Parsifal en Barcelona

René Pape (Gurnemanz), Nikolai Schukoff (Parsifal) y Elena Pankratova (Kundry) en la producción de Claus Guth para el Teatre Liceu de Barcelona © Antoni Bofill

Mayo 28, 2023. Tras doce años volvió el último título de Richard Wagner al Gran Teatre del Liceu. No entiendo por qué, ya que al empezar la pandemia se estaba ensayando un Lohengrin del cual nunca hemos vuelto a saber nada. Y por preferencias personales, además de que había una producción y contratos ya concretos, pienso que habría sido mucho mejor, aunque la versión fue buena y había público que aplaudió al final de cada acto (especialmente el segundo, como es normal) con calor. 

Pensar que en una época (la primera vez que lo vi en 1961) seguía sin aplaudirse, como era la voluntad del autor sobre este “festival sagrado”, que sigue siendo una ópera aunque el tiempo se convierta en espacio, y bien vistosamente. La música es muy superior al libreto que creo que fue lo que más despertó las iras de Friedrich Nietzsche (desde mi punto de vista tenía total razón), pero lo cierto es que de “drama” sólo lo hay en el segundo acto y en los lamentos de Amfortas (o sea cuando hay personajes más o menos humanos y más o menos defectuosos: la única vez en que el protagonista resulta creíble… o casi). 

Amfortas (Matthias Goerne) ante el féretro de Titurel (Paata Burchuladze) © Antoni Bofill

Gurnemanz sigue con su irrefrenable cháchara dando lecciones a diestra y siniestra, aunque finalmente se convierta en servidor del “loco divino” o “sagrado”. Titurel, luego de quejarse lo suyo en el primer acto, tiene la atención de morirse aunque sobre su cadáver insepulto tenemos una buena disputa (sobre todo un buen coro), y en la versión ya vista de Claus Guth el hospital tipo Montaña Mágica de Thomas Mann, convertido en una ruina, van a cimentarse sobre los pies del protagonista y caminan sin parar pero al final calzan botas de descalzos que estaban en una imagen tipo “nueva Alemania” que termina por quebrar una lanza (nunca mejor dicho) a favor de cierta reacción en Israel ante la música de Wagner.  

Musicalmente, sin grandes milagros, tuvimos una buena versión. Bien el coro masculino preparado por Pablo Assante y muy bien la orquesta dirigida en forma un tanto monocorde y fuerte por Josep Pons, que de todos modos hizo un buen trabajo. El trabajo que ha hecho para mejorar el rendimiento material es palpable (prácticamente no hubo errores).

Lo mejor fue la Kundry de Elena Pankratova, de voz poderosa y buena actuación, aunque su figura no sea la ideal. Ciertamente, no son las medias voces su fuerte, pero salvo en la escena de la seducción no importó mayormente. Al final quema sus ropas, y se marcha con su maleta a otra parte (creo que es la más inteligente).

Nikolai Schukoff (Parsifal) y Evgeny Nikiitin (Klingsor) © Antoni Bofill

René Pape sigue siendo un bajo notable y su voz parece intacta. Con Gurnemanz hizo lo que buenamente pudo (al parecer se trata de un cura —no sé de qué rama cristiana— siempre con un libro en la mano, que parece remitir claramente a la Biblia, en particular en todas sus descripciones y reflexiones sobre el Viernes Santo al empezar el tercer acto). Matthias Goerne fue un Amfortas convincente, aunque yo prefiero voces a lo George London para la parte, pero se oyó casi siempre e hizo al final buenas migas con su atormentador Klingsor (al parecer, incluso el muerto Titurel: la gracia aquí salva a todos), interpretado de modo tremendamente eficaz en todos los aspectos por Evgeny Nikitin. 

Los comprimarios lo hicieron bien, aunque alguna de las niñas flores —claramente prostitutas—gritó algo más de la cuenta. Pasaré de puntillas sobre la actuación de Paata Burchuladze como Titurel. 

El protagonista, Nikolai Schukoff tiene en estos momentos un timbre feísimo y duro, pero su emisión del agudo es estable y los famosos protagonistas a partir de la década de 1950 nunca fueron de gran belleza vocal. Interpreta con convicción y canta con buena línea y ardor (y esto último es para mí un mérito grandísimo, sea que se lo crea o no; si no, más mérito aún).

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