RECOMENDACIÓN: Anita Rachvelishvili: Anita

[cmsmasters_row][cmsmasters_column data_width=»1/1″][cmsmasters_text]

 

Anita Rachvelishvili (mezzosoprano),
Bárbara Massaro (soprano)
Orchestra Sinfonica Nazionale della RAI
Giacomo Sagripanti
Coro del Teatro Municipale di Piacenza
SONY CLASSICAL CD

Nombrada por Riccardo Muti como la mejor mezzosoprano verdiana de la actualidad, Anita Rachvelishvili presenta su primer disco de arias con una selección musical muy variada que ejemplifica su vasto repertorio.

En 2009 saltó a la fama por su intensa actuación como Carmen en la Scala de Milán y, a partir de entonces, se ha vuelto una de las mejores intérpretes del rol. No es de extrañar que en este disco incluya dos de las tres arias más famosas de esta ópera. Comienza con una sutil y coqueta interpretación de ‘Près des ramparts de Seville’, e incluye una habanera ‘L’amour est un oiseau rebelle’ que canta con gran estilo, aligerando su oscuro timbre. Rachvelishvili tiene el rol de Carmen ya metido en la piel.

La mezzosoprano georgiana canta también dos de las tres arias más famosas del rol de la seductora de Samson et Dalila de Saint-Saëns: ‘Printemps qui commence’ y ‘Mon coeur s’ouvre à ta voix’. Con gran manejo del fraseo, lleva in crescendo la intensidad de la seducción de Dalila en ‘Mon coeur…’ y muestra un lado más tierno del personaje en ‘Printemps…’. Su registro agudo es igual de brillante y pleno que su rico registro medio, conservando la redondez y riqueza armónica de su timbre oscuro en todo momento. Sus notas graves resuenan de manera natural, sin sonar forzadas y tienen cuerpo.

Rachvelishvili incluye las dos arias de la Princesa Eboli de Don Carlo, rol que aún no ha cantado en escena: ‘Nei giardin del bello’ y ‘O don fatale’. Hay mezzos que tienen mejor desempeño en una de las dos arias, y rara vez encontramos quien pueda cantar bien ambas arias. Ello porque ‘Nei giardin…’ es de carácter lírico y exige agilidades a la cantante, mientras que ‘O don fatale’ es más dramática y requiere una voz con más peso. Rachvelishvili sale triunfante en ambas: en la primera, aligera su instrumento para acoplarse con el Tebaldo de la soprano Barbara Massaro; en la segunda, escuchamos su gran potencia y sonoridad, pero en ningún momento fuerza su instrumento. Matiza con elegancia la parte ‘o, mia regina…’ y culmina el aria con un sobreagudo certero y brillante. 

Otro rol verdiano que aborda en el disco es el de Azucena en Il trovatore, con el aria ‘Condotta ell’era in ceppi’. De nuevo hay que recalcar no sólo la manera en que Rachvelishvili usa su voz para transmitir la desesperación del personaje, sino también la manera camaleónica en que maneja su timbre para sonar más “madura”, como lo amerita el rol de la gitana. También canta el aria de Santuzza, ‘Voi lo sapete, o mamma’, de Cavalleria rusticana. Aquí, de nuevo, escuchamos cómo su voz matiza e interpreta a la perfección la atormentada narración de Santuzza. Nos va llevando de manera gradual a esa explosión de angustia cuando le dice a Mamma Lucía: ‘Ah, l’amai’.

La mezzo incluye dos arias más del repertorio francés: ‘Je vous écris de ma petite chambre’ de Werther de Massenet, y ‘O ma lyre immortelle’ de Sapho de Gounod. En la primera, Rachvelishvili interpreta muy bien el lado frágil y dulce de Charlotte, cantando con bello fraseo y buen manejo del texto. En el aria de Sapho, comienza con voz delicada y sutil, para luego imprimirle más color y sonoridad. Ambas arias dependen más de la expresividad de la cantante que de virtuosismo; la voz de Rachvelishvili es idónea para Sapho, mostrando su cálido y oscuro timbre, y luciendo al máximo sus notas graves.

Del repertorio ruso canta a capella el aria de Lyubasha de La novia del zar de Rimski-Kórsakov, con un fraseo exquisito y afinación perfecta. Dado su origen georgiano, incluye un aria de una ópera de su país: la cavatina del Rey Tamar de La leyenda de Shota Rustaveli de Dimitri Arakisvili. Preciosa aria, evocativa y con una melodía que resalta la voz de su intérprete.

Excelente es la dirección de todas estas arias por parte de Giacomo Sagripanti, al frente de la Orchestra Sinfonica Nazionale della RAI, cuyo sonido enriquece y arropa muy bien a la voz de Rachvelishvili. 

[/cmsmasters_text][/cmsmasters_column][/cmsmasters_row]

Compartir: