Partenope en París

El elenco de Partenope al finalizar la función

Septiembre 30, 2021. Hay argumentos de ópera que no dejan de recordarnos otras historias e intrigas vernáculas de nuestra psiqué posmoderna. Para nuestra cultura mexicana, Partenope puede recordarnos el hilo interminable de algunas telenovelas, con las menudas peripecias de sus personajes. El libreto de Silvio Stampiglia y el título de la obra están anclados en la historia de la música de nuestro país. El primero de mayo de 1711, el virrey de Nueva España Fernando de Alencastre asistió al estreno de La Parténope de Manuel de Zumaya. El libreto de Stampiglia, traducido al español, es el mismo que Leonardo Vinci (en 1725) y Georg Friedrich Händel (en 1730) utilizaron en sus respectivas versiones.

Parténope es la legendaria fundadora de la ciudad de Nápoles. Créatura fantástica, es una sirena soberana de la bahía que domina el temible Vesubio. En el libreto de Stampiglia, Parténope deja su pasado marino para ser solamente soberana. El argumento mezcla la comedia y el drama sentimental. Parténope se parece más a una heroína de telenovela o de melodrama hollywoodense. La reina-sirena se rodea de una corte integrada casi exclusivamente de hombres. Al contrario de Alcina, que vive con su hermana Morgana, Parténope es la única mujer en su corte. Como Alcina, provoca el desvelo de todos los hombres que la rodean, empezando por Arsace, personaje calculador y afeminado, y por el misterioso Eurimene, que en realidad es Rosmira disfrazada para confrontar a su marido Arsace. 

Este proyecto de retorno a los escenarios estuvo a cargo de Le Jardin des Voix de Les Arts Florissants, que reune cada año a una generacion de jóvenes cantantes profesionales en torno a Paul Agnew y William Christie para darles sus primeras oportunidades escénicas. Esta temporada, la producción fue organizada durante un periodo difícil para las artes escénicas en Europa y logró, sin embargo, tener éxito en una gira europea que llevó esta partitura a países como Hungría, España y Rumania.

Partenope se presentó en versión concierto en la Philharmonie de Paris

En la Philharmonie de París la historia de la primera reina de Nápoles le dio un destino muy diferente a la partitura de Händel. Efectivamente, Christie estuvo a la cabeza de su prestigioso ensamble y mostró ser el maestro absoluto en la interpretación del repertorio del Caro sassone. La puesta en escena fue sumaria y sin gran interés, a cargo de Sophie Daneman. Las situaciones perdieron su sutileza con la falta de dirección de actores. Fue sorprendente que una cantante con las imponderables cualidades de Daneman haya perdido de vista la importancia para los cantantes principiantes de darles los utensilios para su interpretación histriónica.

El elenco, integrado exclusivamente por los cantantes del Jardin des Voix, pecó por su falta de equilibrio en el nivel de preparación o por errores garrafales de casting. Cabe señalar aquí que Händel —y todos los compositores— componían para un cantante en particular, de ahí la dificultad de encontrar cantantes adaptados para interpretar las partituras de esos tiempos. Ana Vieira Leite tiene una linda voz ligera de soprano, aunque le falta toda la parte media para llegar al nivel de Anna Maria Strada del Pò, creadora del papel. Partenope necesita una voz robusta en el registro medio pero con la agilidad de una coloratura. El contratenor Hugh Cutting cantó un Arsace melifluo y armonioso, y su voz es una revelación de colores y agilidades. La mezzosoprano Helen Charlston fue una Rosmira ideal, aunque a veces algo rígida en sus ornamentaciones. El contratenor Alberto Miguélez Rouco tiene un tono de voz brillante y su Armindo quedó como una huella sonora indeleble. El barítono Matthieu Walendzik interpretó a un Ormonte varonil, con una bella y resplandeciente entonación. La mayor decepcion fue el gesticulante Emilio del tenor Jacob Lawrence, parodia vocal y teatral sin los atributos que necesita un papel tan interesante.

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