Jorge Espino: “El mundo es de los (cantantes) valientes”

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“Yo estoy abierto a nuevas propuestas, siempre y cuando tengan sentido” © Andreas Endermann

Jorge Espino estudió en el Conservatorio Nacional de Música de su natal Ciudad de México bajo la guía del maestro Arturo Nieto y posteriormente, ya graduado de la Academy of Vocal Arts (AVA) de Filadelfia (Estados Unidos), trabajó en diferentes producciones en varios estados americanos. El joven barítono recibió a Pro Ópera en su casa en Düsseldorf, ciudad en la que reside desde hace casi un año y medio, para contarnos de la nueva producción de I puritani que realiza junto a Rolando Villazón y demás procesos en su carrera, así como de su visión de la ópera en Europa.

 ¿Cómo fue que llegaste a Alemania?
Fijate que llegué por pura casualidad. Estaba por cursar mi último año en el Curtis Institute of Music de Filadelfia y me inscribí en el concurso Belvedere que tuvo lugar en Letonia. Ahí me escucho Christoph Mayer, intendente de la Deutsche Opern am Rhein y me invitó a formar parte de su estudio de ópera. Fue muy padre porque aún me quedaba un año de escuela en Filadelfia y me dieron la oportunidad de estar en los dos lugares al mismo tiempo: de terminar mi último año en Estados Unidos y de participar en el estudio en Alemania simultaneamente: iba y venía. En esos meses hice Don Giovanni en Filadelfia, y en Düsseldorf canté papeles secundarios, como parte de mi formación en el estudio de ópera.

Has estudiado y trabajado en México, Estados Unidos y Alemania. ¿Qué diferencias encuentras entre ambos continentes? Me imagino que no se estudia igual ni se trabaja igual en America que en Europa…
¡Exactamente! Aunque yo estudié en México, no he tenido la oportunidad de trabajar ahí; estudié en el Conservatorio de la Ciudad de México y decidí irme a Estados Unidos porque tienen un nivel de entrenamiento muy bueno y competitivo, sobre todo muy reconocido a nivel mundial. También buscaba, en base a mi situación económica, un programa que fuera de enseñanza gratuita, y así fue tanto la Academy of Vocal Arts AVA como el Curtis Institute of Music, trabajando en los veranos. La diferencia entre Estados Unidos y Alemania se basa en las prioridades culturales. En Europa es muy importante, se ve como algo cotidiano, mientras que en Estados Unidos es un lujo ir a la ópera, es algo más fancy: lo ves en el público que acude; en Alemania están más conectados. Es un ejemplo a seguir como país, es súper normal ir a la ópera.

¿Dónde has tenido más trabajo, en Estados Unidos o en Alemania?
Tengo poco tiempo en Düsseldorf, pero he trabajado mucho más aquí que todo lo que estuve en Estados Unidos, en solo año y medio.

Podría decirse que en Alemania eres un cantante con “técnica americana” porque te formaste en Estados Unidos, pero tienes raíces latinas…
El ser mexicano me ha abierto muchas puertas. Me ven como algo exótico, en el mejor sentido de la palabra. Por el color de mi voz, que es diferente a las que tienen aquí —que son voces muy buenas—, pero el entrenamiento americano me da una ventaja, porque son muy prácticos en su manera de enseñar. Eso me ayuda hoy a interactuar más rápido y aprenderme cosas a la velocidad que el teatro lo requiere.

Jorge Espino (Riccardo), Luca Dall’Amico (Giorgio) y Adela Zaharia (Elvira) en I puritani en Düsseldorf © Hans Joerg Michel

En la producción de puritani que estás haciendo en Düsseldorf eres el único latino en el elenco en un título que requiere más voces graves de lo normal. El resto del elenco proviene de Europa del Este —rumanos, rusos, etcétera—, lo cual corresponde con el estereotipo que dice que las voces graves tienen que ser de esa zona…
¡Sí, ese es un cliché! Cada voz es diferente, y descubres para qué es buena tu voz, dependiendo el repertorio que vas cantando. Es una de las ventajas de estar en un teatro internacional. Por ejemplo, en Estados Unidos querrán tener una Susana más bien ligera, dependiendo de la acústica y de la orquesta, porque le da otra perspectiva al público. En Europa se arriesgan a jugar con eso, por eso no es más que un estereotipo, como bien dices.

Acabo de ver tu primer Puritani
¡Espero que no sea debut y despedida! [Rie.]

¿Qué pasó por tu mente cuando te lo propusieron por primera vez, cuando viste tu contrato con un Riccardo? ¿Estabas listo para enfrentarlo?
Lo vi como un reto. Si bien es bel canto, está en una línea más bien dramática. Hay momentos que parece que la compuso Verdi. Existe ese peligro de que te gane la emoción y te olvides de la voz, pero he aprendido con este rol a conocer mis límites: sé que si doy más en ciertas frases, sale diferente… He aprendido mucho y me ha encantado hacerlo y, aunque está entre los roles que puedo cantar, preferiría ahora enfocarme en un bel canto más ligero en esta etapa de mi vida.

Bueno, cantaste Lucia hace unos años, creo que están en la misma categoría…
Sí, canté Lucia, pero no en un teatro como el de Düsseldorf; lo canté en AVA como parte de mi educación académica: es muy diferente. Pero en unos años me gustaría ir para allá: bel canto más pesado y eventualmente Verdi.

Cuando construyes un personaje, ¿te inspiras en alguien? ¿Haces referencia a alguna grabación, o a algo ajeno a la música? Porque hay gente que dice que cierta aria le recuerda a su infancia, que con cierta pieza piensa en su abuelo…
De hecho, a cierto tipo de barítono se le llama cavalier, que hace remembranza a una voz noble. Creo que I puritani lo tiene todo en ese sentido; y alguien que siempre me ha inspirado a cantar así, desde pequeño, fue Dmitri Hvorostovsky. Él tenía el don de cantar así, como un noble belcantista, con un control de la técnica impresionante y aparte dramáticamente increíble. Creo que fue una de las personas que me inspiraron a trabajar un personaje impulsivo.

Y hablando de impulsivos, este montaje fue dirigido escénicamente por Rolando Villazón…
¿Impulsivo? [Pregunta sorprendido.]

¡Sí, en el mejor sentido de la palabra! Villazón es un hombre que no tiene pena de nada, que no le importa lo que piensen los demás. Simplemente… “es Villazón”. Es tan auténtico y emotivo… ¡Es latino, vaya! ¿Cómo es trabajar con él?
Como bien mencionas, es una persona muy intensa, no sé de dónde saca tanta energía, y tiene muy claro lo que quiere hacer y eso se agradece, porque hace que las cosas sean más fáciles. Aunque difiero con lo que dices, de que no le importa lo que piensen los demás. En este montaje estuvo muy abierto y siempre en un modo de diálogo, siempre muy atento a lo que tú pensaras y te argumentaba, pero abierto siempre. Eso es una cualidad muy buena en un director, que no todos tienen. El proceso fue padrísimo porque, aparte de darte tips escénicos, te transmitía su energía y se sorprendía de lo que pasaba cuando uno proponía algo y funcionaba, pues al final lo dejaba.

Se nota que no es un regista con larga trayectoria, o sea que no tiene el background de director escénico, sino más bien el de un cantante muy experimentado que propone una regie, por lo menos en este montaje.
¡Sí, completamente! Eso es un plus para nosotros los cantantes, pues siempre estaba atento a los requerimientos vocales. Por ejemplo “si en una frase necesitas ver al maestro, movemos el trazo”, y modificaba la escena para que ayudara a la parte vocal.

Alemania, junto con Suiza y Austria, son la cuna del emprendimiento de nuevas ideas escénicas. Están muy en boga las óperas contemporáneas o títulos clásicos con propuestas modernistas…
Me ha tocado trabajar en puestas innovadoras muy pocas veces. El teatro de Düsseldorf propone cosas modernas, pero también clásicas. Creo que esto es bueno, porque el público quiere ver variedad. Siento que se debe de abrir un poco a las nuevas puestas en escena, siempre que estén justificadas. Hay veces que, por hacerlas muy locochonas, dramáticamente no tienen sentido… y eso no es muy bueno, porque no muestran lo que el compositor y el libretista buscaban. Yo estoy abierto a nuevas propuestas, siempre y cuando tengan sentido.

Jorge Espino, en concierto

Eres un cantante muy joven, tienes apenas 28 años, pero también tienes bastante experiencia. ¿Cuál consideras que ha sido hasta hoy tu mejor momento cantando fuera de tu ciudad, lejos de tu familia… pero que ha valido la pena por ese momento?
Hay muchos momentos así, pero definitivamente esta producción es uno de los momentos claves en mi carrera porque es un rol protagónico en un gran teatro de Alemania, con artistas impresionantes —¡tú los viste!— en el escenario. Lo he disfrutado mucho, pues he “vivido el momento”. Quizá otro fue cuando participé en el concurso Cardiff Singer of the World 2019 en Gales, representando a mi país. Fue una experiencia increíble. Nunca me imaginé el alcance que podía tener esa competencia, ya que mucha gente lo vio y sentí el apoyo de todos; aunque no haya ganado, estoy agradecido de haber quedado entre los 20 finalistas.

¿Cómo ves a los cantantes mexicanos que te encuentras en el camino, ya sea en un concurso o trabajando?
Me da mucho gusto ver a mexicanos. Es un mundo pequeño y todos nos conocemos y sabemos lo que estamos cantando. Siento que cada cantante que se anima a ir más allá, que deja su casa y se va a participar en un concurso pagando avión y hotel —o sea, a invertir sin saber qué va a pasar—, es algo que se aplaude.

El mundo es de los valientes. Los cantantes necesitamos ser valientes para lograr lo que queremos. Yo siento mucho respeto porque yo lo viví: tuve que dejar a mi familia, a mis amigos… Y las voces peculiares son las mexicanas, son las que tienen colores hermosos, son las que encantan el oído de la gente. A nosotros nos falta en México algo de guía para pulir cosas de estilo, pero se resuelve fácil, el material está ahí, yo lo vivo a diario.

¿Cuáles son tus planes? ¿Que viene ahora en tu carrera?
A principios de este año, el 26 de enero, tuve la oportunidad de colaborar nuevamente con Rolando Villazón en la Mozartwoche. Canté ahí unos nocturnos de Mozart que no conocía [ríe] y me los tuve que aprender. Luego interpretaré al Reloj en L’enfant et les sortilèges de Ravel, Ford (otro súper rol) en Falstaff de Verdi, Paris en Roméo et Juliette y varios conciertos, galas y música en español con la Deutsche Oper am RheinTengo un concierto en Boloña en mayo, y en el verano la Misa Tango del maestro Luis Bacalov en Múnich con la Orquesta Sinfónica de la Radio.

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