Phryné — Camille Saint-Saëns

Florie Valiquette, Cyrille Dubois, Thomas Dolié, Anais Constans, Francois Rougier, Patrick Bolliere
Orchestre de l’Opéra de Rouen Normandie, Choeur du Concert Spirituel; Herve Niquet
BRU ZANE

El año pasado, 2022, fue publicado por Bru Zane este magnífico sello discográfico destinado al rescate de la ópera francesa, la primera grabación en estudio de Phryné de Camille Saint-Saëns. Quizás algunos recuerden un registro tomado de la radio francesa de 1960 con Denise Duval, principal atractivo de esa versión, y también porque nos permite escuchar la versión con diálogos, en lo demás podemos ver cuánto ha crecido la calidad de las orquestas francesas y la comprensión de su música.

Phryné, Acto I, Introducción

La fama póstuma de Saint-Saëns parece estar muy cargada a la música orquestal y de cámara. Esto no debe de sorprendernos, pues fue uno de los que restituyeron en Francia la importancia de la música instrumental en la segunda mitad del siglo XIX. Desafortunadamente esto y, una vez más, los mitos, han hecho que se considere una sola de sus óperas como trabajo digno de repertorio: Samson et Dalila. 

Lo sorprendente es que Saint-Saëns compuso 13 títulos operísticos. Pero no solo esto es un dato revelador, sino que las 13 óperas de Saint-Saëns prácticamente cubren toda su carrera como compositor, salvo sus primeros 15 años: desde la década de los 1860 compuso óperas hasta 1911. Considerando la importancia de Saint-Saëns, es escandaloso que hasta hace casi unos años nada más se sabía de 11 trabajos más allá de Sansón y Dalila y Henri VIII. Los franceses nunca han sido tan celosos de su patrimonio cultural como los alemanes o los ingleses, que han desempolvado y registrado también muchas obras y compositores olvidados. Gracias al proyecto de Bru Zane de ópera francesa (el Opera Rara francesa) a la ópera de Saint-Saëns le ha llegado su hora. 

Cuando nos acercamos a las óperas de Saint-Saëns, debemos de enterrar muy hondo el mito de que sus óperas están modeladas en las de Giacomo Meyerbeer. Aunque me incluyo entre los que aprecian la obra de Meyerbeer, la obra de Saint-Saëns dista mucho del belcantismo opulento del primero. Las óperas de Saint-Saëns son más bien un fiel ejemplo del estilo del compositor: erudito, camaleónico, de un sorprendente instinto dramático y de una construcción musical rigurosa en el empleo de motivos y una orquestación transparente, clásica, de excepcionales y sutiles efectos. Estoy convencido que Saint-Saëns es, junto con Jules Massenet, el más importante compositor de ópera en Francia de los últimos 20 años del siglo XIX. 

Para 1893 Saint-Saëns ya había demostrado ser un compositor de ópera de respeto; en los siguientes años a Enrique VIII compuso ocho óperas adicionales. Su segunda y última ópera cómica data de 1893: Phryné. Esta ópera está basada en una historia griega llevada a la pintura también: en 1861 Jean-León Gérôme presentó en el Salón de Paris: Phryné ante el Areópago. La pintura causó un gran escándalo. Phryné fue una célebre cortesana griega; muchos la consideraban tan bella como Afrodita y sirvió de modelo para estatuas del gran escultor Praxíteles. En algún momento fue llevada ante al Areópago, el tribunal supremo de la antigua Grecia, por impiedad: ahí, su defensor le quitó la túnica y mostró uno de sus pechos desnudo; esto dejó a los magistrados embelesados y se negaron a condenarla debido a su parecido con Afrodita. En esto se basa la ópera Phryné de Saint-Saëns.

Por supuesto que el libreto, de Lucien Augé de Lassus, tuvo que encontrar una forma menos “escandalosa” de resolver el tema del Areópago: Phryné, cortesana griega, es amada por Nicias, jóven ateniense, pero el tío de este, Dicéphile, arconte o magistrado de Atenas, considera inmoral esta relación. Como estrategia, Dicéphile le quita el sustento a su sobrino y éste en venganza vandaliza una estatua de su tío recientemente develada. En esto último es ayudado por su amante, Phryné y los amigos de esta. Cuando Dicéphile se da cuenta de eso va a ver a Phryné con la intención de llevarla a comparecer al Areópago. Pero esta lo seduce en una escena que emula a la pintura de Jerome: Phryné maliciosamente seduce (con dosis suficientes de erotismo) a Dicéphile, le pide que la ayude a terminar de vestirse y embellecerse con algunos accesorios. Esto provoca el derretimiento de Dicéphile, que no puede ocultar su excitación. Finalmente, Phryné le pide traer unas flores que están tras una cortina. De pronto, se oscurece todo y tras la cortina aparece la escultura desnuda de Afrodita, para la cual posó Phryné. Dicéphile no puede más y declara su amor a Phryné, pero en ese momento se revelan su sobrino y los sirvientes de Phryné: o le regresa el sustento a su sobrino y lo deja en paz, o ellos revelarán que el egregio magistrado de Atenas es solo un viejo rabo verde. Así termina esta ópera. En la actualidad se podrían hacer algunos interesantes replanteamientos escénicos de este momento: atrevidos y eróticos. La música de Saint-Saëns es tanto sensual como fina.

Phryné: Aria de Dicéphile (Thomas Dolié)

Esta ópera es una verdadera joya y el reciente registro de Bru Zane (2022) es una versión vocal y orquestal ejemplar. Phryné, con su música deliciosa, sensual y una orquestación de gran imaginación y magistral, vuelve a desmentir a Saint-Saëns como compositor de una sola ópera. El final del primer acto, con ensamble de voces y coro, posee el espíritu de Jacques Offenbach, pero a través de una paleta instrumental mayor. Es un guiño de Saint-Saëns al lenguaje de Offenbach. 

El aria de Phryné con trío, del segundo acto, ‘Un soir, j’errais sur le rivage’ es de gran sensualidad ; Phryné cuenta cómo, al meterse a nadar desnuda al agua, y salir de esta, los pescadores que estaban en la orilla la confundieron con Afrodita. En esta aria podemos escuchar el oleaje sutil, una línea melódica sensual y acariciante, y al final concluye con un trío en donde quienes escuchan la historia de Phryné quedan embelesados. 

Los duetos ‘Enfant, je te donne l’example’ del sobrino Nicias (tenor) y Dicéphile (barítono), y el de Phryné (soprano) y Dicéphile (barítono), son cumbres de esta obra que tendría que ser mejor conocida. En el primero, Nicias le suplica a su tío que le dé dinero para poder vivir su vida más cómodamente (este dinero es en realidad parte de su herencia, pero su tío la maneja). Dicéphile se niega y le dice a su sobrino que lo tome a él y su vida virtuosa como ejemplo (más adelante nos daremos cuenta de que la virtud de Dicéphile es acomodaticia). Es un dueto de ciertos toques humorísticos; Dicéphile es retratado por el fagot de forma vana y pomposa. El segundo dueto es magnífico: “de una deliciosa sensualidad”, de acuerdo con las críticas iniciales; decoraciones encantadoras en la música, la orquestación que va subiendo de tono. 

Dueto de Nicias y Phryné, Acto II, Escena 1

Esta versión utiliza acertadamente los recitativos orquestados por André Messager, amigo de Saint-Saëns y autorizados por el compositor. Esta fue una gran decisión, pues el futuro de la ópera es mucho más seguro con recitativos orquestados. El reparto es bueno y me he encontrado por primera vez con la deliciosa voz de la canadiense Florie Valiquette, soprano lírico-ligera de bella voz y técnica virtuosa. Su Phryné es sensual, pero tiene también una dignidad clásica. La acompaña Cyrille Dubois, tenor lírico-ligero, como Nisias, y en total estilo al igual que el barítono Thomas Dolié, como Dicéphile, de timbre grato e igualmente lírico. La Orquesta de la Ópera de Rouen y el Coro del Concert Spirituel firman, con la batuta de Hervé Niquet, una versión que se debe de escuchar y que seguramente permanecerá referencial.

Extractos de Phryné 

Invito a todos los amantes de la ópera francesa a hacerse de esta magnífica ópera (un solo disco) que debe ser mejor conocida. Tiene a su favor muchas cualidades: musicales, vocales y de historia, aptas para su escenificación. Un registro más que nos muestra la calidad del Saint-Saëns operístico. 

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