Robin Johannsen: “Cantar es lo que me hace sentirme yo misma”

Robin Johanssen: «Creo que un cantante que ama la música barroca y quiere dedicarse a ella debe asistir a muchas y diferentes presentaciones de música antigua a fin de escuchar todo tipo de cantantes, directores y orquestas, especialmente aquellos que están especializados en el estilo» © Tatjana Dachsel

La soprano estadounidense Robin Johannsen ha realizado una intensa carrera operística interpretando papeles en operas del repertorio clásico de Mozart, pero ante todo ha sobresalido como cantante de música antigua y barroca. 

Después de llegar muy joven a Europa, se ha presentado en importantes escenarios en Amberes, Ámsterdam, Atenas, Baden-Baden, Berlin, Bruselas, Frankfurt, Hamburgo, Leipzig, París, Stuttgart, Turín y Viena, entre otros. En el ámbito de la música antigua ha tenido una relación laboral muy cercana con René Jacobs, con quien ha realizado diversas grabaciones discográficas, además de ser frecuentemente invitada a cantar con orquestas como: la Freiburger Barockorchester,  la Akademie für Alte Musik Berlin, La Cetra Basel,  Internationale Bachakademie Stuttgart, Concerto Köln, Academia Montis Regalis y B’Rock donde ha trabajado bajo la conducción de Marin Alsop, Teodor Currentzis, Ottavio Dantone, Antonello Manacorda, Andrea Marcon, Alessandro De Marchi, Raphaël Pichon, Jérémie Rhorer y Christian Thielemann, entre otros.

En su fructífera carrera ha cantado obras de Bach, Händel, Haydn y Telemann, con amabilidad, calidez y simpatía. Robin acepto hacer esta entrevista donde nos habla sobre sus inicios, su carrera en Europa, la manera que descubrió el barroco, y su reciente regreso a su país natal. 

¿Qué significado tiene para ti el canto como parte de tu trabajo y de tu vida?
El canto y la familia han sido las constantes de mi vida. Mi madre me cuenta que cantaba silabas sin sentido desde antes de que aprendiera a hablar, y no recuerdo un momento de mi vida en el que no cantara. Me encanta cantar en ensayos y en presentaciones, pero también me gusta cantar en mi casa cuando nadie me está escuchando, como también cuando voy en el coche o en una caminata. Cantar es lo que me hace sentirme yo misma.

Almira de Händel en la Hamburgische Staatsoper © Georg Wendt

¿Qué fue lo que te inspiró para dedicarte al canto de manera profesional?
Siempre quise hacer carrera como actriz o como cantante. Cuando era pequeña, era muy tímida en la vida real, pero aun así me paraba en el centro de la mesa y cantaba para mi familia en las fiestas. No sentía timidez mientras cantaba, y nunca quise hacer otra cosa como carrera, pero mientras más me preocupaba si sería el camino exitoso correcto, no tenía un plan alternativo, así que no pude dejarlo. 

Una vez que te convertiste en cantante profesional, ¿cuál consideras que fue el momento más complicado por el que tuviste que atravesar, que además de ser difícil haya sido a la vez un parteaguas que haya ocasionado un cambio positivo en tu carrera?
Hay dos puntos de inflexión muy importantes para mí, y ambos tienen que ver con el teatro Deutsche Oper de Berlín en Alemania. El primero fue el haber sido aceptada en el Estudio para Jóvenes Artistas de la Deutsche Oper y haber tenido que abandonar mi país y mi vida, para dirigirme hacia lo que se sentía como un mundo completamente distinto. Al final, me pidieron que me convirtiera en miembro estable de la compañía de ese teatro, lo que acepté durante tres años. 

El siguiente punto de inflexión fue tomar la decisión de dejar la Deustsche Oper Berlín, confiando en que podría encontrar mi camino para continuar con mi carrera en Europa. Aprendí mucho durante mi tiempo con la compañía ya que pude ver de primera mano cómo los cantantes en el punto más alto de sus carreras y los mejores en el mundo de la ópera cantaban y ensayaban, cómo se comportaban y se presentaban en el escenario. También trabajé con maravillosos coaches, maestros, directores de orquesta, de escena y asistentes.

Henry Purcell, King Arthur: «Saint George» (2017)

Amor vien dal destino de Agostino Steffani en la Staatsoper Berlin © Thomas M . Jauk

¿Cuáles son los compositores y sus obras que te hacen sentir más a gusto? ¿Existe alguna obra en especial con la que sientes que tu relación ha ido cambiando, para bien o mal, con el paso del tiempo?
¡Adoro cantar Mozart, Händel y también Mahler! Cantar el Mesías siempre me da mucha alegría. Esta fue por cierto la primera obra del barroca que canté, y que incluso comencé a cantar mucho tiempo antes de que supiera que existía la música barroca. Mi interpretación ha ido cambiando desde que comencé a aprender y a adentrarme en la música antigua, y continúa cambiando cada vez que la interpreto, ya que depende del director musical, de la orquesta, de los colegas con los que estoy alternando, el punto en el que me encuentro personalmente en ese momento, e incluso te diría que en función de la energía del público.

¿Qué es lo que tomas en consideración cuando eliges tu repertorio musical?
Primero, pienso en si la música se adapta a mi vocalidad como a mi temperamento, ya que quiero primero tener la certeza y asegurarme de que puedo hacerle justicia al papel y que puedo aportar algo especial a su interpretación. Algunas veces me gusta cantar papeles que están fuera de mi zona de confort desde el punto de vista del estilo, porque mientras pueda cantar las notas y entender los sentimientos, es emocionante para uno como cantante el poder desarrollarse y ampliarse de una manera diferente.

Mozart, Exsultate, jubilate KV 165: III. “Tu virginum corona”

Die Zauberflöte en la Vlaamse Opera © Annemie Augustijns

Sin embargo, a ti se te reconoce más por ser una sobresaliente intérprete de música antigua y del repertorio de música barroca. ¿Te planteaste cantar esta música en tus inicios o fue algo que fuiste descubriendo con el paso del tiempo?
Originalmente quería cantar musicales de Broadway, obras como West Side Story o The Sound of Music, porque era la música que escuchábamos en casa durante mi infancia. Fue el Sr. Braman, el director de mi coro de la preparatoria, quien me dijo que estaba convencido de que realmente yo podría dedicarme a cantar ópera. Él me enseñó arias hermosas cantadas por las grandes divas, e hizo que me enamorara de la ópera. Fue también él quien me ayudó a aprenderme y a cantar algunas de esas increíbles arias. 

Händel, Salve regina (HWV 241), “Ad te clamamus” 

No aprendí ni sabía nada acerca de la ópera barroca, hasta mucho tiempo después: cuando ya estaba cantando papeles operísticos principales en Alemania, un día tuve la fortuna de ser elegida para una producción barroca en el teatro Komische Oper de Berlín con un destacado director especializado en el repertorio, de quien aprendí mucho, y a partir de allí me contrató para cantar en mi primera grabación en CD con cantantes dedicados al barroco y allí aprendí mucho también. 

Después de eso, comenzaron a llegarme invitaciones como cantante independiente, e inesperadamente comenzaron a contratarme para cantar internacionalmente obras de música clásica, pero sobre todo del barroco, y así fue como descubrí que en la música antigua había encontrado mi lugar.

Desde tu experiencia, ¿cuáles son los caminos y las peculiaridades que debe afrontar un cantante que se interesa por la música antigua?
Creo que un cantante que ama la música barroca y quiere dedicarse a ella, debe asistir a muchas y diferentes presentaciones de música antigua a fin de escuchar todo tipo de cantantes, directores y orquestas, especialmente aquellos que están especializados en el estilo. También les recomendaría tomar entrenamientos o coachings y cursos con músicos sobresalientes del barroco, para empaparse de toda la información y consejos que ellos puedan ofrecer. A los jóvenes cantantes les diría que se mantengan abiertos y flexibles porque, al final, y claro para esto no hay un consenso absoluto, no hay un solo camino correcto para interpretar esta música, por lo que, para el que se pueda adaptar al estilo de diferentes compositores y a las preferencias de los directores, su entendimiento y su mundo será más amplio y así tendrá más oportunidades para presentarse. 

Händel, «Parnasso in festa» (2016)

Die Entführung aus dem Serail en el Konzert Theater Bern © Annette Boutellier

Has trabajado con los importantes especialistas en música antigua. ¿Cómo sientes que su aproximación a las obras de Bach y Händel, por dar un ejemplo de dos compositores destacados, cambia, y quién dirías que ha tenido una influencia positiva en ti?
Con Bach, muchos directores prefieren escuchar muy poco vibrato (especialmente con las sopranos), pero también hay otra escuela de directores de orquesta, que en mi experiencia con frecuencia son italianos, quienes quieren que uno cante Bach con la voz y el vibrato natural que uno posea. 

Con Händel, una de las más grandes diferencias que noto en las preferencias de los directores de orquesta está en la ornamentación. Algunos directores prefieren mantener la melodía original en las secciones da capo y frecuentemente le agregan giros, trinos y tonos de paso, mientras que otros prefieren giros y cambios más aventurados. Por otro lado, puedo decirte que he tenido la suerte de haber trabajado con excepcionales directores, y he aprendido algo de cada uno de ellos. ¡Esto es lo que hace que la música barroca sea tan emocionante para mí!

Gran parte de tu carrera se ha desarrollado con éxito fuera de tu país, y es normal ver cantantes y artistas estadounidenses encabezando elencos en importantes teatros y orquestas a nivel internacional, muchos incluso son reconocidas estrellas. ¿A qué atribuyes este fenómeno? ¿Tiene que ver con buenas técnicas de enseñanza del canto, buenos maestros y conservatorios en Estados Unidos?
Te diría que hay muchos talentosos cantantes de ópera por todo el mundo, y no creo que haya un país que tenga el monopolio en el talento. Yo creo que se encuentran muchos cantantes estadounidenses por todo el mundo porque nuestro país es enorme y hay relativamente pocas oportunidades para ganarse la vida tan solo realizando algunas presentaciones.

En tu caso, ¿tienes un plan definido sobre cómo te gustaría que se desarrollara tu carrera hacia el futuro?  ¿Tienes alguna obra favorita que te guste cantar o hay alguna otra que te entusiasme poder cantar en el futuro?
No tengo un plan definido sobre cómo llevar mi carrera, solo quiero seguir haciendo música con maravillosos músicos, seguir aprendiendo y creciendo, y sobre todo ser parte de esa magia que se siente cuando uno es parte de algo que es inmensamente mayor que tú.

Pergolesi, Orfeo, Euridice, e dove sei?

Emma und Eginhard de Telemann en la Staatsoper Berlin © Monika Rittershaus

¿Tienes alguna obra favorita que te guste cantar y hay alguna otra que te entusiasme poder cantar en el futuro?
En cuanto a mis papeles favoritos, de los que ya he cantado al día de hoy, están: Emma en Emma und Eginhard de Telemann e Isifile en Giasone de Cavalli. Si pudiera elegir mi próximo nuevo papel, me encantaría cantar el de Cleopatra en Giulio Cesare de Händel. 

Como cantante que está abierta a la salud y al bienestar. ¿Podrías hablarnos acerca de la importancia de dedicar tiempo y espacio para la salud vocal y emocional?
La salud vocal es importante para mí porque cantar es una parte importante de mi felicidad, y quiero tener la posibilidad de estar sana para poder cantar el mayor tiempo posible. 

Durante el confinamiento por la pandemia, comencé a trabajar con mi maestro de voz en-línea cada semana, lo que me ayudó a mantenerme sana y me animó a tratar de mejorar desde el punto de vista técnico, a pesar de que en ese momento no se vislumbraban presentaciones o conciertos a futuro. Para mí, la salud emocional también significa dedicar amor, tiempo y energía en ser una madre, esposa, hija, hermana, amiga, etcétera, porque al final no hay nada más importante que las conexiones que creamos con la gente que amamos.

Caldara, Cantata Begl’occhi: “Sin ch’io racchiudo in seno” (Recitativo)

Il Giustino de Vivaldi en la Berliner Staatsoper © Matthias Baus

Tus compromisos profesionales en Estados Unidos parecen ser más frecuentes en los últimos meses. ¿Ha sido difícil para ti hacerte un nombre en el ambiente musical estadounidense y ser reconocida en tu país como lo eres en Europa?
El haberme mudado recientemente a Estados Unidos para estar cerca de mi familia después de haber vivido 19 años en Berlín para hacer mi carrera en Europa ha sido tan maravilloso como desafiante. Viajo cuando es necesario a Europa para cumplir los compromisos que aún tengo allá, lo cual es importante para mí porque significa que todavía puedo cantar con orquestas, directores y colegas de los que he aprendido y he crecido a lo largo de muchos años.  De la misma manera, mientras continúo cantando en Europa, me entusiasma presentarme más en Norteamérica ahora que estoy viviendo de nueva cuenta aquí. Por ejemplo, esta temporada tuve una grata experiencia cantando con Jonathan Cohen con la Händel & Haydn Society de Boston y me alegro de saber que volveré allí la próxima temporada. Tengo dos debuts más en Norteamérica la próxima temporada, y no aguanto las ganas de cantar ya allí.

Romolo ed Ersilia de Josef Myslivecek en el Innsbruck Festival of Early Music © Maurice Korbel

¿Cuáles son los momentos de tu carrera que más atesoras de algo especial que te haya sucedido en algún teatro o escenario?
Hay una sensación mágica que me llega algunas veces cuando estoy en un escenario que siento que es como si eso fuera la verdadera felicidad. Hay una cierta química al respecto, una conexión con la música, con mis colegas, el director y el público que me hace sentir que es el lugar donde se supone que uno debe estar en ese momento. Tengo la suerte de que esto me ha sucedido muchas veces a lo largo del tiempo, así que no es solo una experiencia que sobresalga sobre otras… solo un indescriptible sentimiento de conexión que estoy siempre esperando encontrar. 

Para finalizar. ¿Cuál sería tu sueño mas grande como artista, uno que quizás aún no se te ha cumplido?
Para mí seria mirar atrás cuando todo haya terminado y poder decir: aproveché todas las oportunidades que se me dieron. Nunca me di por vencida en las cosas más importantes para mí. Nunca me traicioné a misma ni a la gente que creía en mí. Que entregué mi corazón y mi alma para cantar y aprecié la buena suerte que tuve, y dejé todo en el escenario, además de haber hecho las paces con todo, como haya salido. 

Compartir: