Trato de favor en Madrid

El estreno de Trato de favor en el Teatro de la Zarzuela contó con una producción de Emilio Sagi © Elena del Real

Abril 29, 2023. A veces nos encontramos con que un género parece que se ha quedado anquilosado, que ha vivido momentos de esplendor y que no ha ido evolucionando y por lo tanto se estanca y se produce algo muy usual que es la repetición de los títulos que más éxito han tenido a lo largo de los años, con lo que entramos en un círculo vicioso. El público quiere ver y escuchar lo que ya conoce, y se muestra, cuando menos, reticente en muchas ocasiones ante las nuevas propuestas.

Por eso es de agradecer que el Teatro de la Zarzuela, el español templo de la lírica nacional, esté apostando fuerte por las nuevas creaciones, por los estrenos rigurosos que añaden interés y calidad al repertorio habitual y lo remoza, y le hace el efecto de un soplo de aire fresco para evitar las antes aludidas repeticiones, para evitar la monotonía, para ofrecer nuevas perspectivas, para fortalecer el género, en una palabra.

Claro que un estreno en un género como el de la zarzuela supone siempre un riesgo, riesgo que no ha temido correr en diversas ocasiones el director del teatro madrileño, Daniel Bianco. Lo hemos comprobado ya en varias ocasiones, y hace relativamente poco, con el estreno de Policías y ladrones, obra del compositor Tomás Marco. Ahora ha vuelto a apostar con valentía, con un nuevo título que ha sido estrenado en la tarde noche del 9 de abril. Con libreto del conocido showman y escritor interesante, el venezolano Boris Izaguirre, y con una inspirada y convincente partitura del joven Lucas Vidal. Ambos han sido los autores de esta obra Trato de favor, que llenó totalmente el teatro en la noche del estreno y donde, además de las virtudes y posibles defectos de libreto y música, hay que destacar la acertada dirección escénica de un veterano muy consagrado como es Emilio Sagi. 

A ello se añade una espléndida escenografía de Daniel Bianco, que marca muy bien la situación, la ubicación de la acción, contribuyendo a esta buena primera impresión el para mí acertado vestuario de Jesús Ruiz, la iluminación de Albert Faura y la coreografía de Nuria Castejón.

Tras esta introducción tenemos que centrarnos en el meollo de la obra. ¿Qué es Trato de favor? ¿Qué han pretendido los autores de este estreno?

El texto enlaza, en cierto modo, con algunos aspectos tradicionales del género. La comicidad que siempre está presente en el desarrollo de toda la obra, la ironía, la idea de farsa que prácticamente lleva al disparate, pero un disparate muy bien trazado, pensado y querido por el autor. Siguiendo con la tradición del género, sobre todo en lo relacionado al género chico, en esta obra se tienen en cuenta muchos aspectos de la actualidad, aspectos que, tratados con la fina ironía del autor, hacen estallar en carcajadas a los asistentes. Entonces podríamos decir que es una obra fresca, graciosa, picante en muchos momentos, corrosiva en algunos, y con diálogos y números musicales que tienen su gracia y que conducen a un final divertido y que tiene mucho de agridulce. 

Como buen conocedor que es Izaguirre del mundo televisivo, también está él presente, no sólo en la referencia a los festivales de Eurovisión, sino a través de su propia participación, paseando tan ufano por el patio de butacas y haciendo de reportero con distintas preguntas a personas del público asistente.

Junto a un libreto gracioso, con golpes bien buscados y logrados, tenemos una música que resulta verdaderamente interesante. Muy acorde con el libreto, fruto de un trabajo conjunto, el compositor Lucas Vidal ha conseguido una partitura fresca, convincente, llena de momentos muy lúcidos, llena de cierto garbo que la hace emparentar —ya lo escribimos antes— con las tradiciones del género en su vertiente más popular. Ha sabido combinar sabiamente la tradición, con la puesta al día, con el pop, con el musical; ha sabido dibujar páginas muy nuevas que alternan con el chotis o con otros aspectos de la música popular que tanto ha gustado y gusta en Madrid. Todo muy bien estructurado, teniendo presente los elementos con los que tiene que jugar y obteniendo un resultado que es francamente interesante. Gusta, tiene momentos muy bonitos, hay elementos brillantes y otros con menos entidad, pero en el conjunto la obra está muy lograda desde un punto de vista musical, es coherente y sabe subrayar los mejores aspectos del libreto, incluso los más disparatados y los más cómicos.

Escena de Trato de favor en el Teatro de la Zarzuela © Javier del Real

Aunque el reparto de cantantes era de lujo tenemos que reconocer, o al menos así nos lo pareció, que no estuvieron todo lo afortunados que hubiera sido de desear. Ainoha Arteta y Nancy Fabiola Herrera tienen un brillante historial, un curriculum envidiable, una excelente ejecutoria. Sin embargo, a juicio del que esto firma, no alcanzaron el nivel al que nos tienen acostumbrados. ¿Quiere eso decir que cantaron mal? En absoluto, cantaron con soltura, con profesionalidad, pero sin llegar a ese estado de gracia que otras veces han mostrado. 

El tenor Enrique Ferrer estuvo a un nivel aceptable a lo largo del primer acto; en el segundo su papel es casi anecdótico. Pero cantó con buen gusto y su timbre es limpio y grato. Amparo Navarro tuvo una actuación muy convincente, a pesar de lo pequeño que es su papel. Pero demostró estar muy bien vocalmente, tener una voz bonita, llena, con un fraseo muy elegante y un timbre de belleza más que regular. Cumplieron adecuadamente el resto de intérpretes, Gurutze Beitia, Amelia Font, Lara Chaves y Celsa Tamayo.

Y como es habitual, el Coro que dirige Antonio Fauró, volvió a tener una buena actuación, empastado, disciplinado y con perfecta afinación. La orquesta tuvo un hermoso papel llevada con muy buen tino por el joven maestro Andrés Salado que hizo su debut en el Teatro de la Zarzuela, y su labor al frente del elenco orquestal fue francamente buena. 

En definitiva, una nueva zarzuela que añadir a nuestro repertorio, un acierto en cuanto a gracia, con una música muy personal, pero gratísima y donde, repetimos, se dan la mano el casticismo, el chotis, el musical y hasta el coro de La rosa del Azafrán y la página del Te Deum de Marc-Antoine Charpentier, que es la sintonía de Eurovisión. A todos, programadores, actores, cantantes, técnicos, autores, orquesta en el foso, a todos, nuestra sincera enhorabuena.

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