Michelle DeYoung: Conversación con una mezzo wagneriana

Michelle DeYoung: «Cantar Sieglinde, Kundry, Amneris, Judith, Venus, es una verdadera delicia…»

La única ocasión que he escuchado en vivo a la mezzosoprano Michelle DeYoung (Grand Rapids, Michigan, 1968) fue en una función de Tristán e Isolda de Wagner en el escenario de la Ópera Lírica de Chicago en febrero del año 2000. Fue un acontecimiento difícil de olvidar, gracias al estupendo elenco que incluyó a Jane Eaglen, Ben Heppner y René Pape. DeYoung fue una radiante Brangania, poseedora de un bellísimo y luminoso sonido, estupendamente involucrada en aquel fascinante montaje de Francesa Zambello. Al final del espectáculo fui a saludarla y recuerdo claramente su afable sonrisa y sencillez…

Al inicio de su carrera, Michelle cantó con las compañías operísticas de Glimmerglass y Wolf Trap, y muy pronto fue invitada a debutar en Chicago, Houston y Seattle, para después cantar en muchos de los mejores escenarios del orbe como la Metropolitan Opera, la Ópera Nacional de París, el Festival de Salzburgo, el Festival de Bayreuth, el Théâtre du Châtelet y la Scala de Milán, entre muchos otros, siempre bajo la batuta de los más prestigiados directores: Pierre Boulez, James Levine, Semyon Bychkov, Leonard Slatkin y Colin Davis, por citar algunos. 

Junto a Plácido Domingo interpretó el rol del Shaman en el estreno mundial de la ópera El Primer Emperador de Tan Dun, y posee varias grabaciones discográficas, entre las que destacan El castillo de Barbazul (de Bartók) con Esa-Pekka Salonen, Los troyanos (de Berlioz) junto a Ben Heppner y la Orquesta Sinfónica de Londres, un disco con canciones de Duparc, Strauss, Wagner y Liszt con el pianista Kevin Murphy y La canción de la Tierra (de Mahler) al lado del gran tenor Jon Vilars.

En exclusiva para Pro Ópera, tuvimos una grata conversación con Michelle DeYoung, la cual, aunque breve, nos permitió conocer su opinión sobre diferentes aspectos de su exitosa carrera musical.

¿Podría contarnos acerca de los inicios en su carrera musical? ¿Quiénes fueron sus maestros y en dónde estudió?
Fui a un colegio privado en Michigan, sin saber qué era lo que quería hacer con mi vida. Mi verdadera fantasía era enamorarme, casarme y tener seis hijos, lo cual jamás sucedió. Yo era muy musical y tenía una voz cálida y versátil en la escuela secundaria, así que me uní al coro. Anton Armstrong, director del Coro de San Olaf, fue mi director coral en el colegio, y fue él quien me alentó a buscar una carrera en el terreno del canto profesional. Decidí intentarlo y me trasladé a Los Ángeles para estudiar la universidad. Posteriormente gané la competencia del Metropolitan Opera en el año 1992 y me invitaron como joven artista. Dejé el colegio y me trasladé a la ciudad de Nueva York.

¿Es usted feliz al poseer la voz de mezzosoprano?
Me siento bendecida al poder cantar la música que interpreto. Soy una mezzo, pero de vez en cuando me gusta cantar obras para soprano, aunque siempre regreso a mi hogar de mezzo.

Usted ha cantado en muchas de las mejores casas de ópera del mundo. ¿Cuáles son sus favoritas?
Amo cantar en el Metropolitan Opera. Nunca he cantado en la Ópera de San Francisco pero tengo un inmenso deseo de hacerlo. También, desde luego, es maravilloso cantar en la Scala de Milán.

De los roles que usted ha interpretado, ¿cuáles son lo que más aprecia?
Los roles que canto —Sieglinde (La valquiria), Kundry (Parsifal), Amneris (Aida), Judith (El castillo de Barbazul), Venus (Tannhäuser)—  son una verdadera delicia.

Recientemente cantó usted la “Escena de la Inmolación de Brunilda” del Ocaso de los dioses de Wagner. ¿Piensa cantar el papel de Brunilda en el ciclo completo del Anillo del nibelungo?
No creo cantar completo el rol de Brunilda, pero amo cantar partes de ese personaje en concierto. Me relaciono fuertemente con este rol y adoro cantarlo.

Usted ha cantado el rol de Brangania con Jane Eaglen y Waltraud Meier, las más grandes Isoldas contemporáneas. ¿Cómo fueron para usted estas dos experiencias?
Adoro a ambas. Jane llegó a ser como una hermana para mí. Cuando ella comenzó a cantar Isolde, yo no podía dejar de mirarla y apreciar que su voz se derramaba como lava ardiente. Ella es una de las cantantes más increíbles que he escuchado. Waltraud Meier ha llegado a ser una muy buena amiga. También me ha hecho llorar con su intensa actuación. Realmente adoro a ambas.

Usted cantará Santuza en Cavalleria rusticana con la Ópera de Colorado próximamente. ¿Podría contarnos al respecto?
Solamente he cantado Santuzza con Gustavo Dudamel y la Orquesta Filarmónica de los Ángeles. Es uno de mis roles favoritos. Tristemente, la producción escenificada para la Ópera de Colorado ha sido cancelada. Muchos espectáculos han sido reprogramados y otros, cancelados. Ha sido un tiempo muy desafiante.

Usted tiene muchas grabaciones discográficas. ¿Cuáles son sus favoritas?
Esta es una pregunta muy difícil de responder. Estoy orgullosa de todas mis grabaciones. Tengo tres premios Grammy, por lo que todos esos registros son especiales. Pero podría mencionar como uno de mis favoritos mi reciente álbum Wagnermania con la Orchestre Nationale d’Île-de-France dirigida por Case Scaglione. En él canto las partes de Kundry (Parsifal) y Siglinda (La Valquiria), así como el ‘Liebestod’ de Isolda. Me siento muy orgullosa de esta grabación. 

¿Cómo fue su experiencia de cantar en el Festival de Bayreuth?
Fue un gran honor cantar en Bayreuth. Estuve en el Festival en el año 2004 con el maestro Pierre Boulez, quien me insistió en que cantara el rol de Kundry en Parsifal al lado del tenor alemán Endrik Wottrich. Adoré la dirección del maestro Boulez. Él creyó totalmente en mí pues yo no había nunca cantado el rol. Bayreuth fue un maravilloso lugar para cantar Kundry por primera vez.

Gustav Mahler es un compositor habitual en su carrera…
Amo a Mahler y me siento muy conectada con su música. Es parte de lo que soy. Agradezco infinitamente cantar sus obras con frecuencia. Lo siento en un nivel muy profundo. He grabado varias de sus obras: La canción de la Tierra, La canción del lamento (Das Klagende Lied), la Sinfonía n.° 3 y las Canciones a los niños muertos (Kindertotenlieder).

¿Qué le gustaría cantar en el futuro? ¿Algún nuevo rol en especial?
Me gustaría cantar Marie en Wozzeck (Alban Berg) y quizás Ariadna en Naxos (Strauss).

 

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