Alejandra Gómez: “¡15 años desde mi primer encuentro con la ópera!”

Alejandra Gómez: “Tiene un significado especial cantar en tu propio idioma”

Diciembre de 2021 significó un venturoso cierre de año para la mezzosoprano neoleonesa Alejandra Gómez Ordaz, una de las nuevas voces mexicanas de su tesitura que mayores expectativas ha levantado en nuestro país.

La joven cantante, de ágil instrumento y broncíneo timbrado primero estrenó el rol de Leona en la cantata de igual nombre de la compositora María Granillo, como cierre de la Temporada 145 de la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM), bajo la batuta de su titular artístico Rodrigo Macías. Y, días después, Alejandra hizo su debut en el Teatro del Palacio de Bellas Artes, en una gala navideña con la Ópera de Bellas Artes (OBA), bajo la dirección de Iván López Reynoso.

“Mi debut en Bellas Artes, sin duda, ha marcado mi carrera, ya que se trata del sueño y anhelo de todo músico en México y para mí no fue la excepción. Es un lugar hermoso, lleno de historia y magia”, expresa la cantante en entrevista para los lectores de Pro Ópera. Y detalla sobre aquella experiencia: “Tener la oportunidad de cantar con Iván López Reynoso en el podio es un privilegio por su respeto a la música, al estilo y al compositor; y también lo es por la forma en la que guía a la orquesta. Todo ello es admirable y como intérpretes quisiéramos apropiarlo para incorporarlo a nuestro arte”. 

Estas presentaciones representan no sólo un privilegio para Alejandra, sino de igual forma una gran responsabilidad, sobre todo porque aquilata la confianza de las prestigiadas instituciones musicales de nuestro país que le han extendido esas invitaciones. “Participar con la OSEM, por ejemplo, siempre es un orgullo y un placer. Su director, Rodrigo Macías, me transmite ese cuidado de hacer música en el más alto nivel. Cantar bajo su batuta es un reto y a la vez la oportunidad para crecer como músico, pues ahora me permitió crear desde cero una obra y un personaje como Leona Vicario, con la genialidad musical de la compositora María Granillo”. 

Alejandra Gómez Ordaz es originaria de Monterrey, Nuevo León, lugar donde encontró su gusto por la ópera. Según cuenta, escuchar a su maestra Katya Santos en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey (ESMDM) fue el detonante que la motivó a aprender el arte operístico. 

“Gracias a mi maestra Teresa Rodríguez, logré entrar al taller de ópera de SIVAM (Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano) y, posteriormente, al Academy of Vocal Arts (AVA) en Filadelfia, lo que me permitió saltar a un nivel internacional en mi preparación musical”, relata la intérprete. 

En su trayectoria se suman colaboraciones artísticas con la Orquesta Filarmónica de Israel y la Orquesta del Conservatorio de Moscú, además de participar en conciertos en diversos países como Francia, Italia, Suiza y Canadá, entre otros. 

“Mis papeles más destacados han sido Carmen de Georges Bizet, Charlotte en Werther de Jules Massenet, Hänsel en la ópera de Engelbert Humperdinck y Magali de Salsipuedes de Daniel Catán”, enumera la entrevistada. “Este último compositor mexicano, pero de gran trayectoria en Estados Unidos”, relata la joven mezzosoprano: “En 2021, también tuve la oportunidad de cantar en el concierto homenaje que se le rindió al maestro Catán en el Teatro Bicentenario de León, Guanajuato; y, posteriormente, de participar en la versión cinematográfica de La hija de Rapaccini en una colaboración múltiple entre las que destacan instituciones como la Ópera de San Diego y la Sociedad Artística Sinaloense.

Sobre su presencia periódica con la OSEM, Alejandra dice sentirse contenta y satisfecha. “Se trata de una de las orquestas más importantes del país, considerada de primer nivel musical, y no cabe duda de que ha sido un pilar importante en mi carrera. Regresé a México después de varios años de prepararme en Estados Unidos y Rodrigo Macías me dio la oportunidad de cantar con la OSEM, agrupación con la que he crecido y con la que me he hecho una cantante más sólida”. 

La colaboración más significativa y a la vez su papel más demandante con la OSEM fue precisamente el de Leona Vicario, una de las heroínas de mayor importancia en el desarrollo de la independencia de México. En rigor, Alejandra tuvo que considerar varios retos para sortear su interpretación. “El primero de ellos fue estudiar a fondo al personaje porque, como muchos compatriotas, no conocía en detalle la biografía de María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, ni tampoco sus hazañas como espía de los independentistas dentro de la capital del virreinato”, reconoce la cantante. 

Desde ese punto de partida, Alejandra comenzó a darle forma y color a su actuación. “Desde un inicio asumí que Leona es una gran heroína de nuestra independencia; luego escuché la música, vi la partitura, que me enamoró desde el primer momento, y sobre esa base empecé a crear colores, dinámicas y a cantar todo el tiempo posible para poner el personaje y su escritura musical en voz, hasta llegar con el director y la compositora que me guiaron y transmitieron su visión musical para enriquecer y darle vida a la obra”, relata la cantante.

El resultado de su interpretación consiguió una calidad dulce y femenina, sin dejar de lado los acentos heroicos notables que realzaron la valentía y templanza de Leona frente a la represión de sus críticos y censores. “El mayor reto de la partitura”, continúa la cantante neoleonesa, “es cumplir con la belleza lírica de la obra. No tiene melodías complejas, todo su sonido es melódico y bello. Y por eso es un papel que me permitió lucir mi voz, pero siempre con el reto de lograr cumplir las expectativas del director, de la compositora y, desde luego, del público”.

Alejandra cantó con la Orquesta de las Américas en Monterrey

Alejandra, ya lo decías, hace unos meses también formaste parte del elenco de una grabación en audio y video de La hija de Rappaccini. ¿Qué puedes contarnos de ese proyecto, de estar bajo la dirección musical del maestro Eduardo Diazmuñoz, y en general de la obra operística de Daniel Catán?
Esta versión de La hija de Rappaccini es un proyecto único. La visión de Andrea Puente, de mantener viva la ópera en español y más aún al compositor Daniel Catán, se logra una vez más, pero con un alcance internacional. Esto es posible ya que fue filmada para su versión cinematográfica y está realizada por los artistas, instituciones y profesionistas más destacados en el medio.

Entre ellos se encuentran el reconocido director de orquesta Eduardo Díazmuñoz; la directora de teatro Lorena Maza; la Ópera de San Diego y, como ya lo apuntaba, la Sociedad Artística Sinaloense. Daniel Catán logró crear la ópera en español de una manera genial, hermosa y atractiva. Su música es muchas veces compleja, pero hipnotizante. Está llena de poesía y musicalidad, lo que es muy apasionante de interpretar. 

Por otra parte, trabajar con el maestro Díazmuñoz representó una gran oportunidad, pues es toda una leyenda y su visión de la música de Catán es invaluable. Es un director claro, que le da sentido a cada silencio y a cada nota. Por ello es capaz de meterse profundamente en la interpretación del personaje y la música.

Fiel a las raíces
La idoneidad del idioma español para la ópera ha sido un debate presente en muchos círculos de especialistas a lo largo de décadas. La soprano, compositora y directora de orquesta madrileña Pilar Jurado escribió al respecto que el origen de la elección del italiano como la lengua ad hoc estaba relacionada con una técnica vocal, netamente física en que se emite de forma natural el italiano: “La posibilidad de trasladar esa técnica de impostación a cualquier otro idioma cantado permitió que cada país fuese adaptando este género a su lengua (…) y apueste por nuevas opciones en la emisión vocal, muchas de ellas rescatadas de las maneras en que los diferentes cantos populares han musicalizado a su modo la expresión lingüística”.

A partir del repertorio que Alejandra Gómez aborda actualmente, y sobre lo particular de esta temática, la joven cantante responde sobre si hay diferencia o particularidades al momento de cantar ópera en español: “Desde luego que es importante ser fiel a las raíces y llevarlas con orgullo. Y eso significa para mí el cantar en nuestro idioma, además de que la música en español, y en especial la mexicana, no carece de abundancia en belleza musical. Por el contrario: es reconocida y apreciada en todo el mundo”. 

Pero fuera de ello, dice la mezzosoprano, “la preparación e interpretación musical es la misma en cualquier idioma. Cada uno tiene su belleza y su sello. Tal vez tiene un significado especial cantar en tu propio idioma, pero la dedicación y la pasión por hacer música es la misma”. 

Hänsel und Gretel en Monterrey, con Sofía Sánchez

¿Puedes hablarme sobre la particularidad de tu voz?
Encuentro en mi voz un color con tintes oscuros. Creo que mi riqueza vocal está en el centro de mi instrumento y en lo particular me apasionan los agudos, por lo que busco siempre esa claridad en mi canto. Empecé a cantar con Katya Santos, reconocida cantante regiomontana, quién me transmitió la pasión por la ópera; después, como decía, conocí a Teresa Rodríguez, reconocida pianista mexicana y coach vocal, quien me enseñó las bases del canto, el estilo, la interpretación, los idiomas, entre otras herramientas para un intérprete. 

Y así fue como llegaste a trabajar con Joan Dornemann, coach del Metropolitan Opera House de Nueva York, ¿cierto?
Por medio de ella, de Teresa Rodríguez, conocí a Joan Dornemann, coach vocal en el Met, con quien continué parte importante de mi preparación musical para después hacer audición y ser aceptada en la Academy of Vocal Arts, donde conocí a mi maestro de canto Bill Schumann. Fue él quien le dio firmeza vocal a mi canto.

En la actualidad, siento mi voz sólida, siempre regresando a las bases, sin dejar de prepararme y escuchar a mis maestros. Recientemente, continúe mi preparación vocal con el tenor Fernando de la Mora, quien además de ser un gran cantante es un excelente maestro. Éste podría decir que ha sido mi proceso a lo largo de 15 años; desde mi primer encuentro con la ópera hasta el día de hoy. Faltan muchas personas e historias por mencionar, pero considero que estas son las bases de mi preparación vocal.

Para ti, como una cantante joven, ¿cuáles serían los caminos y los retos para abrirse y recorrer un camino profesional que te lleve a la consolidación?
Creo que es muy importante encontrar personas que crean en tu talento: instituciones, maestros, gente del medio que pueda darte una visión más amplia y guiarte para tomar decisiones correctas y trascendentes en tu carrera. Muchas veces es un proceso largo y se necesita estar rodeado de las personas correctas. 

Cada quien puede seguir diferentes caminos: un concurso, una escuela, un programa de ópera o la búsqueda de un agente, por ejemplo. Cada cantante busca su propia ruta. Pero lo que me resulta significativo e indispensable es la preparación. Ésta siempre genera oportunidades. Aprovechar el tiempo y aprender todo lo posible es lo más valioso que llevas contigo. Es la herramienta principal que le dará solidez a tu carrera.

Con relación a tu periodo en la Academy of Vocal Arts de Philadelphia, ¿qué destacarías?
La AVA es uno de los programas de preparación operística para jóvenes cantantes más reconocidos a nivel internacional. Ser parte de este programa me hizo perfeccionar mi canto, conocer el medio operístico en Estados Unidos y adquirir muchas herramientas que han sido vitales para mi carrera. Creo de gran relevancia la constante preparación que ofrece este programa. Por ejemplo, sus diferentes conciertos y óperas, porque se se trata entonces de un programa que genera grandes oportunidades en el medio para seguir desarrollando una carrera.

En el estreno de Leona, de María Granillo, con la OSEM

Monterrey es una ciudad con cierta tradición operística en el país. ¿Cómo influyó ese contexto para decidirte a estudiar canto y a convertirte en una intérprete que ahora se presenta constantemente en diversos escenarios nacionales?
Tenemos tradición operística gracias a la visión de Gerardo González, quien luchaba por representar por lo menos una ópera al año y quien mantenía el alto nivel operístico en Monterrey. 

El ambiente lírico hoy en día se ha mantenido gracias a la iniciativa privada, pero en Nuevo León no tenemos suficientes producciones ni espacios para hacer ópera. Siendo uno de los estados más importantes del país, resulta paradójico que no tengamos un buen teatro, ni el suficiente interés para el desarrollo y brindar el apoyo cultural necesario.

Creo que tenemos que buscar mayor crecimiento en la parte del desarrollo cultural del Estado. La gente está ávida de escuchar música y ópera, porque es una realidad que sí tenemos buen público en Nuevo León. Para mí fue muy importante tener al alcance funciones de ópera desde una corta edad; incluso llegué a participar en el coro de la Ópera de Nuevo León aquí, en Monterrey, y eso me hizo apasionarme aún más por el canto y buscar dedicarme a la música.

¿Puedes brindarme un poco de detalle sobre tus presentaciones internacionales? Sé que has tenido actuaciones en Francia, Italia, Rusia, Canadá, Israel, Suiza y Estados Unidos.
Participé en el concierto de fin de año del famoso Hotel Bristol, en Paris, junto al tenor Leonardo Sánchez, la soprano Angélica Alejandre y el pianista Ugo Mahieux, para después repetir el programa en la ciudad de Zúrich. 

En 2016 fui parte del programa de Accademia Georg Solti en Castiglione de la Pescaia, Italia, donde canté en el concierto para el Rolex Institute. Viajé a Moscú para ser parte del programa American Masters Academy of Opera con la Orquesta del Conservatorio de Moscú, donde obtuve un reconocimiento especial en el concierto para la Embajada de México en Rusia.

También participé en el programa de Ópera IVAI donde tuve la oportunidad de cantar en el Teatro de la Ópera de Tel Aviv con la Orquesta Sinfónica de Israel bajo la batuta de Paul Nadler. De igual forma, canté con Institut Canadien d’Art Vocal en Canadá y fui partícipe en el concierto de música mexicana en St. Peter’s Church en NY con la pianista Silvia Navarrete.

Concierto navideño 2021 con Rodrigo Macías al frente de la OSEM, Angélica Alejandre, Andrés Carrillo y Tomás Castellanos

Me gustaría saber cuáles son los roles con los que sueñas como cantante y que, eventualmente, desearías incorporar en tu repertorio.
Hace varios años me proponía cantar mucha coloratura y piezas con tendencia a movimiento, lo cual hizo ágil y elástica mi voz; la puso en el lugar correcto. Me siento cómoda con la coloratura y siempre es un reto que me apasiona. Pero hoy en día busco cada vez más repertorio belcantista: mucha línea y un canto más expresivo. Eso ha fortalecido mi voz y me ha hecho madurar en la parte artística y de interpretación. 

Sueño con repetir Carmen de Georges Bizet; cantar Cendrillon de Jules Massenet; Dorabella o Cherubino de Wolfgang Amadeus Mozart y hacer coloratura con Rosina y Angelina en Il barbiere di Siviglia y La Cenerentola de Gioachino Rossini, además de hacer más música barroca y canción de arte.

Estoy invitada para regresar a Bellas Artes en unas semanas, y en marzo haremos nuevamente Leona con la OSEM, lo cual me mantendrá activa este inicio de año. Mis metas a mediano plazo serían hacer ópera en Monterrey y con ello apoyar a generar oportunidades en el ámbito musical y artístico en mi estado.

Me gustaría que la gente se enamore de la ópera. Cada concierto es una oportunidad de cautivar a las personas a descubrir este arte y lo que más disfruto del canto es compartirlo con otros. ¡Eso es lo que me gustaría que la gente comentara y conociera de mí!

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