Benjamin Bernheim (tenor)

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PKF – Prague Philharmonia;
Emmanuel Villaume
Deutsche Grammophone CDBernheim canta

El tenor francés Benjamin Bernheim está causando furor en los principales teatros de Europa, conquistando al público más exigente con su voz e impecable técnica. Recientemente salió a la venta su primer disco como solista para la marca Deutsche Grammophone, con una selección de arias de ópera italiana, francesa y un rusa.

La variedad de su repertorio va desde óperas belcantistas como Lucia di Lammermoor o L’elisir d’amore de Donizetti, óperas de Verdi como Luisa Miller, Rigoletto y La traviata; óperas francesas como Roméo et Juliette y Faust de Gounod; Werther y Manon de Massenet, La damnation de Faust de Berlioz y una ópera rara: Dante de Godard; una ópera rusa, Eugene Onegin de Chaikovski; y un título pucciniano, La bohème.

La voz de Bernheim es aterciopelada, sutil, con brillo en sus notas agudas y un registro medio cálido. Su estilo es elegante y recuerda a tenores como Alain Vanzo o Raoul Jobin. Canta además con expresividad, sin llegar a exagerar los momentos dramáticos. Aunque es excelente en el repertorio italiano, a Bernheim le sucede lo mismo que a su compatriota Roberto Alagna: es en el repertorio francés donde su voz se escucha más plena, y escucharlo degustar cada palabra en su idioma natal es un bonus extra.

Bernheim abre el disco con ‘Pourqoui me réveiller’, de Werther de Jules Massenet, cantando de manera emotiva, melancólica y evocativa, y sin desgarrarse las vestiduras (como hacen otros tenores), dedicando gran atención a un texto bien fraseado. Continúa con la famosa aria ‘Una furtiva lagrima’ de L’elisir d’amore de Gaetano Donizetti, que interpreta con buen gusto. Luego, en el aria de Roméo (papel con que debutará en la Metropolitan Opera House de Nueva York en abril de 2021) ‘¡L’amour,l’amour… Ah! lève-toi, soleil!’ de Roméo et Juliette de Charles Gounod, el tenor da rienda suelta a su expresividad, siempre con elegancia y matices.

Un rol que le dio gran reconocimiento internacional fue Alfredo Germont en La traviata de Giuseppe Verdi, que cantó al lado de Pretty Yende en París a finales del año pasado, y de la cual canta en este disco el aria ‘Lunge da lei… De’ miei bollenti spiriti’. Su Alfredo es más tierno que impetuoso, sobre todo en la segunda parte del aria. En el aria de Lensky ‘Kuda, kuda vi udallilis’ de Eugene Onegin de Piotr Illich Chaikovski, Bernheim luce su capacidad de matizar y de cantar con mezza voce y muestra de nuevo el carácter melancólico que le escuchamos en el aria de Werther, en este caso con un color más sombrío.

El tenor interpreta además el aria del Duca di Mantova ‘Ella mi fu rapita… Parmi veder le lagrime’, de Rigoletto de Verdi, con una hermosa línea de canto; sus agudos son certeros, se expanden y tienen squillo. Lo mismo puede decirse de su interpretación de la escena final de Edgardo ‘Tombe degli avi miei… Fra poco a me ricovero’ de Lucia di Lammermoor de Donizetti.

Siguiendo con el repertorio francés, Bernheim canta una de las más bellas interpretaciones de las que se tenga memoria ‘Instant charmant… En fermant les yeux’, de Manon de Massenet. Su fraseo es exquisito y mantiene muy bien la atmósfera de ensoñación que describe el personaje, flotando las notas finamente. Otro momento donde Bernheim se luce al máximo es en ‘Salut, demeure chaste et pure’ de Faust de Gounod.

Un aria poco conocida incluída en el disco es ‘Ah! de tous mes espoirs… Tout est fini pour moi sur la terre’ de la ópera Dante de Benjamin Godard (1849-1895). Bernheim canta el rol de Dante y se adentra en la desesperación del personaje con gran intensidad.

La última aria francesa del disco es ‘Nature immense’ de La damnation de Faust de Hector Berlioz, donde cada palabra está cantada con delicadeza e impecable línea de canto. 

La única aria en donde escuchamos a la voz de Bernheim llevada a su límite es en ‘Oh, fede negar potessi… Quando le sere al placido’ de Luisa Miller de Verdi. La canta bien, pero es pesada para su instrumento (lo cual se nota sobre todo en el recitativo; en el aria, Bernheim explota el lado melancólico de la pieza, en vez de expresar desesperación). Cierra el disco con una bella interpretación del aria de Rodolfo, ‘Che gelida manina’ de La Bohème de Giacomo Puccini, un rol que la va bien a Bernheim.

Emmanuel Villaume, al mando de las fuerzas orquestales de la PKF-Prague Philharmonia, acompaña a Bernheim con gran estilo en cada aria. El sonido es puro y con colores hermosos, sobre todo en las arias francesas. Un excelente disco que recomendamos para conocer a este nuevo tenor francés que está sobresaliendo en el mundo de la ópera actual.

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