Piotr Beczała: Vincerò

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Piotr Beczała: Vincerò
Orquestra de la Comunitat Valenciana;
Marco Boemi
Pentatone CD

A sus 54 años, el tenor polaco Piotr Beczała ha gozado de una sólida carrera internacional cantando roles del repertorio lírico, y ha pasado por todas las etapas del repertorio de una voz lírica de tenor: comenzó cantando mucho Mozart, pasando por el bel canto y óperas francesas, Verdi y repertorio ruso y eslavo. Con la gran madurez vocal e interpretativa que le caracterizan ahora, Beczała ha comenzado a añadir a su repertorio roles más pesados, en un rango que puede estar en el límite entre el tenor lírico y el spinto, como son Rodolfo en Luisa Miller, Mario Cavaradossi en Tosca o Maurizio di Sassonia en Adriana Lecouvreur. Su instrumento ha mantenido belleza tímbrica, gran seguridad en sus agudos y sobreagudos, y un elegante fraseo. 

Recientemente cantó un recital para la serie “Met Stars Live in Concert” con la soprano Sondra Radvanovsky en donde el tenor empezó ya a dar muestra de algunos de los roles veristas que interpretará en el futuro. Además de incluir arias y duetos de papeles que ya ha cantado antes y que siguen siendo parte de su repertorio actual, como Riccardo en Un ballo in maschera, el Príncipe en Rusalka o Rodolfo en Luisa Miller, Beczała cantó dos fragmentos de Andrea Chénier, el aria de Turiddu de Cavalleria rusticana y un aria de la ópera Halka, de Moniuszko, también polaco.

Beczała tenía planeado cantar el papel de Radamés (Aida) en la Metropolitan Opera, pero su debut en ese rol se pospuso, en principio, para la temporada 2022-2023. También anunció que hará en unos años el papel de Enzo Grimaldo en La Gioconda en una nueva producción del Met al lado de Sondra Radvanovsky en el papel titular. 

Abordar el repertorio verista es una prueba de fuego para cualquier tenor que viene de cantar óperas líricas. En su nuevo disco, Beczała demuestra que ya está listo para pasar a obras más pesadas, al incluir arias de óperas como Edgar, Tosca, Madama Butterfly, La fanciulla del West, Cavalleria rusticana, Andrea Chénier, Adriana Lecouvreur, Fedora, Pagliacci, Gianni Schicchi y Turandot. Por cierto, un punto muy positivo de sus interpretaciones es que en ningún momento finge un color o un tamaño de voz distinto al que tiene; canta cada aria con intensidad y pasión, pero nunca desbordado o con manierismos vocales; siempre con esa propiedad y buen gusto que lo caracterizan. 

Comienza el disco con las dos arias de Mario Cavaradossi: ‘Recondita armonía’ y ‘E lucevan le stelle’. Beczała debutó este rol en Viena y le queda muy bien porque, aunque se piense que es un papel pesado, al escuchar estas dos arias podemos notar del gran lirismo que necesita el tenor para interpretarlas. La voz del Beczała brilla en ambas arias, con un fraseo elegante, hermosos matices y excelente interpretación del texto. 

Le siguen tres arias de la ópera Adriana Lecouvreur, ópera que ya ha cantado Beczała en el Met de Nueva York. Inicia con la primera aria de Maurizio, ‘La dolcissima effigie’, cantada con gran gusto y una línea de canto impecable. Continúa con ‘L’animo ho stanca’, aria de gran melancolía dondeel cantante muestra que es capaz de combinar la intensidad del aria con la elegancia vocal. Sigue con ‘Il russo Mèncikoff’, aria que es más una narración que un momento de expresión de un sentimiento. Digamos que es el aria con carácter más alegre de la grabación. 

A ella le sigue otro fragmento, más ligero: la escena de Turiddu y el coro ‘Viva il vino spumeggiante’ de Cavalleria rusticana, seguidos por su aria ‘Mamma, quel vino è generoso’. Beczała nos lleva a través de la desesperación del personaje poco a poco para llegar a un clímax vocal fabuloso cuando canta la frase ‘voi dovrete fare da madre a Santa’. Lo acompañan en estos dos fragmentos la mezzosoprano Evgeniya Khomutova, cantando a Lola y a Mamma Lucia, y el Cor de la Generalitat Valenciana.

Beczała ya ha cantado el rol del Chevalier Des Grieux en la versión de Massenet de Manon; ahora toca el turno de escucharlo cantar este papel en la versión pucciniana. En este disco interpreta bellamente el aria ‘Donna non vidi mai’ y ‘Tra voi, belle’; siendo el papel para tenor más pesado escrito por Puccini (muchos tenores tratan de engrosar la voz al cantar estas arias). Beczała utiliza sus facultades tímbricas para resaltar el lirismo de ambas; sus agudos son certeros y tienen squillo. 

Le siguen las dos arias de Andrea Chénier: ‘Come un bel dì di maggio’ y ‘Un dì al azzurro spazio’. La primera, interpretada con una línea de canto impecable; y la otra; con gran poder narrativo y llevando muy bien las emociones in crescendo del poeta. Su voz se oye plena y ya lista para afrontar el rol de Chénier. También del compositor Umberto Giordano, Beczała canta el aria de Loris, ‘Amor ti vieta’, de Fedora, pieza de poca duración pero que requiere gran intensidad en su interpretación y tener una línea de canto tal que parezca que toda el aria se enuncia con una sola respiración. 

Sigue el aria de Canio ‘Vesti la giubba’ de Pagliacci de Leoncavallo, única aria en donde sí escuchamos al tenor polaco al límite. La canta muy bien pero le falta peso en la voz. Lo bueno de su interpretación es que en ningún momento trata de sonar como un tenor spinto, y aprovecha su timbre lírico para resaltar algunas de las frases más bellas del aria.

Una gran sorpresa fue el escucharlo en el aria de Dick Johnson/Ramirez ‘Ch’ella mi creda’ con tanta soltura vocal, buen registro grave y agudos brillantes. Incluye el disco una joya poco escuchada: el aria del personaje de Edgar, ‘Orgia, chimera dall’occhio vitreo’, de la ópera homónima de Puccini. La introducción al aria es muy bella y la Orquestra de la Comunitat Valenciana, al mando de Marco Boemi, la interpreta con estilo y bellos matices. Cuando llega al momento de ‘O soave vision…’, Beczała tiene la oportunidad de usar su timbre lírico y de matizar y mostrar la hermosa melodía de esta aria poco conocida.

Canta el aria de Rinuccio ‘Avete torto… Firenze è come un albero fiorito’ con una dicción clara y captando la juventud del personaje con la voz. Le sigue la corta pero hermosa aria de Pinkerton ‘Addio, fiorito asil’, y termina el disco con la famosa aria de Calaf, ‘Nessun dorma’, de Turandot, brillantemente cantada.

Excelente, el trabajo de Boemi y la Orquestra de la Comunitat Valenciana acompañando con una amplia paleta de colores y matices, resaltando los momentos melódicos y armónicos más bellos de cada aria. Recomendamos mucho este disco en donde este gran tenor nos muestra el sonido de sus futuros papeles, siempre con gran calidad vocal y artística.

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