federica Vitali es una Desdemona que promete, sobre todo en su registro agudo; tendrá que cuidar su tendencia a exagerar centros y graves; muy buena figura. Angelo Veccia fue un Iago correcto pero convencional en todos los aspectos, y no es lo que uno espera en este personaje. Forzado en los agudos el Cassio de Marco Miglietta, inaudible el Roderigo de Pietro Piccone, bien el Lodovico de Luciano Leoni y correcto el Montano de Luca Gallo. 

Interesante voz la de Tong Liu (de la Scuola dell’Opera del Teatro) en la breve parte del Heraldo. Muy llamativo el timbre de la mezzosoprano Olga Ogii en el rol de Emilia, a quien habría que escuchar en un papel más comprometido, aunque sorteó todas las trampas de sus últimas frases en el acto cuarto.

La nueva producción del veterano Gabriele Lavia habrá desilusionado a los revisionistas, pero fue sobria, elegante, con una escena única y de acuerdo con el libreto, aunque no se entendió por qué había unas butacas y unas gradas de teatro como si el escenario fuera una representación. 

Bien, el coro dirigido por Gea Garatti Ansini, un tanto penalizado por su posición constantemente al fondo (probable eco de la preparación durante la pandemia), y que por lo mismo a veces sonó algo fuerte o lo contrario. La orquesta del Comunale es buena, pero necesita un maestro adecuado. Ignoro por qué aquí y en otros teatros de la península se sigue llamando a directores extranjeros que no son de primera línea y se inclinan siempre por moverse entre el forte y el fortissimo, y si hay suerte el mezzoforte: Asher Fisch no será el peor de ellos, pero sin duda está entre los primeros de la lista. Mucho público y mucho aplauso al final.

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