La historia de una canción: ‘In questa tomba oscura’, de Beethoven

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Ludwig van Beethoven en 1804 @ Joseph Willibrord Mähler

En diciembre próximo se cumplen 250 años del natalicio de Ludwig van Beethoven (a propósito, José Noé Mercado escribió para Pro Ópera un ensayo sobre la vida y obra del compositor); no obstante —aunque debido a la pandemia de Covid-19 se ha cancelado la mayoría de los eventos con los que alrededor del mundo se  le habría de celebrar—, en México todavía albergamos la esperanza de ver la única ópera del compositor, Fidelio, en la misma producción estrenada en la reapertura del Palacio de Bellas Artes, luego de su remodelación (el 5 de diciembre de 2010), una producción que no se ha vuelto a presentar desde entonces. (Sobre la difícil gestación de Fidelio, Luis Gutiérrez Ruvalcaba preparó este texto.)

Mientras tanto, gracias al encierro obligado de estos últimos meses, he tenido la oportunidad de escuchar y reescuchar la música de Beethoven (un breve homenaje personal) y reflexionar sobre ella:

A lo largo de mi carrera como cantante, he participado como solista en la presentación de tres obras corales de Beethoven: el oratorio Cristo en el Monte de los Olivos, op. 85, con la Orquesta del Teatro de Bellas Artes; la Fantasía coral, op. 80; y la Novena Sinfonía “Coral”, op. 125, con la Orquesta Sinfónica del Estado de México.

Pero, últimamente, me he descubierto regresando una y otra vez, y en diversas versiones, a una pequeña arietta —aparentemente muy sencilla y hasta insignificante, pero en realidad sublime y solemne cuando se interpreta con pathos y línea de canto— que me embrujó desde que la canté por primera vez, al principio de mi carrera: se trata de ‘In questa tomba oscura’.

Aunque alguna vez Beethoven le comentó a su amigo Johann Friedrich Rochlitz en una carta: “Ich schreibe ungern Lieder…” (“Escribo canciones de mala gana…”), Beethoven en realidad escribió para este género durante toda su vida: en total, alrededor de 90 Lieder y más de 170 canciones folklóricas británicas (irlandesas, galesas, escocesas e inglesas) y en diversos idiomas: italiano, francés, español y portugués, entre otros. [Hamburger, Michael, editor: Beethoven Letters, Journals and Conversations (New York, 1984), p. 186.] Ludwig van Beethoven (Bonn, 1770-Viena, 1827) fue precursor del desarrollo del Lied (la unión entre poesía y música, para voz solista y acompañamiento de piano) que proliferó en los países germánicos durante el periodo romántico del siglo XIX.

Giuseppe Carpani, el poeta

‘In questa tomba oscura’ es una de las pocas canciones en lengua italiana que Beethoven compuso. El texto proviene de un poema de Giuseppe Carpani (Milán 1751-Viena 1825), periodista que fue editor de la Gazzetta de Milano entre 1792 y 1796, defensor —y hay quienes dicen que espía— del imperio austriaco, y duro crítico de Napoleón. Pero cuando las tropas francesas invadieron Milán en 1796, Carpani huyó a Viena, donde eventualmente trabó amistad con Beethoven.

Carpani fue también un músico amateur; traductor de libretos de óperas francesas y alemanas; y amigo de Mozart y Salieri, Haydn y Rossini (sobre quienes escribió apuntes biográficos y cartas en pequeños volúmenes titulados Le Haydine y Le Rossiniane). 

Fue Carpani, precisamente, quien presentó al joven Rossini (de 30 años) con el avejentado, sordo y desaseado Beethoven durante la visita del primero a Viena en 1822, y quien sirvió de intérprete entre ambos. En esa ocasión, Beethoven alabó las óperas cómicas del italiano, particularmente Il barbiere di Siviglia, vaticinando que “se presentará mientras exista la ópera italiana”, de acuerdo con el biógrafo Francis Toye, en Rossini: The Man and His Music, de 1888 (Dover Publications, New York, en 1987).

Carpani le recordó a Beethoven que Rossini también había compuesto óperas serias, como Tancredi, Otello y Mosè, pero este lo interrumpió diciendo que “los italianos no tienen el temperamento para la ópera seria” y, al despedirse en la puerta, las últimas palabras de Beethoven para Rossini fueron: “Recuerde, dénos más Barberos…”

Volviendo a ‘In questa tomba oscura’, no se trata de un Lied; sino de hecho de una arietta de sabor operístico, por su contenida elocuencia expresiva. La canción tiene una historia curiosa: en una reunión de diletantes, la condesa polaca Aleksandra Rzewuska improvisó una melodía a la que el poeta Carpani inmediatamente improvisó un texto, en un raro caso de “prima la musica, poi le parole” (“primero la música, después las palabras”). Carpani escribió:

In questa tomba oscura / En esta tumba oscura
lasciami riposar; /déjame descansar;
quando vivevo, ingrata, / cuando vivía, ingrata,
dovevi a me pensar. / debías haber pensado en mí.
Lascia che l’ombre ignude / Deja que las sombras desnudas
godansi pace almen, / disfruten al menos su paz,
e non bagnar mie ceneri / y no bañes mis cenizas
d’inutile velen / de inútil veneno.

A partir de ese texto, Carpani invitó a sinnúmero de amigos para ponerle música a su poema. Acudieron al llamado varios compositores y diletantes, de los cuales el último en entregar su versión fue Beethoven, por lo que en un volumen publicado en 1808 aparece al final, con el número 63, justo antes de los apéndices (lo cual molestó al genio de Bonn cuando lo vio impreso). Ese volumen de partituras para conmemorar la ocasión se publicó bajo el título: In questa tomba oscura: arietta con accompagnamento di piano-forte, composta in diverse maniere da molti autori e dedicata a S.A.U. Sig. Principe Giuseppe di Lobkowitz.

El príncipe Lobkowitz, mecenas de Beethoven

Joseph Franz Maximilian von Lobkowitz (1772-1816), un aristócrata de Bohemia que era patrono de las artes, fue uno de los mecenas de Beethoven. El compositor le dedicó varias de sus obras más importantes, incluyendo las Sinfonías 3ª, 5ª y 6ª, sus Cuartetos de cuerdas op. 18 y 74, el Triple concerto y el primer ciclo de Lieder de la historia: An die ferne Geliebte, op. 98.

También compuso una Cantata de cumpleaños para el príncipe Lobkowitz, WoO 106, en 1816, que le iban a cantar sus hijos, pero el príncipe estaba muy enfermo, en cama, y murió días después sin haber escuchado la cantata.

Entre los compositores que aceptaron el reto de ponerle música al poema de Carpani figuran nombres como Franz Xaver Mozart (el hijo de Wolfgang), Ferdinando Paër (quien compuso dos versiones), Antonio Salieri (también, dos versiones), Josef Weigl y Niccolò Antonio Zingarelli (quien compuso 10 versiones sobre el mismo poema). En su momento, la versión de Beethoven no fue considerada siquiera entre las mejores, pero a más de 200 años de aquella ocasión, la única versión que ha sobrevivido el paso del tiempo es la del genio de Bonn.

Las obras más importantes de Beethoven se publicaron con número de opus, y en ellas el propio compositor ponía especial cuidado. Pero hay también unas 200 obras que fueron catalogadas como “Obra sin número de opus” o “Werk ohne Opuszahl” (WoO).

Las 63 versiones de ‘In questa tomba oscura’ dedicadas al príncipe Lobkowitz

¿Por qué me parece tan entrañable, melancólica y triste esta canción? Porque la arietta ‘In questa tomba oscura’ WoO 133 (1807) está escrita en la tonalidad de La bemol mayor. Es la tonalidad que —según el musicólogo, pianista y editor Ernst Pauer (Viena 1826-Jugenheim 1905), en su breve tratado The Elements of the Beautiful in Music (Los elementos de lo bello en música), de 1877— “está llena de sentimiento, y repleta de expresión ensoñadora”. También se dice que esta tonalidad brinda una sensación de paz y serenidad.

Por su parte, en su libro A History of Key Characteristics in the Eighteenth and Early Nineteenth Centuries (UMI Research Press, 1983), Rita Steblin señala que “la asociación de tonalidades musicales con características emocionales o cualitativas específicas era bastante común antes del siglo XX. Era parte de la experiencia cultural compartida por aquellos que componían, interpretaban y escuchaban música. Cuando Mozart o Beethoven o Schubert escribían una obra en La bemol mayor, por ejemplo, estaban muy conscientes de que esta era ‘la tonalidad del sepulcro’…”

Hoy día, si bien ‘In questa tomba oscura’ aparece en algunas antologías de Lieder de Beethoven, se puede conseguir fácilmente por internet, en formato de PDF, pues es de dominio público.

Algo tiene esta canción, que ha sido adoptada, interpretada y grabada por muchos de los grandes cantantes del siglo XX. Solo entre las versiones disponibles en YouTube, hay para elegir: Cecilia Bartoli, Kim Borg, Ian Bostridge, Fiódor Chaliapin, Boris Christoff, Mario Del Monaco, Dietrich Fischer-Dieskau, Barbara Hendricks, Jerome Hines, Hans Hotter, René Jacobs, Anne-Sophie von Otter, Tancredi Pasero, Luciano Pavarotti, Rosa Ponselle, Hermann Prey, Margaret Price, Nicola Rossi-Lemeni, Peter Schreier, André Schuen y Leonard Warren, entre otros.

No pido a al lector que las escuche todas —como hice yo— pero al menos le recomiendo que escuche estas tres, que valen mucho la pena:

Dietrich Fischer-Dieskau y Jörg Demus

https://www.youtube.com/watch?v=pXn7dh0PwLg

Cecilia Bartoli y András Schiff

Luciano Pavarotti y Leone Maggiera

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