War Requiem en Barcelona

Matthias Goerne y Mark Padmore en War Requiem

Octubre 21, 2021. El nuevo título fue un tanto peculiar. Siguiendo las últimas modas se ofreció una versión escenificada del War Requiem de Benjamin Britten, una de sus obras mayores. Las masacres cumplidas con obras similares de Verdi y Mozart no se verificaron en esta ocasión, aunque no creo que hayan aportado mucho más que los movimientos del coro (los solistas andaban por ahí sueltos). Y encuentro el final con verde esperanza y pimpollos de rosas francamente cursi y en contradicción con texto y música. De modo que se puede dar por bueno el espectáculo dirigido por Daniel Kramer, coproducido con la English National Opera y el National Kaohsiung Center for the Arts.

Pero la parte musical, que es —como siempre— la que finalmente importa, estuvo muy bien atendida. El director musical del Teatro, Josep Pons, realizó una importante labor y la orquesta lo secundó haciendo un notable esfuerzo de buenos resultados. Lo mismo el coro de la casa, esta vez dirigido por primera vez por su nuevo maestro, Pablo Assante, en lo que fue un trabajo arduo y complejo además de las evoluciones en el escenario, con muy buenos frutos. Fue asimismo muy buena la actuación del coro infantil Veus de Granollers, preparado por Josep Vila i Jover.

Los tres solistas respondieron a los deseos originales de Britten de representar a tres de las nacionalidades europeas del conflicto bélico… Fueron Tatiana Pavlovskaya, Matthias Goerne, y Mark Padmore. Los tres muy bien con sus estilos, técnicas y voces diferentes. La rusa se mostró más versátil que lo hasta ahora sabido de ella, una spinto que canta Verdi y Puccini. Y lo hizo muy bien, con su voz oscura y algo gutural, pero de agudo fácil (la parte, como las otras, es exigente). Pero se trata de un papel pensado en principio para la Vishneskaya (a la que la entonces Unión Soviética no dio permiso y fue sustituida por Heather Harper, en uno de los grandes triunfos de su carrera).

Padmore ha hecho carrera con el barroco y el canto de cámara. Ciertamente tiene varias de las características peculiares de un tenor inglés (la parte fue obviamente escrita para Peter Pears), y su tarea ha sido muy encomiable. Aunque los tres tienen un cometido bastante equilibrado (los hombres más juntos, la mujer aislada) el que termina siempre más destacado es el barítono (en su origen Fischer-Dieskau) y así ha vuelto a ocurrir aquí con Matthias Goerne, que en este caso se encontraba como pez en el agua cantando con emoción y sentido.

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