Marina Rebeka: ELLE

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Sinfonieorchester St. Gallen;
Michael Balke
PRIMA CLASSIC CD

La soprano letona Marina Rebeka presenta o su nuevo material discográfico PRIMA CLASSIC con arias de óperas francesas para una enorme variedad de personajes femeninos: desde la jovial Juliette de Roméo et Juliette, pasando por la inocente Marguerite de Faust, ambas de Charles Gounod; la sensual Manon de Jules Massenet, de quien también canta su seductora Thaïs; la melancólica Chimène de Le Cid y la enamorada Salomé en Hérodiade. Escuchamos la fragilidad de Leïla de Les pêcheurs de perles y a la eterna femme fatale en la Habanera de Carmen, ambas de Georges Bizet; el romanticismo de Louise en la ópera homónima de Gustave Charpentier; y el sufrimiento de Lia por su hijo en L’enfant prodigue de Claude Debussy.

La voz de Rebeka ha madurado y es camaleónica; su registro central se ha oscurecido, si bien conserva el brillo y la redondez de sus agudos; y el manejo de su registro grave es excelente. Su técnica le permite interpretar estos roles con el estilo propio de cada uno, imprimiendo además su sello personal.

En ‘Depuis le jour’ de Louise, Rebeka borda cada frase con elegancia, con timbre luminoso y buen fiato. Su dicción en francés es clara y se nota expresiva en el texto. En el aria de Salomé ‘Celui dont la parole… Il est doux, il est bon’ de Hérodiade, la soprano letona transmite la emoción y el éxtasis de Salomé por Jean. También de Massenet, el disco incluye el aria de Chimène ‘De cet offreux combat… Pleurez, pleurez mes yeux’ de Le Cid, un fragmento que depende mucho de la emotividad que la intérprete le confiera y en el que la cantante expresa profundamente la tristeza y la desesperación del personaje, al mismo tiempo po que luce su registro grave (redondo y bien timbrado).

Para contrastar un poco con el carácter épico y melancólico de las arias anteriores, Rebeka canta a continuación la famosa “aria de las joyas”, ‘Le grands seigneurs ont seuls des airs si résolus… Ah! Je ris de me voir…’, de Marguerite de Fausten una encarnación inocente del personaje en la que la soprano aligera su vez  para adecuarla al carácter del aria. De esta misma ópera canta también el aria ‘Elles ne sont plus là… il ne revient pas’ del acto IV, completamente distinta en emoción y estilo,en la que da cuenta de la evolución como personaje de Marguerite.

La soprano letona se da el gusto de grabar, como lo han hecho varias sopranos antes que ella, la famosa “Habanera” de Carmen. Posee el grosor tímbrico en su registro central y grave para sonar completamente creíble como la seductora cigarrera. Recuerda un poco a como sonaba Callas en el rol. También de Bizet, pero en un estilo completamente distinto, Rebeka canta la preciosa aria de Leïla ‘Me voilà, seule dans la nuit’ de Les pêcheurs de perles con exquisito fraseo y claridad en cada nota. Sus sobreagudos se oyen bien timbrados y brillantes.

No solo hay contraste entre los distintos roles abordados en este album; también los llega a haber dentro una misma aria, donde la soprano debe resolver estas diferencias. Tal es el caso del rol de Juliette, quien debe afrontar un aria ligera y llena de agilidades, tal como ‘Je veux vivre’, para luego cantar, en el acto IV, el aria ‘Amour, ranime mon courage’, de gran dramatismo y con una orquestación mucho más pesada. Rebeka dibuja la evolución de niña inocente a mujer apasionada y decidida del personaje.

Su interpretación de ‘Adieu, notre petite table’ de Manon es de una gran belleza, llena de añoranza y tristeza. Siguiendo con Massenet, Rebeka canta dos arias de la ópera Thaïs: ‘Ah! je suis seul… Dis-moi que je suis belle’ y ‘O messager de Dieu’, de nuevo incluyendo dos arias contrastantes del mismo personaje. El rol de Thaïs le queda a Rebeka, quien enriquece su timbre en la primera aria, luciendo sus sobreagudos con aplomo y culminando el aria con un mi sobreagudo deslumbrante. En ‘L’année, en vain chasse l’année… Azaël! Azaël!’ de L’enfant prodigue de Debussy, Rebeka canta con dramatismo, en especial en la primera parte del aria.

Los tempi de Michael Balke son adecuados en cada aria y su dirección de la Sinfonieorchester St. Gallen es matizada y colorida;tiene estilo y resalta los bellos pasajes orquestales de esta selección, sobre todo en las arias de Massenet. Un disco altamente recomendable para seguir disfrutando de la voz y el arte de la soprano letona Marina Rebeka que, una vez más, nos demuestra por qué es una de las grandes sopranos de la actualidad a nivel mundial. Una joya de disco.

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