Requiem de Mozart en Bellas Artes

Requiem de Mozart en el Palacio de Bellas Artes © INBAL

Octubre 31, 2021. El último día del mes de octubre, la Ópera de Bellas ofreció una función con el Requiem en Re menor, K. 626 de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) como programa musical. Además del Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, participaron como solistas la soprano Luisa Mordel, la mezzosoprano Amelia Sierra, el tenor Dante Alcalá y el bajo Alejandro López, todos bajo a la dirección concertadora de Iván López Reynoso.

Se trató de una presentación de carácter especial y luctuoso, ya que si bien se contó con asistencia del público en la sala, interesado en disfrutar de la interpretación, este Requiem mozartiano en Bellas Artes se ofrendó, en rigor, In Memoriam a las víctimas de la pandemia de Covid-19 causada por el virus SARS-CoV-2.

A la fecha de esta función, el número de fallecimientos por Covid-19 rondaba ya los 5 millones en el mundo, según reportes oficiales internacionales recopilados por la Universidad Johns Hopkins, si bien estimaciones como la del periódico Financial Times, que se basan en datos del exceso de mortalidad reportado por los países, hablan de casi 15 millones de decesos. En México, esa cifra de exceso de mortalidad (que en 2020 y 2021 incluye principalmente muertes directas e indirectas por Covid-19) rebasa las 600 mil defunciones.

La interpretación en Bellas Artes de esta misa de Requiem de Wolfgang Amadeus Mozart (una obra que el genio de Salzburgo dejara incompleta a causa su propio fallecimiento el 5 de diciembre de 1791 y en cuya concepción se mezcla el mito, la fantasía y la fuerza creativa del compositor), fue antecedida, a través del sonido local, por la lectura de Deslizamiento, en voz de su autora, la poeta, ensayista y traductora capitalina Elsa Cross, en lo que pudiera entenderse como un llamado a la esperanza incluso en un periodo de gran complejidad como el que atraviesa la humanidad con la pandemia.

Todo ese contexto dotó a la función de un ánimo particular que mezcló el recuerdo, el homenaje y cierto espíritu celebratorio a la vida, motivos y emociones que también se proyectaron a través de la música. La imagen sonora lograda por López Reynoso partió de la limpieza de ejecución y la buena articulación rítmica de los integrantes de la orquesta.

Las voces solistas, con franqueza interpretativa y entrega tanto a la obra como al público, fraguó un mosaico de voces mexicanas con experiencia como la de Amelia Sierra y Dante Alcalá, con otras emergentes como la de Alejandro López y la de la joven Luisa Mordel. Sin duda, es grato ver talento nacional arriba del escenario.

No obstante, es claro que las consecuencias de la pandemia también pueden medirse a partir de la interrupción de actividades, entre ellas las artísticas, durante meses; lo que ciertamente a más de un cantante ha sacado de ritmo y forma. Eso también se traslució en el Teatro de Bellas Artes. El retorno paulatino a la vida cotidiana, aun con los retos de la nueva normalidad, será oportunidad también de regresar a niveles óptimos de rendimiento físico y técnico.

Por su parte, el coro (en esta ocasión preparado por Luis Manuel Sánchez) intervino con corrección vocal en sus diversos pasajes, pero en general con poca energía. Son comprensibles el ánimo luctuoso de todo réquiem y el impacto emocional que ha causado la emergencia sanitaria. Diversas agrupaciones artísticas, incluido el Coro del Teatro de Bellas Artes, han sufrido bajas durante la pandemia, para no ir más lejos.

Pero precisamente ese encuentro con la muerte según la liturgia, esa visualización del juicio final y de la eternidad a través de la música, también debería ser un motor de extroversión expresiva que encienda lo que está apagado. No sólo porque es parte de la potente partitura mozartiana, sino porque es la gracia de seguir vivos, cuando otros ya no cuentan con esa fortuna.

El Festival Internacional Cervantino, en su edición 49, incluyó como parte de su programa 2021 la transmisión de este Requiem, que pudo apreciarse en una pantalla gigante en Los Pastitos, uno de los escenarios clásicos de la capital guanajuatense.

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