Anja Harteros a los 50: “Regina, vi saluto!”

Anja Harteros © Marco Borggreve

Este 23 de julio del 2022, Anja Harteros, una de las más grandes sopranos de comienzos  de este siglo, cumple 50 años de edad. La fecha viene marcada por el silencio de la diva, siempre discreta en su vida personal, pero siempre deslumbrante sobre el escenario.

Hija de padre griego y madre alemana, Harteros nació en Bergneustadt, Alemania, en la región de Colonia. Su fama comenzó en 1999, cuando fue la primera cantante alemana en ganar el célebre concurso BBC Cardiff Singer of the World.

Sir Peter Jonas, entonces director de la Bayerische Staatsoper de Múnich, fue invitado a formar parte del jurado de Cardiff. En el documental “Crazy for Opera: dans les coulisses de l’Opéra d’État de Bavière”, disponible en Medici TV, cuenta cómo fue: “Actuó una soprano de origen griego y alemán, Anja Harteros, y estuvo fabulosa. Fabulosa. Extraordinaria. Una mujer magnífica, deslumbrante. Casi una Callas moderna, físicamente. Con una voz fantástica. Así que armé una escena y dije: ‘Si no le damos el primer premio a Anja Harteros, me voy por esta puerta, me voy’.

Ese mismo año, Harteros empezó a actuar en Múnich, y desde allí hasta ahora ha estado presente en todas las temporadas. Sus últimas representaciones en esa casa, y con gran éxito, fueron en septiembre y octubre del año pasado: La forza del destino de Verdi y Tosca de Puccini, papel en el que reina. A partir de entonces, esta Tosca no volvió a pisar un escenario, solo fueron cancelaciones. La práctica de cancelar no es ajena a la soprano. Razones personales, vocales… Nunca lo justifica públicamente, pero ya ha dejado claro en entrevistas que, si no está bien, no canta. ¿Cosas de diva? Quizás. Sin embargo, ligereza o irresponsabilidad son términos que no van con Harteros. Por el contrario, incluso sus cancelaciones suelen atribuirse a su sentido de la responsabilidad, ya sea como artista o como persona.

Lo inusual de la nueva serie de cancelaciones es que ahora su ausencia ha sido prolongada. Incluso ha cancelado funciones en su amada Bayerische Staatsoper, incluido un recital que iba a dar este 19 de julio. Sin embargo, no hay nada habitual en los tiempos que estamos viviendo: nada más estresante e incierto que estos años de Covid, ahora también de guerra, viruela símica (Monkeypox) y caos en los aeropuertos. Realmente no hay nada «normal» en esta llamada «nueva normalidad».

Como fan declarada, no sé si lo que más me fascina de Harteros es la actriz verdadera, trágica, intensa, o la magnífica cantante con técnica impecable, dicción perfecta, legato, bello y consistente pianissimo. De hecho, es precisamente la combinación de todo esto en una sola persona lo que la convierte en una cantante única. Harteros deja que cada personaje viva a través de ella, que cada uno adquiera una personalidad, y esa personalidad nunca es trivial, superficial.

Harteros no está en las redes sociales, no le importa dar a conocer sus actividades artísticas y mucho menos su vida privada. Todo lo contrario: ni siquiera suele dar entrevistas, porque no busca la popularidad. Quiere tener una vida privada y tranquilidad para andar por la calle sin que la reconozcan. 

Pero sí se han publicado algunas raras entrevistas, como la de portada que concedió a Ingrid Haas de Pro Ópera en la edición enero-febrero de 2011 (https://proopera.org.mx/wp-content/uploads/2019/12/36-40-portada-ene2011-√_compressed.pdf), a Hugh Canning de Opera Magazine en marzo de 2011, y a A. J. Goldmann de Opera News en julio de 2018.

Cantante honesta y verdadera, no acepta emitir sonidos de un idioma que no conoce, fingiendo ser palabras cantadas. Más que eso: es una de esas raras intérpretes que sabe cómo darle sentido al texto e integrar cada palabra, cada frase, en la música. En la entrevista con Opera News, comentó que solo canta en idiomas que domina. “Janáček sería un sueño absoluto, pero no se hará realidad porque no sé checo”, dijo, y añadió: “Siento lo mismo por los rusos. No sucederá, porque tendría que aprender los roles solo fonéticamente, y (…) no sería capaz de sentir realmente la música. Esto es algo que noto, por ejemplo, cuando canto Lieder alemanes: cómo se expande todo este cosmos”.

La expansión de este cosmos se puede sentir en sus grabaciones de Lieder. El último de sus escasos CD, editado el año pasado, en el que canta a Wagner, Berg y Mahler, es un buen ejemplo. En una reseña anterior, que escribí y que se puede leer aquí: https://proopera.org.mx/resena/anja-harteros-wagner-berg-mahler/, me dediqué a saborear y analizar cada track del disco.

En la primera década de los 2000, Harteros se destacó por sus interpretaciones de Mozart. Su Elettra, en Idomeneo, de la que existe el excelente DVD grabado en 2006 en el Festival de Salzburgo, es sencillamente electrizante. Su Condesa, en Le nozze di Figaro, y su Donna Anna, en Don Giovanni, de las que solo hay grabaciones de audio pirateadas de las escenas principales en YouTube, son insuperables. Acompañada de su legato y pianissimo seguros y bien sostenidos, revela toda la sofisticación y profundidad de la escritura vocal de Mozart.

Al mismo tiempo, comenzaron a aparecer en su repertorio algunas óperas de Verdi, como La traviata. El CD grabado en 2006 en Múnich bajo la dirección de Zubin Mehta da testimonio de su intensa y frágil Violetta. “En Múnich, todo empezó con Zubin Mehta. Es mi director de orquesta favorito», dijo en la entrevista con Opera News. En el CD, una de las cosas que más llama la atención es precisamente la perfecta armonía, la complicidad entre soprano y director. Claramente, Mehta estaba con ella, dándole la libertad de cantar, cambiar ligeramente el tempo, vivir su personaje. En el último acto, fue ejemplar al equilibrar la tragedia de Violetta, que exige una interpretación más contundente, y su fragilidad física, que reclama una voz en su cabeza. Harteros ha logrado unir a los dos, después de todo, ¡la tragedia está sobre ella!, y el resultado es irresistible.

Tras la fase mozartiana, Wagner y sobre todo Verdi se convirtieron en compositores dominantes en la carrera de Harteros. De ellos ha interpretado prácticamente todos los papeles importantes. Pero siempre ha habido sitio para otros maestros, como Richard Strauss y Giacomo Puccini. 

Su Elsa de Lohengrin en 2009, disponible en DVD, con Jonas Kaufmann en el papel principal y Kent Nagano al frente de la fantástica orquesta de la Ópera de Múnich, es de una delicadeza profunda. En su actuación emerge una Elsa vulnerable, ingenua, que se deja influenciar y consumir por la duda.

Jonas Kaufmann y Anja Harteros en Tristan und Isolde © Bayerische Staatsoper

Con Tristan und Isolde, más de una década después, en julio de 2021, el mismo dúo, Kaufmann y Harteros, esta vez bajo la batuta precisa, minuciosa e inteligente del gran director Kirill Petrenko, hicieron que todas las miradas se dirigieran al Festival de Ópera de Múnich. Fue el debut de Harteros en este rol. Por mi parte, puedo decir que fue con Kaufmann, Harteros y Petrenko que descubrí la poesía y el humanismo de esta ópera revolucionaria de Wagner; y fue con Harteros, con su actuación única, sus múltiples colores y sus agudos precisos, que comprendí los dramas de Isolda y la profundidad de su amor, logrando rescatarla del universo masculino de Wagner. Fue el 31 de julio de 2021 que —frente a la televisión, lamentablemente al otro lado del planeta, y no sentada entre el público— llegué a amar esta ópera.

Sobre la Isolda de Harteros, el excelente crítico Guy Cherqui, editor del sitio web wanderersite.com, escribió: “Vocalmente, lo que escuchamos es excepcional en términos de inteligencia y profundidad (…) El canto de Anja Harteros es de una riqueza expresiva sin precedentes, lo que dota al personaje de profundidad y complejidad: es apasionada, pero con un amor tan único que no puede vivirlo sino sola, y las dificultades técnicas del papel sirven a la expresión (…) De origen griego como Callas, es la tragedia en persona: cruza el papel como si para ella fuera sólo un largo monólogo que conduce a la muerte.”

Tosca, 2021 © Bayerische Staatsoper

También en las óperas de Verdi, ella y Kaufmann formaron un dúo irresistible en: Don Carlo, Il trovatore, La forza del destino, Otello, Aida (grabación en estudio). Sin Kaufmann, brilló en el difícil papel de Amelia en Un ballo in maschera, en 2016. En el trío de Ballo, ejecutó su línea casi imposible con rara perfección; volcó toda el alma de Amelia en la interpretación de la célebre aria ‘Morrò, ma prima in grazia’. Hoy en día, es uno de los pocos ejemplos de una soprano verdiana que conoce profundamente a sus personajes, con todos sus matices, y sabe utilizar los múltiples colores de su voz en beneficio de la escritura de Verdi. ¡Esto, por supuesto, sin mencionar el drama, en su intensidad!

Una cantante inteligente, Harteros tiene pleno dominio de su voz, conoce sus límites y sus puntos fuertes. En la entrevista con Opera Magazine, cuando Forza entró en sus planes, afirmó que no podría cantar como Leontyne Price, pero señaló cierta gracia presente en Leonora que le permite ser cantada de una manera más lírica y vulnerable. Y así lo hizo. El video grabado en Múnich en 2013 es prueba del éxito de esta personalísima lectura del personaje de Verdi. Lo mismo ocurre con su Aida, llena de matices, de elasticidad, del sutil oleaje de las aguas del Nilo, de lirismo.

Elisabetta en Don Carlo, 2013 © Bayerische Staatsoper

Fue en Verdi donde tuve la suerte de ver a Harteros en directo una vez, en 2018, en la Deutsche Oper de Berlín, y en uno de sus papeles principales: como Elisabetta en Don Carlo. Su voz flotó sobre la orquesta. El pianissimo conmovedor ayudó a construir una Elisabetta melancólica pero decidida y fuerte. Su interpretación hizo de Elisabetta, esa mujer decidida, que sacrificó su vida personal, su amor, en beneficio de las personas que sufrían la guerra, una mujer trágica y absolutamente fascinante. ¿Será Elisabetta, de las heroínas verdianas, aquella cuya personalidad se acercará más a la de Harteros?

Ahora, en julio del 2022, en este mes de su quincuagésimo cumpleaños, fue en su hábitat, en la Bayerische Staatsoper, en el importante festival de ópera que se realiza anualmente en verano, y en el que siempre ha actuado, que soñé con verla y escucharla de nuevo, esta vez cantando Lieder. Todas las mañanas iba al sitio: el recital seguía ahí, ¡no lo habían cancelado! El sueño duró hasta el 21 de junio, cuando, pocas horas después de mi control matutino rutinario, llegó un correo electrónico desde Múnich informándome, con gran pesar, que el recital no se llevaría a cabo. ¿Quién sabe si el próximo año?

Si en el título de este breve artículo la saludaba como se saludaba a Elisabetta en Don Carlo, termino dirigiéndome a Harteros con la misma oración que, en la ópera, cantaba el coro:

Vi benedica
Iddio dal ciel!
La sorte amica
Vi sia fedel!

Compartir: