The Snowy Day en Houston

Escena de The Snowy Day en Houston © Lynn Lane

Diciembre 9, 2021. La Gran Ópera de Houston presentó The Snowy Day, la ópera número 71 que ha sido comisionada y estrenada por la compañía a lo largo de su historia. En este sentido, es una de las empresas teatrales más prolíficas de los Estados Unidos. La ópera —que debió ser estrenada la temporada pasada y que fue cancelada y reprogramada por la pandemia— toma su título del libro homónimo o Un día de nieve, como se tituló en su edición en español, del escritor estadounidense Ezra Jack Keats, escritor neoyorquino conocido por crear y diseñar libros para niños.

El libro, que fue editado en 1962, causó en su momento mucho revuelo y polémica, ya que el personaje principal es un niño afroamericano. El tema fue sobre todo controversial por las tensiones raciales que existían en esa época en los Estados Unidos; aun así, y con el paso del tiempo, el libro se ha convertido en un clásico, que además de romper paradigmas, estereotipos, barreras, y de haber vendido más de diez millones de copias, ostenta la marca de ser el libro más solicitado y prestado en los más de 125 años de existencia de la biblioteca de la ciudad de Nueva York. 

Al final, la intención de Keats fue solo la de demostrar que los niños son solo niños, a pesar de cualquier consideración o prejuicio. La breve ópera, que dura alrededor de una hora, es una adaptación de la sencilla historia en la que al pequeño Peter —aquí personificado y cantado por la soprano Raven Mcmillon— se le permite salir a jugar solo en la nieve, a pesar del temor de sus padres. En la calle, Peter se encuentra con dificultades, como el maltrato o “bullying” de otros niños, un tema de actualidad, pero al final, como niños que son, hacen a un lado sus diferencias para jugar juntos en la nieve y terminar siendo amigos hasta el final del día. 

La orquestación de la ópera corresponde al compositor estadounidense Joel Thompson, quien escribió una partitura de una musicalidad muy ligera, serena, directa y sobre todo placentera, por sus tonalidades influenciadas por el jazz, el musical, y algunos pasajes que se asemejan a la música minimalista de John Adams. Como el libro contiene solo imágenes, el libreto, los diálogos y las arias fueron creadas por la escritora Andrea Davis Pinkey, dedicada a la creación de libros infantiles, quien curiosamente escribió hace varios años Un poema para Peter, sobre el legado de Keats. Vocalmente, la obra consiste en recitativos, y algunas notables arias como ‘Whisper Walk’ y la melodiosa ‘Please be forever’, cantadas con brillo, ímpetu y notable dicción por la soprano Raven Mcmillon en el papel de Peter. 

Correctas estuvieron las intervenciones del resto de los cantantes en sus papeles asignados, con mención particular para la soprano Elena Villalón, una divertida y jovial Amy, de canto colorido y nítido, y para Karen Slack, como la madre de Peter, por su seguridad escénica y amplitud vocal de soprano, y al bajo-barítono Nicholas Newton, haciendo los personajes del padre de Peter y de Tim. 

La producción de Amy Rubin, con vestuarios de Jessica Hahn y la dirección escénica de la israelí Omer Ben Seadia, se apegó a los diseños ideados por Keats, y lució como un cuento a colores con diseños alegres, brillantes y sus imperfecciones. Por la importancia que el teatro da a los estrenos operísticos que comisiona, y tratándose de un proyecto que seguramente será escenificado muy pronto en otros teatros estadounidenses, la conducción musical estuvo a cargo de Patrick Summers, quien con mano segura y habilidad concertó a una agrupación reducida, haciendo relucir la gracia musical de la partitura. 

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