La nominación de Antígona González: dos continentes, una ópera

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Felipe Ignacio Noriega, el compositor

La ópera Antígona González, proyecto del World Opera Lab creado por la directora holandesa Miranda Lakerveld y el compositor mexicano Felipe Ignacio Noriega, ha sido nominada para obtener el Fedora Prize 2020 que, en cuatro categorías, se otorga a “artistas y equipos prometedores de instituciones que colaboran en la creación de nuevas producciones de ópera y ballet para llegar a nuevas y más amplias audiencias”.

Entre las cuatro categorías del Fedora Prize 2020 —con premios de hasta 150 mil euros: Opera Prize, Education Prize, Van Cleef and Arpel Prize for Ballet y Digital Prize (en la que participa Antígona González, como única propuesta latinoamericana)— se encuentran proyectos internacionales, en esencia europeos, de la Opéra National de Lyon; la Opéra Orchestre National de Montpellier Occitanie; el Théâtre National de la Danse; el Teatro Regio di Torino; el Teatro Regio di Parma; el Teatro Comunale di Modena; la Finnish National Opera and Ballet; la Irish National Opera; la Royal Opera House; la Staastoper Unter den Linden y la Royal Swedish Opera, entre otras instituciones y compañías independientes.

Lucy Olmos, la soprano

El origen de esta ópera se remonta a un laboratorio de creación musical en el que el sexteto vocal femenino mexicano Túumben Paax —integrado por Lucía Olmos, Lorena Barranco, Carmen Contreras, Itzel Servín, Mitzy Chávez y Julietta Beas, con dirección musical de Rodrigo Cadet, la dirección de escena de Lakerveld y el compositor mexicano Noriega— armaron a lo largo de una semana una obra cercana a los 30 minutos de duración, basada en el libro homónimo de la poeta queretana Sara Uribe, que versa sobre la violencia en la frontera norte mexicana y la desoladora desaparición de personas y su búsqueda.

La música de Antígona González se interpreta a capella o con acompañamiento digital que se va creando al instante. La primera versión se ejecutó durante el mes de diciembre a puerta cerrada para analizar el funcionamiento de la obra; la segunda interpretación tuvo lugar a principios de febrero en Holanda, con una solista —la mezzosoprano mexicana Itzel Medecigo— y música electrónica allá, y las voces de Túumben Pax en México, en una transmisión cibernética que se sincronizó al máximo a lo largo de los ensayos para calcular y adaptarse a los respectivos delays de una comunicación virtual. 

Ahora que en su Fase 1 (dos solistas, dos locaciones, voces y sonido electrónico) espera el resultado de su nominación en los Fedora Prize, la ópera Antígona González, como proyecto, también aguarda una Fase 2, que implicará una estructuración más amplia (cuatro solistas, dos ensambles de cámara, dos locaciones), para presentar una temporada en teatros de medianas dimensiones. 

Julietta Beas: Antígonas mexicanas
Sobre el proceso creativo de Antígona González, ópera que representa un diálogo entre artistas mexicanos y europeos, la mezzosoprano Julietta Beas, integrante de Túumben Paax, detalla que la directora de escena Miranda Lakerveld, miembro de World Opera Lab, encontró el libro homónimo de Sara Uribe “en una búsqueda para demostrar cómo las tragedias griegas siguen repitiéndose en todo lugar y toda época”.

El libro, continúa Beas, “trata de una mujer que busca a su hermano desaparecido y se autonombra Antígona, como el personaje de Sófocles que también busca a su hermano. La obra plasma cómo en el México actual hay Antígonas madres, padres, hermanos, amigos, que buscan a sus amores perdidos”.

Con el interés de crear un proyecto en colaboración con más artistas mexicanos, la directora de escena se puso en contacto con Itzel Medecigo, mezzosoprano mexicana que vive en Holanda desde hace más de una década, y eligió a Tuúmben Paax para desarrollarlo, cuenta Beas.

Julieta Beas, la mezzosoprano

A partir de ese punto, “en diciembre pasado, en el transcurso de una semana, Miranda Lakerveld y Felipe Ignacio Noriega —compositor mexicano que también radica en Holanda— trabajaron junto a Túumben Paax y Rodrigo Cadet, su actual director, para dar forma a la ópera. Todos habíamos leído el libro previamente y había algunas partituras escritas, pero la creación de la obra se hizo con ideas, experiencias e interacción de todos durante esos días, logrando un producto de más de 20 minutos con cantantes femeninas, música digital creada al instante con una laptop y algo de utilería para un público selecto con el que al final de la función nos sentamos en una mesa redonda para platicar de lo que acabábamos de vivir”.

El equipo se dio cuenta de que logró “un mensaje claro y directo y totalmente necesario para entender la temática que aborda. Incluso una espectadora nos contó el trabajo que hace desde su trinchera; ella labora en un colectivo independiente que busca a personas desaparecidas y habló de cómo esa novela de Sara Uribe se usa para aliviar el trauma de una persona que busca a otra y de cómo es ese proceso”, abunda la entrevistada.

En febrero se volvió a presentar la ópera, pero esta vez en Holanda, con Medecigo como Antígona, Noriega tocando su música y con las chicas de Túumben transmitiendo en vivo desde un estudio de grabación en la Ciudad de México, en un espectáculo lírico con escenografía inspirada en la obra surrealista de la pintora Remedios Varo y diversas tecnologías, bajo la descripción Two singers, two continents, one opera, one search.

Rodrigo Cadet, el director

“Miranda hizo de nuevo una mesa redonda y el público, holandés por supuesto, quedó fascinado, sobre todo por el hecho de ver a seis mexicanas al final saludándolos por Skype y por ver que realmente todo fue en vivo —ya que la transmisión durante la ópera fue solo de nuestras voces—, puntualiza Beas. “Uno de los comentarios que más nos impactó fue saber que en Holanda es desconocido el tema de las desapariciones; se sabe, por supuesto, que México es un país de narcos y de violencia general, pero este tema en específico no se conocía”. La ópera, sin duda, contribuye a contextualizar esta problemática que asola diversas regiones de nuestro país. 

“Durante el resto del este 2020 se tiene planeado seguir creciendo y desarrollando el proyecto”, finaliza Julietta Beas. “Definitivamente, ser nominados para el Fedora Prize es un reconocimiento gratificante, pues están las mejores casas de ópera del mundo; y en caso de ganar el premio, todo iría para seguir construyendo Antígona González”.

Aunque el jurado no decidirá los premios necesariamente mediante votación pública, en la página oficial del Fedora Prize Antígona González ha recibido cerca de 1050 votos, lo que la ubica hasta el momento en el segundo lugar de 15 proyectos en su categoría. Aún y hasta el jueves 27 de febrero se puede apoyar esta ópera con votos en las siguientes ligas: 

https://www.fedora-platform.com/competition/shortlist#digital 

https://www.fedora-platform.com/competition/shortlist/antigona-gonzalez/230

 

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