El Covid y la cultura: diez preguntas para Jörg Löwer

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“La cultura es sistémicamente relevante para el funcionamiento de las sociedades democráticas. Esta idea aún no se ha difundido lo suficiente”

Esta entrevista con Jörg Löwer, presidente de la Unión de Trabajadores Escénicos de Alemania, es la tercera en la serie que he realizado en los últimos meses sobre “El Covid y la cultura”. La primera fue a Rolf Bolwin, exdirector ejecutivo de la Asociación Alemana de Teatros y la Asociación Federal de Teatros y Orquestas Alemanas, y la segunda, con Kay Metzger, el intendente del Teatro de Ulm. 

Estas entrevistas nos han permitido adquirir una visión multidimensional de la situación que prevalece en la cultura bajo la pandemia en Alemania. También buscan dar algún tipo de pronóstico sobre cómo podrían desarrollarse las cosas en los próximos meses. Poco después de que se realizó esta entrevista, el gobierno alemán ordenó un nuevo bloqueo parcial para romper la creciente ola de infecciones por Covid-19. Las ramas de la economía más afectadas por estas nuevas disposiciones incluyen a los sectores cultural, gastronómico, turístico y deportivo.

Jörg Löwer trabajó durante muchos años como intérprete musical y coreógrafo. Como intérprete, ha aparecido en el escenario en numerosas producciones teatrales. En su trabajo  creativo estuvo principalmente influenciado por la colaboración con Helmut Baumann. Como coreógrafo, fue responsable de producciones en musicales, obras dramáticas y espectáculos en cruceros. Después de unirse al equipo de theapolis.de, Löwer comenzó a trabajar en 2001 como vocero de la Unión (GDBA, por sus siglas en alemán), organización de la cual se convirtió en presidente en mayo de 2013.

¿Cómo describiría en unas pocas palabras clave la situación actual en Alemania, y quizás en Europa, bajo la pandemia, en términos de cultura y personalidad jurídica de los trabajadores culturales?
Desastre, miedo existencial, inseguridad económica, condiciones de trabajo precarias, abandono laboral y amenaza a la infraestructura cultural. Estas son solo algunas de las palabras clave que me vienen a la mente.

¿Qué efectos a corto y largo plazo tiene o tendrá la pandemia sobre el desarrollo de la situación legal de los empleados de teatro nacionales con contratos indefinidos y los cantantes de ópera free-lance o autónomos en el país o en el extranjero?
Nadie debería engañarse a sí mismo: la amenaza para este país, que tiene una de las infraestructuras teatrales y orquestales más grandes del mundo, es cada día más evidente, y con ello la amenaza a futuros trabajos para empleados fijos y free-lance. Además, el colapso total de las compañías independientes y los teatros privados sigue siendo inimaginable, y para gran parte del panorama cultural son las doce menos cinco minutos, ya que no se nos ofrece una perspectiva de salida real. 

El que se proporciona —como mantener una distancia de al menos 1.5 metros en el escenario y en la audiencia— no puede contarse como una solución real. Aunque el gobierno ha destinado 1,000 millones de euros adicionales a la cultura a través de los fondos del programa «Restart Culture», otras medidas o paquetes financieros de estímulo económico podrían y deberían generar indirectamente un beneficio adicional para la cultura. Requerirá de muchos esfuerzos conjuntos y dinero extra, ya que la supervivencia de la cultura seguirá siendo un asunto de los estados federales. 

En primer lugar, hay que salvar a los teatros locales del desastre existencial, especialmente a los que están en peligro por la caída de los ingresos fiscales de los municipios, pero también debido a un número creciente de transferencias/cambios de ocupación dentro de la comunidad artística. Dado que muchos artistas free-lance o autónomos están pensando o ya han entrado en un cambio de carrera debido a una perspectiva del desempleo de larga duración, estamos hablando de toneladas de talentos que faltarán en el futuro una vez que la situación se haya normalizado.

Durante los cierres y confinamientos, los teatros han perdido aproximadamente 50 millones de euros en venta de entradas. Aquí estoy hablando de los teatros de la ciudad, los municipales y los estatales. Muchos actores, cantantes y bailarines independientes, directores de escena, editores de publicaciones teatrales, autores y compositores perdieron sus ingresos de un día para otro. Experimentan grandes dificultades económicas, y algunas pequeñas empresas están al borde del colapso.

Después de las vacaciones de verano, los teatros y teatros de ópera en Alemania han comenzado a operar de nuevo bajo estrictas normas de higiene. Estas incluyeron un número limitado de personas en la audiencia (entre un mínimo de 20 y un máximo de 150); los actores y cantantes tienen que interactuar hasta a 6 metros de distancia entre sí; con un nulo o reducido número de músicos de orquesta en vivo con una separación de hasta 8 metros entre sí; y con producciones de pequeños conjuntos y coros apenas presentes.

En la actualidad, los empleados de los teatros públicos están amparados por el convenio colectivo de un reglamento de jornada reducida frente a una terminación laboral relacionada con la empresa establecida por los sindicatos de artistas. Pero miramos con gran preocupación el futuro. Las organizaciones gubernamentales y el gobierno tienen aquí una responsabilidad extraordinaria: un sistema inclusivo es una característica distintiva del panorama de los teatros de habla alemana, en comparación con la mayoría de los países de Europa y más allá. 

Su mandato como presidente de la GDBA pronto llegará a su fin. ¿Cuál fue el mayor desafío que tuvo que enfrentar durante estos años, especialmente durante la pandemia y el subsecuente confinamiento?
Cuando asumí el cargo en 2013 el mayor desafío era detener la constante pérdida de afiliaciones del sindicato. Desde entonces, gracias a nuestros numerosos esfuerzos y cambios, hemos aumentado el número de miembros en un 45%, lo cual me hace muy feliz. Durante la pandemia tuvimos que mantener un flujo de trabajo continuo en la oficina para hacer frente a la oleada de solicitantes de asesoramiento, especialmente de nuestros miembros autónomos y free-lance, quienes necesitaban apoyo urgente con respecto a las cancelaciones de contratos. 

Además, se tuvo que implementar muy rápidamente un programa de ayuda de emergencia inmediata. La GDBA fue una de las primeras organizaciones en brindar ayuda financiera expedita a los free-lancers, particularmente afectados por la pandemia.

[Casi inmediatamente después del estallido de la pandemia, la GDBA ha proporcionado 50,000 euros en apoyo financiero solidario para profesionales del teatro autónomos que viven y trabajan en Alemania y que se han visto directamente afectados por la crisis de Covid. La ayuda también se ofreció a los profesionales del teatro que no son miembros de la GDBA. Según los informes de la GDBA, los destinatarios recibieron 500 euros cada uno. Ese dinero provino del Fondo de Ayuda Helene-Achterberg-Hewelcke. Achterberg fue una actriz que heredó su fortuna a la GDBA para apoyar a los profesionales del teatro que lo necesitaran, debido a circunstancias externas.]

En su opinión, ¿cuál fue o es la decisión más importante y de mayor alcance que ha tomado durante su presidencia?
Cuando hablo del tiempo antes de la pandemia puedo enfatizar la aplicación de tarifas mínimas para los contratos de los artistas huéspedes o invitados, la protección con la “no renovación” de contratos para mujeres embarazadas con contratos de tiempo completo y los representantes sindicales. Además, se han mejorado significativamente las oportunidades de codeterminación para los miembros del ensamble permanente.

Durante la pandemia, lo más importante fue sin duda el éxito de la negociación y firma de los convenios colectivos sobre la jornada reducida de los empleados permanentes de los teatros públicos. Todos los sindicatos de artistas tuvieron inicialmente una postura muy crítica aquí, ya que, en términos de teatros públicos y orquestas, inicialmente no vimos razón para introducir medidas de trabajo de jornada reducida. Los teatros públicos y las orquestas están financiados y «solo» tenían que compensar la pérdida de ingresos por la venta de entradas. Estos representaron alrededor del 17.5% de los respectivos presupuestos en promedio para todas las orquestas y teatros a nivel nacional.

Sin embargo, con el tiempo, el curso de la pandemia resultó dramático. Así, se suscribieron numerosos acuerdos entre las juntas de empleados y la dirección de los teatros. Muchos no regulaban adecuadamente el trabajo de jornada reducida, lo que, al final, creó una necesidad urgente de un marco unificador para los convenios colectivos. Me complace particularmente decir que pudimos hacer cumplir los contratos de los artistas invitados para que estuvieran cubiertos por estas regulaciones, lo que también fue crucial para muchos cantantes de ópera autónomos o free-lance que, al final, recibieron un pago, aunque no tenían un contrato permanente.

¿Qué no se pudo lograr que, por ejemplo, podría haber sido útil en la situación actual?
Al comienzo de mi primer mandato en el cargo —e independientemente del Covid-19—, estaba convencido de que debería haber una consolidación de las uniones de artistas escénicos en Alemania. Aquellos como la GDBA (Unión de Empleados Escénicos Alemanes), la VdO (Asociación de Coros y Bailarines de Ópera Alemanes) y la BFFS (Unión de Actores de Alemania). Pero, lamentablemente, no nos hemos acercado más a esa fusión. 

Por el contrario, existe una tendencia cada vez mayor a que las personas creen grupos de interés aún más pequeños, similares a burbujas, en lugar de formar una gran comunidad de personas empleadas artísticamente de todos los sectores. En la crisis actual, tal fusión podría haber fortalecido y unificado a la industria, aumentando su asertividad contra los políticos.

Desafortunadamente, lo que aún no se ha logrado con respecto a los programas estatales de apoyo para los free-lancers y las cifras de ocupación permitida en los auditorios es armonizar las medidas y regulaciones federales y locales de los gobiernos. Aunque el número confuso de reglas diferentes también es evidente en otras áreas de la vida cotidiana, y eso no contribuye a que los políticos acepten las decisiones.

¿Podría mencionar algún cambio en la situación legal de los cantantes de ópera extranjeros en Alemania que trabajan con contratos permanentes e invitados?
Hasta ahora, la situación con el personal con contratos indefinidos ha sido comparativamente moderada, independientemente de que provenga del extranjero o de Alemania. Sin embargo, no se puede descartar que los autónomos o free-lancers que no proceden de la UE tengan problemas con el permiso de residencia debido a todas las cancelaciones de actuaciones y prohibiciones de viaje. En general, la crisis ha creado conciencia entre los artistas (sobre todo entre los cantantes) de conseguir un contrato permanente, lo que puede garantizar sus beneficios laborales y una mejor protección de su vida profesional en Alemania.

¿Puede hacer un pronóstico preliminar considerando el futuro de los contratos permanentes e invitados en los teatros de música alemanes?
La información que nos ha llegado hasta ahora es especialmente preocupante para los artistas autónomos o free-lancers. Debido a la cantidad relativamente pequeña de actuaciones y la reducida escala del repartos, muchos teatros quieren evitar a los cantantes invitados por completo y trabajar solo con los miembros que tienen contratos permanentes.

En su opinión, ¿esta pandemia cambiará permanentemente el panorama de los teatros (musicales) alemanes?
No solo estamos hablando de un cambio en el panorama de los teatros musicales alemanes. Es una crisis mundial y las consecuencias individuales aún no se pueden prever. Sin duda, todos los organismos en el sector privado no resistirán mucho sin medidas de apoyo suficientes. Actualmente, los teatros públicos, los teatros de ópera y las orquestas en Alemania están en mejor situación en este sentido debido a su alta proporción de financiamento estatal. Pero aquí también es muy real el riesgo de una disminución de los subsidios futuros debido a la falta de ingresos fiscales de los municipios o estados federales.

¿Qué lección, si es que la hay, hemos aprendido de esta crisis?
Esta es una pregunta difícil de responder. De hecho, está claro que el trabajo artístico sigue siendo, a menudo, precario. Y con el Covid se han agravado los problemas existentes. En lo que respecta a la infraestructura cultural, aún veremos si será posible disolver la discrepancia entre los discursos de los políticos.

La cultura es sistémicamente relevante para el funcionamiento de las sociedades democráticas. Esta idea aún no se ha difundido lo suficiente. El ser humano no puede ser visto únicamente como consumidor. La posibilidad de la seguridad social en uno mismo es imperativa. Cualquier sociedad necesita lugares como los teatros, que funcionen como la brújula moral de la sociedad y desafíen la mente de las personas.

¿Qué consejo le daría a los futuros cantantes de ópera nacionales y extranjeros permanentes y free-lance sobre cómo pueden protegerse legalmente en tales situaciones; es decir, que sean protegidos por la ley?
Especialmente en tiempos de incertidumbre como estos, es más importante que nunca estar bien informados sobre sus derechos y obligaciones y recibir consejos prácticos en caso de conflicto con el empleador o el agente. Todo esto es posible a través de la membresía en los sindicatos de artistas pertinentes, que a menudo se organizan en la Federación Internacional de Actores (FIA), que ayudan a sus miembros que trabajan en el extranjero. Especialmente para los cantantes de ópera autónomos o free-lance que trabajan a nivel internacional, esto puede ser de gran importancia. Es aún más importante cuando se han agotado todos los demás medios (también financieros) para reclamar sus derechos, ya que los miembros reciben asesoramiento legal gratuito y protección con respecto a todos los conflictos laborales y disputas legales.

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