Dos recientes grabaciones de Arthur Fagen

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William Dawson, Negro Folk Symphony
Ulysses Kay, Fantasy Variations – Umbrian Scene
ORF Vienna Radio Symphony Orchestra
Arthur Fagen
NAXOS

La disquera Naxos acaba de lanzar dos nuevos discos del director Arthur Fagen al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena. El primer proyecto, de la serie American Classics, presenta obras de dos compositores negros: William Levi Dawson (1899-1990) y Ulysses Simpson Kay (1917-1995); lo cual viene muy a propósito en estos tiempos en que hemos vivido las mayores protestas sociales jamás registradas en Estados Unidos en pro del movimiento “Black Lives Matter”.

La Negro Folk Symphony (Sinfonía folklórica negra) de Dawson fue estrenada por Leopold Stokowski y la Orquesta de Filadelfia en 1934, pero este disco incluye la versión de 1952 revisada por Dawson. La sinfonía consta de tres movimientos: I. The Bond of Africa; II. Hope in the Night; y III. O, Le Me Shine, Shine Like a Morning Star!, que en momentos introduce ritmos africanos y en otros, fragmentos de spirituals tradicionales. 

En el libreto del disco, el musicólogo Frank K. DeWald cuenta la historia de Dawson, quien a los 13 años de edad huyó de su casa para estudiar en el Tuskegee Institute de Alabama, una escuela fundada en 1881 por el famoso pedagogo Booker T. Washington para educar a los afroamericanos recién liberados de la esclavitud. Luego, en 1921 Dawson continuó sus estudios musicales en Kansas City y después en el Conservatorio de Chicago, pero regresó a Tuskegee en 1931 para fundar y dirigir el flamante departamento de música, un movimiento que cambió tanto su enfoque como su legado final.

Pasó aproximadamente tres años componiendo la Negro Folk Symphony, que fue recibida con gran entusiasmo en su estreno. Sin embargo, el interés en la obra pronto disminuyó y Dawson la revisó en 1952, luego de un viaje a siete países de África occidental, intentando, en sus palabras, «[dotarlo] de una base rítmica fuertemente inspirada en las influencias africanas». Shawnee Press publicó esta revisión en 1963 y Stokowski la grabó con la Symphony of the Air (la antigua Orquesta Sinfónica de la NBC) al año siguiente. La de Fagen es la tercera grabación de la obra.

En un estudio detallado de esta “sinfonía popular negra” publicado en el Black Music Research Journal, el musicólogo John Andrew Johnson describe el trabajo como «magistral en muchos niveles». Al comienzo del primer movimiento, The Bond of Africa, introduce un motivo recurrente, que calificó como el «eslabón perdido» para representar el momento en que «el primer africano fue sacado de las costas de su tierra natal y enviado a la esclavitud». El segundo movimiento, titulado Hope in the Night, comienza con tres golpes de gong destinados por Dawson para representar a la Trinidad, «que guía el destino del hombre». El movimiento final toma su título de la primera de las dos melodías espirituales que componen sus temas: ‘Oh, Le’ Me Shine, Shine Like a Morning Star!’ El motivo del «eslabón perdido» está ausente en este movimiento, aunque tiene una ligera similitud con las primeras cuatro notas de ‘O, Le ’Me Shine…’, lo que sugiere que este último lo inspiró.

Por su parte, el compositor Ulysses Simpson Kay —obviamente bautizado con el nombre del general del ejército de la Unión que resultó victorioso en la Guerra Civil Norteamericana, U. S. Grant— emplea disonancias en The Fantasy Variations, una obra de gran variedad de texturas y colores. Umbrian Scene, a pesar de su sugerencia pictórica, es sombría.

Kay también fue maestro de música y enseñó en varias universidades. Trabajó 20 años en el Herbert H. Lehman College de la City University of New York. Como compositor, fue más prolífico que Dawson, dejando aproximadamente 140 obras para orquesta, coro, conjuntos de cámara, piano, voz, órgano y banda. También escribió cinco óperas y partituras para cine y televisión. Mientras Kay estudiaba en la Universidad de Arizona, su profesor William Grant lo alentó a convertirse en compositor, y el aspirante a músico estudió con Bernard Rogers, Howard Hanson y Paul Hindemith.

El director Arthur Bennett Lipkin comisionó Fantasy Variations para la Orquesta Sinfónica de Portland (Maine), que estrenó la obra en 1963. También podría llamarse “Variaciones en busca de un tema”, a decir del musicólogo DeWald, ya que el tema real no aparece sino hasta el final, después de una introducción y 13 variaciones. “Las líneas melódicas de Kay se mueven libremente entre el diatonismo y el cromatismo, y sus armonías hacen un uso juicioso y expresivo de la disonancia”.

También en 1963, Edward Benjamin le encargó a Kay que compusiera una pieza para la Orquesta Filarmónica de Nueva Orleans. Varios años antes, el industrial y filántropo de Nueva Orleans había establecido el Edward B. Benjamin Award for Restful Music para estudiantes de composición en la Eastman School of Music, alentándolos a escribir piezas que se ajustaran a su idea personal de la belleza musical. Kay describió la invitación como «una alegría y un desafío; un desafío porque la pieza debía tener proporciones sinfónicas, de diez a doce minutos de duración, y un estado de ánimo tranquilo o reparador». Buscando ideas para la pieza, Kay recordó el tiempo que pasó en Italia como ganador del Premio de Roma en 1949 (su segunda vez en ganar el codiciado premio): “Recordé la música instrumental antifonal, el glorioso canto coral allí en las antiguas capillas de Umbría, un antiguo distrito de Italia compuesto por las provincias de Perugia y Terni. Pensé en mis visitas a las ciudades históricas de Arezzo, Asís y Narni, en las colinas escarpadas y los hermosos valles. Y [así] vino la inspiración para escribir mi Umbria Scene, como una evocación del maravilloso tiempo que pasé en esa parte de Italia”.

 

Morton Gould, Symphonettes Nos. 2—4, Spirituals for Orchestra
ORF Vienna Radio Symphony Orchestra
Arthur Fagen
NAXOS

Luego, en marzo pasado, la misma marca disquera lanzó otra joya dirigida por Fagen; esta, con música de un importante compositor judío-americano del siglo XX: Morton Gould (1913-1996). Este segundo disco que nos ocupa contiene música compuesta exclusivamente por Morton Gould, todo un fenómeno musical, que igual componía música clásica, crossover, soundtracks y musicales de Broadway, que arreglos a canciones diversas, como ‘Jingle Bells’. Fungió como director en grabaciones referenciales de música de otros compositores estadounidenses, como The Serious Gershwin (1955); Copland: Billy the Kid; y Grofe: Grand Canyon Suite (1957); así como Kern/Porter Favorites (1958), para mencionar algunas. Recibió tanto un Grammy (en 1967) como un Pulitzer (en 1995) por su larga y distinguida carrera. 

Las Symphonettes representan el mejor trabajo de crossover de Gould: la n.° 4 deriva su carácter de las formas de baile latinoamericanas. Es una de sus composiciones más populares y tiene cuatro movimientos: Rhumba, Tango, Guaracha y Conga. 

El primero de cuatro movimientos de la Symphonette n.° 3, de música americana, Moderately fast, ha sido descrito como una colección de temas de big band, seguido de un Intermezzo: Slowly, una Gavotte: Bright Tempo y un Finale: Very Fast. 

La Symphonette n.° 2, en tres movimientos, empieza con Moderately fast, with vigor and bounce, una pieza de baile de big band dominada por los metales. La Pavanne del segundo movimiento, con su solo de trompeta, es uno de los mayores éxitos de Gould. La obra concluye con un tercer movimiento: Fast and racy.

Morton Gould fue todo un fenómeno musical estadounidense. En palabras del crítico del Chicago Tribune, John von Rhein, era «un compositor crossover mucho antes de que crossover tuviera un nombre». Según el biógrafo de Gould, Peter W. Goodman, el título de symphonette «fue un intento inteligente de americanizar y modernizar el término italiano ‘sinfonietta’. Aunque Gould se arrepintió luego de usar lo que se convirtió en una palabra anticuada y kitsch, es a la vez precisa y efectiva, y describe un trabajo corto de tres o cuatro movimientos con una estructura clásica relativamente ortodoxa». 

A diferencia de las tres primeras symphonettes, que usan el lenguaje vernáculo del jazz y del swing en el contexto de una obra de concierto, la cuarta deriva su carácter, especial, de los modismos y formas de baile latinoamericanos. 

Para concluir el disco, se presentan los Spirituals for Orchestra de Gould, con cinco movimientos —Proclamation, Sermon, A little bit of sin, Protest y Jubilee—, en los que el compositor utiliza las cuerdas a modo de coro, con respuestas antifonales en el resto de la orquesta, lo que me recordó por momentos a Aaron Copland, otro de los grandes compositores judío-americanos del siglo XX.

Estos Spirituals for Orchestra a veces se denominan como una obra para “Coro de cuerdas y orquesta”, dado que «la sección de cuerdas se usa como coro, con respuestas antifonales y desarrollo acompañante en el resto de la orquesta». La sugerencia del canto coral es adecuada porque evoca la larga tradición vocal detrás de los spirituals estadounidenses, pero las líneas de las cuerdas son a menudo angulares y no especialmente líricas. Prácticamente no hay una cita literal de spirituals auténticos, aunque el tercer movimiento, humorístico y afable (A little bit of sin) sugiere la melodía de ‘Shortnin’ Bread’, una canción de los trabajadores de las plantaciones del Sur que data de la década de 1890. El compositor dice más bien que se propuso «dar cuenta de la textura de este idioma … [abrazando] los diferentes sentimientos y características de la expresión popular». Tal vez este sea el pretexto para hablar de dos discos de música sinfónica en una plataforma que es exclusivamente operística: que el lector decida si un “Coro de cuerdas y orquesta” es un crossover del género operístico.

Cuando se acercaba a su cumpleaños número 80, Gould le dijo al crítico John von Rhein: “Escribo música por dos razones. Uno, porque es lo único que sé hacer. Dos, porque componer es algo visceral para mí. Me encanta y lo disfruto. Expreso cualquier habilidad que tenga y espero hacerlo con disciplina y destreza».

Con ese mismo encanto y disfrute, disciplina y destreza, el director Arthur Fagen acomete la lectura de estas obras importantes del siglo XX estadounidense al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Viena. Fagen, director musical de la Ópera de Atlanta, tiene demanda como director de sinfonía y ópera tanto en Europa como en Estados Unidos. En México también es conocido como director invitado de la Orquesta Filarmónica de la UNAM y hace algunos años dirigió La Traviata de Verdi en el Teatro del Bicentenario de León, Guanajuato. En 2014 concedió una entrevista a Pro Ópera.

Fagen nació en Nueva York, donde comenzó sus estudios de dirección con Laszlo Halasz. Completó su formación en el Instituto Curtis bajo la dirección de Max Rudolf, en el Mozarteum de Salzburgo, y con Hans Swarowsky. Fue director asistente de Christoph von Dohnányi en la Ópera de Fráncfort y de James Levine en la Metropolitan Opera Orchestra. En 2008 fue nombrado profesor de música en dirección instrumental en la Escuela de Música Jacobs de la Universidad de Indiana en Bloomington, donde ahora es presidente del departamento. Para una biografía completa y más información del director, así como ligas a los tracks de los discos, visita: www.arthurfagen.com.

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